La clave es que los argentinos quieran seguir teniendo pesos en la pospandemia
A medida que avanza la cuarentena aumenta el nivel de emisión y preocupa aún más lo que sucederá cuando termine la emergencia sanitaria. ¿Qué va a pasar con los pesos circulantes cuando ya no sean tan necesarios como hoy?
La crisis se siente fuerte en los hogares a medida que sigue la cuarentena en todo el país. Es que a pesar de las flexibilizaciones en algunas provincias, la situación no deja de salir de un estado crítico y lo malo es que lo se viene después puede ser mucho peor.
Como ya todos saben la forma en que la Nación está sosteniendo a través de la emisión de dinero los planes sociales y el mayor gasto público que se genera a partir de las medidas que tomó para controlar la pandemia.
Sin embargo, con el paso del tiempo y sin un horizonte claro respecto a lo que sucederá con la emergencia sanitaria, se encienden las luces de alerta respecto al impacto que tendrá la emisión monetaria en la pospandemia y las miradas se centran en la inflación.
Esta semana se conoció el índice nacional que fue de 2,2% y el de Mendoza de 2,6%, lo que después de 15 años de inflación promedio del 30% no llama la atención. Sin embargo, cuando se mira hacia los países vecinos que están en una situación parecida, los índices tienden a cero e incluso en algunos casos fue negativo.
En la Argentina eso no sucede, se mantiene alto si lo miramos desde un punto de vista, pero también se puede señalar que es bajo si ampliamos la mirada y analizamos una serie de factores que marcan la economía en cuarentena.
El doctor en Economía Pablo Salvador, señala que "hoy es más bien baja (la inflación), porque está contenida". Explicó que todo el mundo esperaría una inflación más alta si consideramos la emisión monetaria del Banco Central. En marzo por más de 600 mil millones de pesos y lo repitió en junio cuando volvió a emitir 400 mil millones pesos. Sin embargo, en la segunda emisión se encargó de sacar del mercado 370 mil millones a través de las entidad financieras vía Leliq y Pases, por lo que la emisión real terminó en 30.000 millones de pesos.
Con tarifas de productos, servicios y combustibles congeladas, con recesión, precios cuidados, controles cambiarios y mediciones dificultosas, no debe sorprender que la inflación no sea más alta, según explicó el especialista.
Otra de las razones para que la inflación no se dispare hoy con ese nivel de emisión, según comentó el economista a Memo, es que durante la cuarentena aumentó la demanda de dinero principalmente para responder a las necesidades básicas, porque no sabe cuándo cómo ni cuándo va a terminar esto.
"Hoy la gente quiere tener pesos", dijo Salvador, pero por esta circunstancia especial, por lo que será fundamental lo que haga el Banco Central cuando la población ya no quiera es nivel de liquidez.
"Cuando se saquen todos estos factores, si no hay un plan económico que haga que la gente se quiera quedar con los pesos y no desprenderse de ellos, lo más probable es que se van a volcar sobre la economía y van a ejercer presión sobre el tipo de cambio", explicó.
El plan pospandemia va a tener que ser muy eficiente para lograr algo que los argentinos históricamente han evitado, guardar pesos. En caso contrario, el BCRA podría seguir la misma estrategia de junio, cuando recuperó una parte importante de los pesos que emitió.
"Si no hay un plan, el Banco Central va a tener que emitir más Leliq y Pases. Pero así como las Lebacs en su momento eran una bomba, las Leliq ya lo son y los Pases podrían volverse una", explicó el doctor en Economía.
De ese modo, los pesos que hoy son necesarios y se valoran, en el futuro se pueden convertir en un problema que será de difícil solución. Lo peor es que con los antecedentes argentinos pueden generar un grave problema inflacionario que se sumará a todos los efectos que tendrá la cuarentena en los sectores productivos.