Bodega Tapiz creó una cava submarina en Las Grutas
La firma mendocina tiene bodegas en Río Negro y es su quinta cosecha la que fue lanzada al mar para su añejamiento bajo el agua patagónica.
Fabián Valenzuela es enólogo de las bodegas Tapiz Mendoza, pero, desde hace unos años, también establecieron dos bodegas en Viedma, Río Negro por intermedio de otra firma del mismo grupo, Fincas Patagónicas. Las uvas con las que fabrican su producción rionegrina nacen y crecen en las 60 hectáreas de viñedos que tienen en la localidad de San Javier. Y son los que han sumergido en el mar (quinta cosecha en el lugar), en la zona de Las Grutas, según contó el diario Río Negro.
"Son cosecha 2018. Por eso, si esos vinos hubieran estado en una bodega en tierra, recién a fines de este año o en 2021 estarían listos para beber. Pero en el fondo del mar el añejamiento se acelera. Dicen que tres años de estacionamiento en tierra equivalen a uno en el océano. Por eso, tendremos el placer de descorcharlos tras seis meses de espera en nuestra bodega submarina", declaró Valenzuela al diario patagónico.
Para crear su cava submarina, Tapiz realizó una alianza estratégica con la empresa de buceo Cota Cero, y, en conjunto, diseñaron la forma de llevarlas
"Para transportarlas y que quedaran estacionadas en el fondo se construyeron unos canastos de acero inoxidable. Además, los envases de estos vinos fueron especialmente diseñados. No tienen etiqueta papel, están pirograbadas (grabadas en el vidrio) y sus corchos, naturales y de alcornoque, están lacrados y sellados con una silicona especial. Todo eso garantiza que no haya afectación al medio ambiente marino. Porque toda la iniciativa contó con el respaldo de un estudio de impacto ambiental", explicó Claudio Barbieri, de Cota Cero.
Por el momento, se añejan 300 unidades. Todas de Malbec, bajo la marca "Wapisa" (significa ballena en idioma yamana, que era el que manejaban los aborígenes de Tierra del Fuego). De hecho, la etiqueta tiene el dibujo de una cola emergiendo del agua, como las de los cetáceos que, de julio a septiembre, suelen visitar el Golfo para reproducirse.