Cinco claves para entender la crisis sin precedentes que afecta a las petroleras en Argentina

No sólo el precio representa un desafío para las productoras que operan en el país. Abril genera la mayor incertidumbre para las empresas en mucho tiempo. ¿Qué pasa con la producción de gas?

Las consecuencias del parate por la pandemia del coronavirus covid-19 aún no se han percibido en su mayor magnitud no sólo en las potencias mundiales, tampoco en los países emergentes como Argentina. Y la crisis del petróleo ingresa dentro de este cuadro de situación.

Más allá del precio del barril, cuyo valor (el más bajo desde 2002) repercute directamente en la economía de las empresas y las provincias petroleras que dejan de recaudar regalías, abril representará un gran desafío: ¿qué hacer con el crudo que sobrará ante la caída de la demanda en Argentina?

Cinco claves para comprender la dimensión del problema:

1- En Argentina se producen, en promedio, unos 80 mil metros cúbicos de petróleo por día, cifra que tiene relación con la demanda histórica.

2- Sin embargo, las empresas petroleras estiman que en abril la demanda caerá, en el mejor de los escenarios, a 40 mil metros cúbicos diarios.

3- Sólo con la producción de YPF y Pan American Energy (cuyas exportaciones bajaron ante la caída de la demanda mundial) alcanzaría para cubrir las necesidades del mercado interno.

4- En un escenario sin precedentes, quedarán entonces unos 40 mil metros cúbicos por día sin destino. Ante esto, todas las petroleras analizan los pasos a seguir.

5- En una situación de alta producción y bajísima demanda, en Argentina se replica el escenario global: los precios del barril se vienen a pique y los números dejan de cerrarles a las empresas.

En este escenario, algunas empresas negocian una posible solución con YPF: que la petrolera de bandera reduzca la producción en las áreas en las que tiene el 100% de la concesión para que no se vea afectado el nivel en aquellos yacimientos donde opera junto a un socio de menor envergadura.

Por otra parte, lo más probable es que ante el derrumbe del precio, en aquellas áreas donde el costo de extracción represente casi el mismo valor que el barril, se deje de producir. A diferencia del gas, el petróleo se puede "guardar" en su reserva natural.

El gas, otro problema

Además de la caída de la demanda del sector industrial producto de la paralización por la cuarentena, hay otro factor que afecta al gas: la estación del año, en la que la gente no prende el calefactor porque no hace frío, pero tampoco el aire acondicionado porque no hace calor.

Entonces, no queda otro remedio que reducir la inyección del gas al sistema. Como no hay dónde colocarlo, se cierran pozos, lo que implica un riesgo para las empresas productoras, especialmente en determinados yacimientos.

Sobre esto último, los campos de gas maduros representan un gran problema: se corre el riesgo de que si se cierran, en determinadas condiciones no podrían reabrirse: por las características de estos pozos, el agua puede hacer contrapresión e impidir que el gas vuelva a salir.

Todo este panorama, tanto en el petróleo como el gas, tiene aparejada la caída de la demanda de mano de obra y pone en riesgo miles de puestos de trabajo.

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