Un proyecto de Cobos y la realidad política
Sergio Bruni analiza y opina en esta nota sobre el proyecto de Julio Cobos para cambiar el huso horario argentino.
El proyecto del diputado Julio Cobos sobre el cambio del huso hoario, además de un interesante debate, reflotó un pedido de larga data de científicos y entendidos en el tema, quienes consideran de suma importancia atrasar los relojes una hora en la época invernal, para favorecer a la salud y calidad de vida de las personas. Una práctica que es común en países de Europa, en EEUU o sin ir más lejos, en el país vecino de Chile.
Propone el diputado Cobos, atrasar los relojes una hora para comenzar la jornada laboral con luz solar y así ahorrar energía.
Científicos han sostenido que, esto tiene que ver con la rotación de la tierra y los periodos de oscuridad, del día y la noche, respecto al reloj pulsera, celulares y aparatos electrónicos. La idea contempla que el amanecer en la provincia se produzca a las 7 horas y no a las 8 como suele ocurrir cada invierno.
Es que el país está ubicado en una determinada franja de longitudes y está centrada con el huso horario -4, pero actualmente estamos usando el -3, el que solo se puede adoptar en verano.
Ante la indiferencia radical, el peronismo apapacha a Cobos
"Lo que proponemos es simple: coordinar el reloj pulsera con el reloj solar. De manera que el mediodía solar, coincida lo más que se pueda con el del reloj pulsera. Porque con los horarios coordinados, uno va a tener mejor aprovechamiento de la luz diurna, sin iluminación artificial", sostiene la doctora en Astronomía e investigadora del Conicet, Beatriz García.
El hecho de estar "corridos" respecto a la hora solar, tiene consecuencias graves para la salud y la calidad de vida de las personas. Desde la Ciencia, sostienen que para que el organismo funcione bien, su reloj biológico debe estar coordinado con el sol y el reloj pulsera. "Cuando sale el sol hay un montón de funciones que se activan y otras que se inhiben. Por ejemplo, se inhibe la producción de melatonina que es la hormona inductora del sueño", explicó la científica.
El proyecto de Julio Cobos desnudó, sin proponérselo quizás, el lado más oscuro de la realidad política. Por una parte, con buen criterio, esta iniciativa de Julio Cobos ha sido respaldada por Daniel Orozco y Adolfo Bermejo, dos destacados dirigentes que, aun perteneciendo a partidos y pensamientos diversos, han hecho primar la sensatez, poniendo por encima de las diferencias, el bien común para el país y para Mendoza.
Aunque no parezca un tema central, es lo suficientemente importante y prioritario -por la época del año -para avanzar por las grandes ventajas que trae aparejado en diversos aspectos de la vida en comunidad.
Pero, por otro lado, mostró una excepción de lo que debiera ser la regla. Ojalá coincidencias así, presagien nuevos tiempos para la política, los acuerdos resultan indispensables para los tiempos venideros, en una argentina desesperanzada de la clase política y sufriente de los atrasos que la llamada "grieta" le inflige a cada uno de los argentinos.
Para el Gobierno, el posible cambio de horario en Mendoza no es prioridad
Es imprescindible el diálogo y el entendimiento político, en este tema como en muchísimos otros para buscar soluciones a los problemas de la ciudadanía por fuera de la lógica perversa de la polarización permanente.
Hace ya años que, la política argentina ha quedado estancada en la denominada faz agonal, la de la contienda permanente, propias de las campañas electorales para acceder al poder. Sin embargo, no ha sido capaz de pasar a la faz arquitectónica, la de la construcción de las políticas prometidas y la de acordar en los temas claves, auténticas políticas de estado que tengan permanencia en el tiempo, gobierne quién gobierne.
Cuando en el año 1939, en una visita a Buenos Aires del pensador y ensayista español, José Ortega y Gasset, arengó a la dirigencia de entonces, con los célebres párrafos: ¡Argentinos! ¡A las cosas, a las cosas! "Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos." Nadie pudo imaginar que la dirigencia argentina terminaría ocupándose de las "No-Cosas" tal como las define, Chul Han, en uno de sus últimos libros: "Un mundo virtual, dominado por las apariencias y los relatos, cada vez más intangible, nublado y espectral
Terminar con los "fanatismos" de un sector del frente gobernante, que lo ha inmerso en una crisis interna sin cuarteles, es condición necesaria, para poder desbloquear el estancamiento del diálogo político y poner proa hacia la búsqueda de los consensos necesarios para sacar a la argentina del fracaso que hoy muestran todos los indicadores, ya sean, institucionales, políticos o económicos.
Por Sergio Bruni.