El índice de positividad de Mendoza dice mucho más de lo que pensamos

El índice de positividad que tienen la Argentina y de Mendoza son preocupantes. Directamente el país está en el primer lugar a nivel mundial con un 55% -según Our World in Data- y la provincia sigue ese número muy de cerca, promediando un 47% al cierre de la semana. Lo más alarmante es que de acuerdo a lo que indican los expertos, el nivel de este porcentaje indica si se están pudiendo encontrar adecuadamente a las personas infectadas en la población, lo que se traduce en que Mendoza no estaría identificando los focos de contagio.

Ayer se informó de 1.028 determinaciones de las cuales 490 fueron positivas, lo que arroja un índice de 47,66%. El jueves, en tanto, se informó de 1.155 determinaciones con 537 positivas, lo que da un índice de 46,4%. El miércoles se informó de 1.544 determinaciones y 694 positivos, lo que entrega un índice de 44.9%.

El investigador del Conicet, Rodrigo Quiroga, aseguraba a Télam en mayo de este año -cuando todo estaba tranquilo- que "lo que indica este porcentaje es si estamos pudiendo encontrar adecuadamente a las personas infectadas en la población y para eso es mucho mejor indicador que la variable de test por millón de habitantes".

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud recomienda un 10% como máximo para el índice -basados en la evidencia asiática y europea- y así confirmar si se está siendo lo suficientemente abarcativo para detectar casos como los de los asintomáticos y comenzar a detener el avance del virus.

El alto porcentaje del país y la provincia nos estarían señalando que se está fallando en algo, ya que sea en la cantidad de testeos o en los sectores donde se están aplicando y que se han identificado como focos de contagio. De acuerdo a lo que señaló Quiroga, "un tema que incide en el porcentaje de positividad es el cumplimiento de otro lineamiento de la OMS que es el 'rastreo de contactos'".

Otro indicador importante a nivel local es que, de la mano del fuerte aumento del índice de positividad, en Mendoza también se registró un aumento de los casos con nexo epidemiológico en investigación, es decir, casos de personas que no se sabe cómo y dónde se contagiaron. Ayer ese número fue de 310 sobre un total de 490 (63%), el jueves fue de 295 sobre 537 (55%) y el miércoles de 235 sobre 694 (34%).

Los casos sin nexo establecido son hoy 2.243 y hace una semana (viernes 28 de agosto) eran 1.066. Ese aumento de 1.177 casos en sólo siete días llevó a que ya sean el 23% del total de contagios, en circunstancias que hace una semana -y durante todo agosto- se mantuvieron en el orden del 16% del total.

Evolución

La situación de Mendoza se repite a nivel país, tanto que la Argentina está hoy en el primer lugar mundial de los países que informan la cantidad de testeos que realizan. De hecho, en el mapa de positividad de la imagen inferior es posible ver cómo el país aparece en rojo intenso, establecido para las zonas del mundo con índices altos. Al contrario, Chile aparece en tono más claro porque bajó su índice de positividad desde la explosión de contagios de julio hasta ahora, cuando registra un 6% de positividad.

En términos simples, la positividad baja cuando se identifican bien los focos y se aplican niveles de testeos adecuados para la cantidad de personas que están expuestas en la zona determinada durante el rastreo. De ahí, por ejemplo, que en Chile y otros lugares del mundo, se analicen índices de positividad por comunas, los cuales permiten endurecer o flexibilizar la cuarentena en zonas más específicas y limitadas.

A través de la animación de Our World in Data es posible ver la evolución del índice de positividad en el continente, el cual va de la mano con la mejora en la situación general y con el descenso de contagios en los diferentes países que ya pasaron los momentos más complicados.

Por eso la insistencia del gobernador en la posibilidad de volver a fase 1, porque si no se baja el índice de positividad y no es posible identificar de manera específica por dónde se está moviendo el virus, la única forma posible para detener el avance es evitar el traslado de la población. Con los números actuales es necesaria una caída muy importante, por lo que no parece lejana la posibilidad de volver atrás de manera más drástica.