Convocan a los mendocinos a revisar sus archivos fotográficos para reconstruir el ADN local
El Departamento General de Irrigación tiene un extenso registro de la memoria hídrica de la provincia, pero hace extensivo el pedido a todos los mendocinos que tal vez tengan guardadas imágenes del pasado mendocino.
Desde la impermeabilización del canal Cacique Guaymallén a una inundación en plena ciudad de San Rafael, desde los "pie de gallo" para contención del agua, a tomas aéreas impactantes de ríos y glaciares. La fotografía como testimonio de un pasado que armó nuestro presente y una convocatoria a los mendocinos para aportar material que complementen los recuerdos de nuestra identidad.
"Hay una cosa que la fotografía debe contener, la humanidad del momento" dijo el fotógrafo suizo Robert Frank (1924-2019), y en esa frase resumió gran parte del sentir del observador de una fotografía, especialmente cuando la misma nos lleva a un instante en el tiempo que no es contemporáneo a nosotros y que por tanto, el acercamiento a esa "humanidad" solo es posible a tan corta distancia del ojo, por la fotografía misma.
En Mendoza, distintos organismos, entre ellos el Departamento General de Irrigación, atesoran imágenes que permiten la reconstrucción de paisaje cultural mendocino de distintas épocas, aportando información y mostrando como el recurso hídrico es parte de nuestro ADN colectivo. En esta nota mostraremos tan solo una arbitraria selección de fotos, que no siguen una línea temporal, sino que buscan transmitir el mismo entusiasmo con el que se las eligió, para que cada observador de las mismas, pueda hacer un viaje imaginario a ese lugar, a ese tiempo, y sentir como la humanidad ha convivido con el agua y sus formas y ha intentado administrarla para el desarrollo.
"Mendoza tenía allá por fines del siglo XIX decenas y en el XX cientos de fotógrafos amateur, con muchísimo conocimiento de fotografía, dentro de sus casas tenían pequeños laboratorios de revelado, era como la piecita ahora de las herramientas, en su gran mayoría eran personas que aprendían con libros y manuales específicos, hasta había cursos por correo. También eran muy comunes los fotoclubes, que eran espacios para la formación inicial y semiprofesional, después tenías a los profesionales formados en el exterior, llegaban de Francia, Italia, España, Alemania, Estados Unidos. Entre ellos estuvo el italiano llegado en 1930 desde Estados Unidos, Atilio Ronchietto, que no solo se dedicaba a la fotografía y óptica, él fundó el primer estudio cinematográfico de la provincia, y es el autor de las imágenes fílmicas del primer carrusel vendimial", dice Sergio Sánchez, Director del Museo Interactivo Audiovisual del Distrito 33.
Convocatoria
Una de las premisas de las que partió este artículo, fue realizar una invitación al pueblo mendocino, a revisar sus "arcones", sus baúles. A revisar aquellas fotos que se heredaron familiarmente y que quizás permanezcan dormidas en algún cajón o en un álbum no revisado hace tiempo. Allí, aunque tal vez pueda considerarse, la foto es solo un retrato de un momento familiar, con seguridad habrá un testimonio que nos hable de nuestro ADN. Cada detalle de ese instante del pasado, nos dirá algo valioso, desde la ropa usada a la geografía que asoma tímida de fondo. Todo ese material es valioso, porque nos hablará de nosotros mismos, de esa cadena temporal en la que nos fuimos construyendo.
La invitación es a comunicarse por correo electrónico a museoaudiovisual2024@gmail.com o archivohistoricodelaguamza@gmail.com. La fotografía histórica, nos relata en espejo solo que en un momento distinto temporal, aún así no dejamos de ser nosotros, ese pueblo mendocino donde el agua fluye y crea lazos florecientes.