Mendoza en la guerra mundial del petróleo: "Nos juntamos o nos roban la torta completa"

El subsecretario de Energía de Mendoza se anticipó a reclamar una acción de todos los sectores para hacer frente de inmediato a la guerra de precios desatada por Arabia Saudita contra Rusia y que ya ha generado un efecto dominó mundial. Mendoza es una provincia petrolera.

Las luces de alarma se habían desatado este el arranque del fin de semana en el mundo petrolero de Mendoza. Su principal ingreso económico se escabullía por un paro de camioneros y petroleros que afectaba a YPF en dos pozos del sur. Nada hacía prever que todo se tornaría una guerra mundial y que, el conflicto que analiza la Subsecretaría de Trabajo, sería una anécdota frente a la "tormenta perfecta" que desató el coronavirus, la excusa perfecta para que Arabia Saudita declarara a Rusia la guerra por los hidrocarburos.

El primero en advertirlo, mientras todos miran hacia el paro del campo o los dislates de grupos sectarios anti fracking en la Vendimia, fue el subsecretario de Energía de Mendoza, Emilio Guiñazú, quien trazó un rápido mapa de situación en un contexto en el que la provincia productora de petróleo juega casi como un invitado que pone lo producido al servicio de decisiones que ineludiblemente tienen que darse en Buenos Aires.

"La crisis desatada por el coronavirus no ha sido mas que el detonante de una guerra que se viene preparando hace años en la que los productores convencionales de hidrocarburos (OPEP+) librarán una batalla final contra las nuevas tecnologías y los nuevos productores no convencionales", señaló Guiñazú. 

Con más preguntas que respuestas ante el derrumbe mundial del precio del petróleo, con una caída de 33%, Guiñazú dejó abierta la indagación: "¿En qué situación nos dejaría una parálisis por tiempo indeterminado del sector energético? ¿Cuánto tiempo nos llevaría recuperarnos? ¿Podremos recuperarnos? ¿Podemos aprovechar esta coyuntura para rebalancear nuestros costos internos y fortalecer el sector?".

Interesantes planteos, si es que hubiera una capacidad de respuesta rápida en una Argentina en la que, por ejemplo, lo último que se habló en materia de petróleo públicamente fue el inicio de una batallita por parte del gobernador bonaerense Axel Kicillof por sentar a su provincia en la mesa de las provincias que producen petróleo, cuando no lo hace sino que lo refina.

La situación planteada no bien empezó a amanecer el lunes en la tarde de Occidente, representa una ruleta rusa. "Los países petroleros tienen sus presupuestos desbalanceados y los petroleros yanquis estan superendeudados. Ninguno sale indemne de esto. Tal vez se beneficien un poco los japoneses y los europeos que son netos importadores", analizó Guiñazú en diálogo con Memo.

En este contexto, Guiñazú le agregó un análisis apocalíptico al nuevo panorama, atento a la realidad argentina: "Mientras discutimos una nueva ley de hidrocarburos para promover la actividad para ver quién se queda con el mayor pedazo de torta, el mundo da una vuelta y nos roba la torta completa. Es hora de juntar, gobiernos, empresas, sindicatos y tirar para el mismo lado. Nadie se va a salvar solo".

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