El desesperado pedido de una madre con su hijo varado en el exterior
Sandra Zavattieri saca fuerzas en esta, su primera carta pública, para reclamar que el Gobierno se interese por las personas que han quedado varadas en el exterior. Entre ellas, su hijo. "nos sentimos invisibles", dice, ante la falta de respuesta.
Hoy me presento ante la sociedad mendocina para contar como mamá la historia que me toca vivir con un hijo varado en el exterior. Son momentos difíciles para todos, los que estamos acá y los que están allá. Tengo a mi hijo más chico en Andorra, él viajó para trabajar durante sus vacaciones de verano en la facultad.
Estudia Diseño de Productos en la UNCuyo y cuando se fue, esta pandemia no había comenzado.
Tenía su pasaje de vuelta por la empresa Level, que es una low cost, porque no es millonario ni cheto y ha hecho este viaje con mucho esfuerzo. No se fue irresponsablemente de paseo con pandemia declarada.
Detrás de cada varado en el exterior hay una historia personal, familiar, laboral, de carencias y de afectos que hoy no se están teniendo en cuenta. No están recibiendo ayuda como se lee y escucha en las declaraciones de los gobernantes.
No está pagando las repatriaciones el gobierno argentino, que ha impuesto que solo puedan volver por Aerolíneas Argentinas a precios que la mayoría tiene que endeudarse fuertemente para pagar y que duplican los que les cobran otras aerolíneas a las que no están dejando ingresar.
El decreto presidencial establece que se hará la repatriación en forma gradual y es el ministerio de salud en este momento el que define el número de personas que pueden ingresar por día al país.
Vienen vuelos vacíos de otros países a buscar a sus ciudadanos y el gobierno argentino no permite que traigan argentinos. Esos vuelos cuestan el 50% de lo que cuesta un vuelo por Aerolíneas Argentinas. Cancillería responsabiliza a los consulados, los consulados a cancillería, cancillería a las líneas aéreas, las líneas aéreas a cancillería y así sucesivamente.... Y en el medio las PERSONAS, con sus realidades, algunas mejores, otras peores, pero todos con sus derechos vulnerados.
Hemos desaprovechado el mejor momento para traerlos, cuando el sistema de salud todavía no colapsa, esto nos lleva a pensar que esta situación se puede prolongar por meses. Meses en los que tienen que seguir llenando formularios y enviar mails que nadie contesta, meses en los que están sin prestaciones de salud en el extranjero, meses en los que tienen que ver donde vivir y cómo comer, ya que vivir sin trabajo en el extranjero con ayuda de los familiares argentinos es prácticamente imposible.
Es muy dificultoso porque nuestra moneda está muy devaluada y además hay que adicionar a cualquier gasto el 30% del impuesto país, difícil porque muchas familias hoy están sin trabajar, con sueldos reducidos o sus actividades paralizadas por el confinamiento obligatorio, sin recibir ayuda y pagando sus impuestos.
Difícil porque las tarjetas de crédito después hay que pagarlas. Difícil porque muchos se fueron a trabajar para ayudar desde allá a sus familias y hoy en los consulados les contestan que si no tienen recursos los ayuden sus familias desde acá. Difícil porque muchos se fueron a estudiar becados por convenios de universidades públicas y están muy lejos de ser chetos y millonarios.
Sentirse invisible, sentirse abandonado, sentirse excluido, sentirse discriminando. Estoy convencida que con buena voluntad y con intervención de sanitaristas se puede organizar un retorno que contemple a más ciudadanos.
Que puede haber estrategias que nos cuiden a nosotros y los cuiden a ellos. Necesitamos que las autoridades tomen este tema más enserio, que coordinen con los otros países vuelos cruzados de repatriación para que más gente pueda volver, que se activen protocolos sanitarios y más aeropuertos.
¿Tienen estadísticas por ejemplo de cuántos mendocinos podrían salir en un solo avión desde Europa y llegar a Mendoza todos juntos?
¿Han pensado en hacer algún convenio con obras sociales para hacerles test a los que regresan? Son solo algunas preguntas que me hago y que lamentablemente nadie me responde.
Yo, como muchos, queremos a nuestros familiares de regreso, no por capricho, porque necesitan volver, porque no están allá con asistencia y porque es su derecho.
Pido y confío en que se revisen los protocolos, se escuchen las realidades, se respondan las consultas, se difunda información más concreta y se articulen todos los esfuerzos necesarios a nivel nacional y provincial. Por la saludo y el bienestar de todos y cada uno. Gracias.
Sandra Zavattieri DNI 18.430.499