Guzmán no disfrutó ni un solo día de fortaleza tras el acuerdo, y el dólar sube
La renuncia del hijo de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo, a la conducción del bloque de diputados del Frente de Todos, fue un baldazo de agua fría a la confianza externa, aunque internamente termina siendo parte del show permanente que ofrecen los diversos brazos de la alianza gobernante.
El ministro de Economía, abocado durante dos años a negociar la deuda argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no tuvo ni un solo día de fortaleza, a pesar de que el Gobierno recibió múltiples respaldos del arco político, gobernadores y figuras de la oposición por haber conseguido evitar el default y más allá de las críticas, cuestionamientos y "asteriscos" puntuales que pudieran cruzar con el oficialismo.
La renuncia del hijo de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo, a la conducción del bloque de diputados del Frente de Todos, fue un baldazo de agua fría a la confianza externa, aunque internamente termina siendo parte del show permanente que ofrecen los diversos brazos de la alianza gobernante.
Se desconoce si sus peleas representan una puja por el control del poder o bien, son parte de una estratégica multitarget, para no perder respaldo por izquierda, derecha ni centro en un entramado que se conformó para ganar, pero al que se le dificulta gobernar bajo un mismo programa.
En el país, como contó el analista de situaciones de crisis Mario Riorda, "3/4 partes de la sociedad rechaza a Maximo Kirchner. El + alto diferencial negativo híper-agravado. Y 3/4 apoya al acuerdo con el FMI, no porque esté feliz ni porque lo comparta o conozca, sino porque representa algo de certidumbre". De tal modo, a nivel general, el resultado del portazo del kirchnerismo y la sobreactuación del kirchnerismo más duro, como las declaraciones de Leopoldo Moreau, Fernanda Vallejos y la chavista Alicia Castro, lejos de pinchar, podrían terminar dándole un poco de aire a la alicaída figura presidencial.
Como consecuencia del desaguisado entre peronista de diversa convicción, el ministro del país que no tiene plan económico y cuya única tarea acaba de mostrar su primer logro, queda con escaso músculo, justo cuando había conseguido algo de fuerza.
Los primeros datos del impacto en los mercados, este martes, es que el dólar blue, ese extraño producto que siendo "paralelo" es el termómetro más consultado del país, vuelve a subir. Anota otra leve suba de 50 centavos para ubicarse en $ 210,5 para la compra y $ 213,5 para la venta. Así, sigue acomodándose tras la fuerte caída del viernes, pero no muestra al menos de momento un impacto significativo.
Si hubo "fiesta" tras descomprimir las tensiones por la deuda, duró nada, fue efímera, o solamente se trató de una "clandestina" a la luz de quienes quieren manejar las decisiones del Presidente, sin ocupar su lugar.
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