Hoy, el desafío es hablar de convivencia de las personas, no de género
Carolina Martínez, presidenta de Jóvenes FEM, deja una opinión personal sobre el rol de las mujeres en las organizaciones.
Es fascinante observar el camino recorrido por las mujeres políticas de nuestro país y los logros alcanzados a través de su lucha, logros que hicieron eco en otras esferas sociales trascendiendo el ecosistema público político. Las cámaras empresariales son un ejemplo de ello, donde desde hace varios años cada vez somos más las mujeres que ocupamos lugares en sectores de toma de decisiones y donde todas las personas que somos parte, hemos evolucionado y convivimos con respeto. Ayer leí una nota de la diputada provincial Daniela García (UCR) donde hace referencia a que "el proceso que vivimos las mujeres políticas hoy también se necesita en el ámbito privado"... Entonces me lleva a rever un poco la historia para entender este proceso. El 6 de noviembre de 1991 se estableció el piso del 30 % en las listas legislativas nacionales. Fue una ley pionera en el mundo. Estuvo vigente hasta 2017, cuando se aprobó la 27.412 de Paridad de Género en ámbitos de representación política, por la cual las listas electorales pasaron a tener intercalados en partes iguales candidatos mujeres y varones. La mendocina Cristina Zuccardi fue una de las diputadas que ingresaron a la Cámara Baja en 1993, tras la sanción del cupo femenino y me parece válido traer a colación un testimonio suyo: "En ese momento no había baños para mujeres en el Congreso. Había que dar toda una vuelta si querías ir desde la banca. Los varones los tenían cerca. Recuerdo que hicimos una nota al presidente de la Cámara, que entonces era Alberto Pierri y convirtieron en mixtos algunos de los que estaban alrededor del recinto. Es un dato simbólicamente muy fuerte: no cabía en la mentalidad de la época cuando se construyó el edificio del Congreso que iba a haber mujeres", había señalado Zuccardi. Este tipo de situaciones jamás las vivimos en carne propia en nuestras instituciones. Evidentemente hemos evolucionado como sociedad y por ende las instituciones también. Desde hace varios años las cámaras empresariales abren sus estructuras para crear un ambiente de pares, donde la gestión es lo que prevalece y donde se valora a las personas por sobre el género. Las estructuras ya no son más estáticas, hay un fuerte recambio generacional, hay buena convivencia, hay respeto por el ser. Sin ir más lejos, soy un claro ejemplo de eso, fui la primera mujer en la provincia en presidir una Específica Joven en el seno de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Turismo de Tunuyán (CIAT), y actualmente soy la primera mujer en presidir la juventud de la Federación Económica de Mendoza (FEM). Pero no soy el único caso, hay muchas mujeres admirables que también tienen destacables roles en la provincia, como es el caso de Marina Rodríguez que es la primera Mujer en presidir la juventud de la Cámara de General Alvear, Analía Zugasti la primera mujer en presidir la Cámara Joven del Este. Otro ejemplo es Antonella Tassaroli que es la primera Vicepresidenta de ASINMET, Elizabeth Alonzo que es la Presidenta de la Juventud de Cooperativas Vitivinícolas, por nombrar sólo algunos casos. Lo curioso es que todas nosotras, somos referentes en instituciones con más de 60 años de historia, pero sin lugar a dudas con una visión de futuro que se deja ver a las claras. De todas maneras la dicotomía hombre/mujer es una discusión que desde la perspectiva de los jóvenes, sector al que represento, ya va quedando atrás. Valoramos con respeto a todas las personas quienes accionaron para que hoy existan oportunidades más igualitarias, destacamos el esfuerzo de actores políticos que llevaron la bandera de la igualdad hacia diferentes ámbitos. Pero, hoy los invitamos a hacer una revalorización de las personas, independientemente de cómo se perciban. Hoy el desafío es hablar de convivencia de las personas, no de género. Celebramos la presentación de proyectos por parte del sector público, pero también, invitamos a que sus iniciativas sean consultas con el sector al que pretenden beneficiar. Las mujeres que ejercemos la política privada en las cámaras empresariales vinculadas en la FEM estamos muy a gusto trabajando y lo hacemos por convicción, ad honorem y por compromiso colectivo, no compartimos la idea de cupo, porque consideramos que esa imposición (válida en su momento) pertenece al pasado. En nuestro campo de acción, los lugares se ganan por capacidad, por gestión, por consenso y por ejercicio democrático, no necesitamos más que eso. Eso es transparencia, eso nos empodera, nos hace creíbles, respetables, eso nos hace fuertes. Nosotras no debimos luchar por nuestros cargos ni los obtuvimos por obligatoriedad o imposición, nosotras nos lo ganamos por nuestra acción y por la fuerza de trabajo de las instituciones que representamos. Hoy las mujeres dirigentes estamos preocupadas y ocupadas por el sistema educativo desactualizado, por la incontrolada inflación, por la grave situación consecuencia de las fuertes heladas de los últimos días, el problema para conseguir mano de obra, la suba desmedida de impuestos, la falta de oportunidades para emprender etc. etc. etc. Por eso, invitamos a la diputada Daniela García a reunirse con nosotras, las mujeres políticas del ámbito privado, y con todo gusto le contaremos nuestra experiencia, nuestro trabajo y nuestras inquietudes y quizás entonces tal vez surja un proyecto que verdaderamente nos represente.
LA AUTORA. Carolina Martínez, presidenta de Jóvenes FEM.