Cuán grave es la sequía que viene y por qué Irrigación cree que se puede superar

El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, explicó la dimensión de la escasez de agua y cómo se piensa afrontarla. Consideró que un esfuerzo de áreas estatales y de la población podrían aumentar un 15% la disponibilidad de agua. Detalles y secretos que se escurren en el cauce informativo.

G. Conte y S. Montiveros

El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, explicó los alcances de la sequía prevista, que será un 11% superior a la existente, pero además informó cómo se realiza el pronóstico y ofreció detalles en torno a las formas de afrontar una situación que viene siendo grave ya desde hace varios años en Mendoza.

En síntesis, Marinelli explicó a Memo:

1- El cálculo. "Estamos mostrando lo que indica el pronóstico que se hace al comienzo de temporada, que indica qué cantidad de nieve hay en cada cuenta y el cálculo de qué cantidad de agua representa, para saber cuál será el caudal de cada río a lo largo del año. Eso permite saber cuánta agua se embalsa en los diques y cuál debe ser la erogación de esos embalses para ser utilizado en riego. Se allí sale que esta temporada tendremos un 11% menos de agua que la pasada que ya fue seca y escasa".

2- Cuánta agua es. "Es muy poco agua. Pero hay que entender que resulta muy poco agua para como se la usa hoy. No es tan poca si logramos aumentar los niveles de eficiencia, que es hacia donde debemos apuntar".

3- ¿A tiempo? "Todavía estamos a tiempo de tomar medidas estructurales y de modificar conductas en la cultura del uso del agua. El objetivo es que no nos sorprenda una sequía como la de Chile. Escuchaba al presidente Sebastián Piñera afirmar que han debido afrontarlo como si fuera un terremoto que ya pasó y están saliendo a atender los heridos y buscar a los desaparecidos. En este caso, estamos a tiempo todavía de no llegar a eso, o que suceda dentro de muchos años y no de manera inmediata".

4- Recursos. "Estamos encaminados con proyectos de importancia a nivel ingeniería que son revestimiento de canales, construcción de reservorios y presurización del riego, o por lo menos la dotación de agua para atender propiedades con riego presurizado. Tenemos varios proyectos terminados, sobre todo en materia de riego acordado. Allí hay que profundizar las cuestiones culturales en todos los niveles, inclusive en la propia repartición".

5- La costumbre. "El cambio cultural nos cuesta a todos y personalmente demanda muchísimo despliegue territorial para demostrar la importancia que esto tiene. Avanzamos, pero es un trabajo de hormiga. Estamos llegando a las fincas para demostrarles a los productores cómo pueden mejorar en el uso del agua sin invertir plata. Con buenas prácticas agrícolas, en colaboración con INTA y Ciencias Agrarias, se trabaja con mucha fuerza. Sin plata, se mejora una cuenta solamente cambiando las prácticas agrícolas".

6- El cómo. "Se cambia regando con planificación, utilizando el agua por la noche porque si no, se pierde. También tenemos que acordar en función de las demandas, cómo distribuir el agua. Allí hay que revisar las compuertas y medir mejor. No puede ser que le sigamos liberando el agua a la misma hora y para todos, no importa qué cultivo tenga. Con medición y comunicación transparente se puede generar un ámbito de confianza. Faltaría tecnificar las fincas, pero faltaría financiamiento".

7- Teoría y práctica. ¿Se modificaría la categoría de la crisis si se cambiaran las prácticas habituales? "El fenómeno de escasez está vinculado a que el caudal que tienen nuestros ríos es inferior a la media histórica. Para que salgamos de eso tiene que suceder un cambio en la naturaleza, lo que quiere decir que vamos a seguir con escasez por mucho tiempo, porque estaos muy lejos de la media histórica de escurrimiento. Para que haya déficit hídrico es porque la oferta no atiende la demanda. El año pasado la producción vitivinícola no bajó, sino que subió. No depende de la cantidad de agua. No tenemos muchos datos de la parte hortícola y sí de la actividad ganadera".

8- El objetivo. "Apuntamos a que a pesar de la escasez no tengamos déficit hídrico con todas estas estrategias. Hasta un 15 por ciento lo podemos ganar con uso eficiente del agua y buenas prácticas, sobre todo en las redes secundarias".

9- Consumo hogareño y riego. "Todos los ríos tienen un caudal promedio. El del río Mendoza es de 44,7 metros cúbicos por segundo. Ese promedio viene cayendo porque todos los años se le agrega el último promedio y entonces, cada vez es más pobre, va bajando. El promedio para este año es de 27 metros cúbicos por segundo y en el área metropolitana se le están dando 7 metros cúbicos por segundos para el uso poblacional, sin perjuicio del uso de agua subterránea. Hay un cuarto de río que se va al consumo poblacional. En los meses de invierno, el río trae muchísima menos agua, y aunque la actividad agrícola también es menor, hay que considerar que medio río va a parar al consumo humano. Si hubiera menos consumo, uso racional y un buen mantenimiento de las instalaciones de los distribución del agua potable, esa agua podría quedar embalsada como reserva".

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