Leé un capítulo de "Has tenido lo tuyo", de Mauricio Llaver

El periodista Mauricio Llaver acaba de lanzar un nuevo libro. Prolífico, en esta oportunidad, en lugar de contar los lugares del mundo por los que pasó (que son muchísimos y los describe muy bien en otros volúmenes) esta vez recorre sus propias evocaciones con un estilo particular: las indagaciones, en un diálogo íntimo que escarba y encuentra.

El periodista Mauricio Llaver lanzó recientemente su último libro, "Has tenido lo tuyo". Incansable analista, escritor y cronista de viajes, esta vez se centró en recorrer su propia vida a través de lecturas y experiencias que lo fueron marcando a fuego.

¿Son unas "memorias" de Llaver? No tanto, pero puede ser que sí lo sean, en definitiva. Demasiado joven para heredar sus conocimientos, sí ha logrado volcar en este volumen gran parte de lo que acumuló en sus archivos mentales a lo largo de su vida, y con una generosidad inusitada, los vuelca con un estilo particular: se hace y responde preguntas, del mismo modo en que trabaja habitualmente los análisis domingueros de la revista Punto a punto, de la que es director periodístico.

Le pedimos que nos regale un capítulo para empezar a leerlo, antes de que vayamos a la librería en la búsqueda de nuestro ejemplar y devorar todo el texto, fluido, informativo y contundente en recursos que abren nuevas ventanas, las propias de cada lector, para que entren recuerdos de vivencias, como muy bien lo ha hecho el autor en este libro.

La corrección política y los hipersensibles

Leé un capítulo de "Has tenido lo tuyo", de Mauricio Llaver

-Zappa, Dalí... de los dos destaca la incorrección política.

-Es que la corrección política es un problema, y desde hace años tengo una teoría propia.

-Cuente.

-Que la corrección política va a ser el fin del humor.

-¿El fin del humor?

-Claro, porque el humor siempre se ríe de alguien o de algo. Si se lo piensa bien, es bastante cruel, pero es así. Y si uno tiene que dejar de reírse de muchas cosas, será su final. Sólo se podrán hacer chistes en privado, y cuidando de que nadie se ofenda.

-Es fuerte su teoría.

-A mí me inquieta bastante, porque el cuidado de unos pocos limita la libertad de todos los demás. Es una cosa complejísima, que no me resulta fácil de argumentar, pero así la siento.

-¿Pero cuál es el problema?

-Que quedamos sujetos a la tolerancia, o no, de personas con sensibilidades muy distintas de las nuestras. El que lo explica bien es John Cleese.

-¿Quién es John Cleese?

-Un humorista británico, de un grupo legendario que se llamaba Monty Python, que se mataba de risa de todo el mundo y hoy quizás tendría que hacer otra cosa.

-¿Los de "La vida de Brian"?

-Esos. Calcule que ahí hasta parodiaban a Jesucristo.

-¿Y qué dice Cleese?

-"Cuando la gente no puede controlar sus propias emociones, entonces empieza a querer controlar el comportamiento de otras personas. Cuando estás rodeado de gente hipersensible que se ofende fácilmente y por cualquier cosa, no puedes relajarte y ser espontáneo, porque no tienes idea de lo que les va a molestar".

-Claro, y uno se termina autocensurando.

-Tal cual. Se está formando una sociedad de hipersensibles, de personas que se ofenden con facilidad, y tenemos que quedarnos callados la boca.

-Eso es complicado.

-Eso es complicado. Obvio que hay que encontrar un equilibrio, pero al final se termina dando la regla de la minoría.

-¿Regla de la minoría?

-Todos se adaptan a ellos. Cuando en una casa a alguien no le gusta la cebolla, terminan todos sin comer cebolla, porque directamente es más fácil hacer algo sin ella, que cocinar con cebolla para unos y sin cebolla para el otro.

-¿No es medio vulgar ese argumento?

-Puede ser. Pero piénselo y llévelo al terreno de las opiniones. Como no puedo criticar a los de tal partido político, no hablo de eso. Como no puedo reírme de alguna comunidad, me quedo callado. Al final, es incómodo y paralizante. Y uno se pregunta de qué carajo puede hablar sin ofender a los demás. Y sólo puede hablar de lo que los otros le permiten que hable.

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