Álvaro García Linera: "La inflación ya está erosionando la tolerancia de las personas y presidente y vicepresidenta deben trabajar juntos"

El ex vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera analizó las claves del éxito del gobierno de izquierda en Bolivia, que no es electoral, sino económico En diálogo con Gabriel Conte y Santiago Montiveros, el intelectual boliviano criticó a su admirador, el presidente chileno Gabriel Boric, pero también lo hizo con sus amigos Cristina Kirchner y Alberto Fernández por no bajar la inflación juntos.

G. Conte y S. Montiveros

Álvaro Marcelo García Linera llevó a la práctica sus teorías y estudios sobre el marxismo después de la caída del Muro de Berlín. Fue el leal vicepresidente de Evo Morales durante 14 años en Bolivia y la historia señalará que aunque fue invitado a acompañarlo, resultó al revés: se volvió imprescindible para el expresidente, que explotó su carisma a lo largo del territorio boliviano, mientras García Linera ejecutaba ideas y acciones.

Un repaso biográfico sobre García Linera indica que nació en Cochabamba, Bolivia el 19 de octubre de 1962. Recibió educación primaria en el Colegio Don Bosco de Cochabamba y en el Domingo Savio de La Paz, y secundaria en el San Agustín de Cochabamba. Se formó como matemático en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la Ciudad de México, entre los años 1981 y 1985. Estudió sociología posteriormente durante su permanencia en la Cárcel de San Pedro de la ciudad de La Paz.

Fue arrestado y acusado de insurrección y terrorismo tras ser detenido durante un intento de destrucción de torres de tendido eléctrico en una zona rural cercana a la ciudad de La Paz, esta actividad fue realizada junto con su ex-esposa, la matemática mexicana, Raquel Gutiérrez. Esta acusación nunca fue comprobada y por ello se le aplicó prisión preventiva durante 5 años, para que finalmente el juicio no progrese y el delito prescriba en 2006. Con relación a este caso la Corte Interamericana de Justicia admitió una demanda por la violación de un número plural de derechos humanos contra él y otros miembros del EGTK, el Ejército Guerrillero Túpac Katari, del que aun es el líder.

Álvaro García Linera: "La inflación ya está erosionando la tolerancia de las personas y presidente y vicepresidenta deben trabajar juntos"

Es además docente en las Carreras de Sociología, Ciencias de la Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en la Maestría en Sociología de esa misma Universidad, en la Maestría en Filosofía y Ciencias Políticas del CIDES/UMSA, en la Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad La Cordillera, en la Carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Nuestra Señora de la Paz, entre otras; es autor de numerosas publicaciones, ensayos, artículos académicos e investigaciones.

Se sorprendió cuando fue invitado y asistió a la asunción del mando del presidente chileno Gabriel Boric, cuando no lo hicieron Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel ni Daniel Ortega. Cabe recordar que hasta referentes contrarios al régimen de Ortega, perseguidos por él, también fueron invitados a Chile, como es el caso del escritor Sergio Ramírez, ex vicepresidente de la Revolución Sandinista.  Sin embargo, en esta entrevista que mantuvo con el programa "Tormenta de Ideas" por radio Nihuil, García Linera será quien sorprenda a Boric, ya que se permitió cuestionar a las personas elegidas por el mandatario trasandino para conducir la economía chilena. 

García Linera junto a Boric.

García Linera junto a Boric.

Además, aunque pidió que no se lo involucrara en la política interna de la Argentina, criticó a sus amigos Alberto Fernández y Cristina Kirchner por la situación económica en la que está sumergido el país en medio de sus peleas por el poder.

Álvaro García Linera: "La inflación ya está erosionando la tolerancia de las personas y presidente y vicepresidenta deben trabajar juntos"


.-Estamos en un país donde las relaciones entre presidentes y vicepresidentes no han sido las mejores. Pero usted logró armonizar durante 14 años intereses en común con Evo Morales.

-Las relaciones conflictivas entre presidentes y vicepresidentes también se dan en Bolivia, porque el vicepresidente está a la espera de que el presidente deje el cargo y asumir. En mi caso no. Yo decidí acompañar al primer presidente indígena y mi misión era acompañar a los indígenas al gobierno. Esa renuncia de mi parte a cualquier pretensión presidencial, fue clave para tener una articulación franca y emotivo con Evo. Yo me dediqué a que destaque una nueva elite política indígena que emergió en 2005.

-¿Cómo se le explica a las nuevas generaciones de la izquierda que se puede aplicar un modelo exitoso capitalista como hizo Bolivia?

-Asumiendo ciertos principios de realidad. El primero es que estás en un mundo donde predominan las relaciones de mercado, y tú no puedes crear una isla. Lo segundo, la presencia de una fuerza de izquierda está para mejorar las condiciones de vida de las personas, y eso tiene que tener el tercer principio de realidad: una base que la sostenga en el tiempo. No puede ser algo efímero. Sobre esos tres principios empiezas a tomar decisiones. El Estado tiene que garantizar la distribución de riquezas, pero también producirla, y para eso tienes que vincularte con el mundo. Nosotros multiplicamos las exportaciones por cinco, pero a la vez hubo una fuerte presencia del Estado en la economía con impuestos a los sectores más ricos, distribuyendo todo ese dinero hacia los sectores más necesitados. Tuvimos un crecimiento del PBI de 5% durante años.

-¿Por qué la izquierda miró hacia Venezuela como un modelo a seguir y no a Bolivia, que tuvo mejores índices económicos y sociales?

-Este modelo que combina mercado interno con mercado externo y tasas de crecimiento sostenibles, lo hemos intentado explicar a presidentes de otros países, pero a lo largo del tiempo ha habido menosprecio por lo que hacíamos, porque no somos un país grande. Le dieron importancia a lo social, la llegada indígena al poder, pero no al crecimiento económico de Bolivia.

-¿Por qué Argentina no muestra los mismos números de Bolivia en materia de crecimiento económico?

-He vivido un año en Argentina. Sin calificar a ningún gobierno, lo que me sorprendió fue que es una sociedad rica, con enorme fuerza laboral, de excelencia mundial, una gran capacidad productiva e industrial que no la tiene Bolivia, Perú, Uruguay, etc, carreteras descollantes, pero sus índices económicos y la desigualdad me sorprende mucho. Argentina tiene condiciones técnicas, materiales y humanas para ser la primera potencia económica de Sudamérica, pero no lo logran por temas internos. No quisiera ahondar mi mirada, pero sí puedo decir que cuando comparo a Argentina con el resto de Sudamérica digo que los argentinos deberían ser la potencia de la región. Hay una serie de lastres históricos, estructurales. Espero que ese poderío despierte y nos jale a los demás países con un crecimiento sostenido.

-¿Ha hablado con el presidente Fernández últimamente?

-Con el presidente Fernández nos encontramos hace dos meses en Casa de Gobierno. No hablamos de economía, pero me gustaría charlar sobre cómo un país tan pobre como Bolivia, que era el segundo más pobre de América detrás de Haití, hemos reducido la pobreza a la mitad en una década. Hay cosas que nuestro país ha hecho y quizás pueda ser tomado en cuenta por presidentes de otros países. Con Fernández nos concentramos en la venta de gas que Argentina necesita.

Álvaro García Linera: "La inflación ya está erosionando la tolerancia de las personas y presidente y vicepresidenta deben trabajar juntos"

-¿Cómo piensa que afecta a Fernández la mala relación con la vicepresidenta Kirchner?  

-No quisiera entrar en temas de política interna específicos, pero le puedo decir que en mi estadía en Argentina noté tres cosas que me llamaron la atención. Lo primero, la inflación, que ya está erosionando la tolerancia de las personas, y en este tema presidente y vicepresidente deben trabajar juntos. También me llamó la atención la frustración en los sectores militantes, en los que están en los barrios, las fábricas, en organizaciones sociales, el encargado de transmitir el ideario político a la sociedad. Y si ese individuo tiene desasosiego, no va a llegar el mensaje de arriba hacia abajo. Creo que el gran problema que enfrenta el Gobierno es la debilidad en la gestión, administración, en el monopolio de las esperanzas. Si un gobierno pierde ese control de la esperanza de que a mediano plazo se resolverán los problemas, es un tema que hay que resolver. Una relación más orgánica entre presidente y vice podría ayudar a asumir el año y medio que queda de gestión de una manera mucho más llevadera.

-¿Sirven los mecanismos de control de precios para combatir la inflación?

-Hay que tener una mirada heterodoxa. Mecanismos de control de precios, de manera puntual y específica y probando si funciona, puede funcionar temporalmente, pero no debería ser permanente por la distorsión que genera en los mercados. Ante presiones excepcionales a nivel mundial, se pueden establecer mecanismos internos de protección de consumo popular sin afectar la exportación, luego que pasaron esas presiones se debe volver a la regulación del mercado. En Argentina, con una pobreza que ronda el 40%, hay que ver qué consume ese sector y ahí el Estado hacer intervenciones temporales de emergencia para regular precios.

-¿Cómo analiza el efecto Boric en Chile y la nueva ola de progresismo en América Latina?

-Lo de Boric puede ser un síntoma de algo que se repita en el conteniente: una renovación de los liderazgos. Hay que ver si va a ser conflictiva o compuesta, transitando lo nuevo y lo antiguo juntos sin que una reemplace a otra. En Chile, en el área económica se recurrió a los antiguos personeros con conocimiento en el área. Esta segunda oleada progresista tiene problemas distintos a los que enfrentamos nosotros. El mundo está en crisis, hay mayor concentración de recursos, posibilidad de fracturas... Lo que está pasando en el mundo nos obliga a que estos nuevos liderazgos se articulen en el continente, en un mundo conflictivo y caótico en el que cuentan los bloques continentales. México, Brasil y Argentina si logran unificarse en temas puntuales, el resto los acompañará. Para eso será clave la victoria de Lula.

La entrevista completa con Álvaro García Linera en Memo TV Streaming

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