Hay poca papa para el puré, pero la cocina sigue abierta
El Banco Central se olvidó que estamos en la Argentina y comenzó a tomar medidas para frenar la caída de reservas y llevó al blue a explotar. Además, deja abierta la posibilidad para que siga su aumento descontrolado. Una muestra más de lo desconectados que están los funcionarios de la realidad.
"Los viernes siempre hay mucho movimiento. Acá todo sigue normal. No recibimos los US$200 como los últimos meses, pero todo el tiempo hay gente". A pesar de las medidas tomadas por el Banco Central para restringir la compra de dólar ahorro, el mercado paralelo sigue su ritmo casi normal, tal como lo refleja la conversación con uno de los tantos operadores del mercado paralelo.
Seguramente el lunes, cuando vuelva a abrirse el mercado cambiario van a ser muy solicitados. No son pocos los mendocinos que estaban esperando un mejor precio del blue para vender los dólares que aún tienen ahorrados o para vender los US$200 aquellas personas que aún pueden comprar.
Claramente el puré que hacían muchas personas cada mes para tratar de ganar algunos manguitos en medio de la crisis está difícil de preparar, hay poca papa, pero la cocina sigue abierta y los que aún tengan algún "tubérculo" van a obtener una buena diferencia después de una semana en la que el paralelo aumentó $17.
La suba no es algo que sorprenda, porque la primera reacción que tuvieron millones de argentinos -sin ser expertos- cuando se anunciaron las medidas de Miguel Ángel Pesce fue decir "se dispara el blue". Lo curioso, es que la persona que -en teoría- debería ser la más sabe sobre estos temas no previó un escenario como el que se registró esta semana.
Es que se caía de maduro que esto iba a pasar, y para saberlo no necesitabas ir a estudiar economía, era suficiente con conocer a los argentinos y saber que en la única moneda que confían para cuidar algo de sus ahorros, en un país tan inestable, es el dólar. Es simple, si no lo puede conseguir al precio oficial o las otras variantes, se va a ir al mercado paralelo y va a pagar lo que pidan antes que dejar sus ahorros en un peso que cada día vale menos.
Pesce ya había adelantado que estaba alejado de la realidad cuando criticó a las personas que hacían puré y las llamó delincuentes, cuando en realidad lo que hacían era buscarle la vuelta a la sobrevivencia en un país que no da opciones, que cierra puertas, que limita y que estruja con impuestos. Ahora, con sus medidas y los efectos que tuvieron, se coronó como el tipo más desconectado de la realidad en todo el país.
Lo que no prevé un funcionario como Pesce es que el argentino se las va a rebuscar para salvar el día a día y tener una calidad de vida aceptable. Va a remarla mientras la pobreza avanza con su manto voraz y amenaza cada vez a más personas con una canasta básica que aumenta y aumenta.
Otra cosa que no previó el titular del Banco Central es que cada cosa que haga restringiendo el acceso al mercado cambiario va a traer sí o sí el recuerdo de lo sucedido en 2001. Aunque expliquen en 100 idiomas que los bancos no tienen problemas y hay liquidez (porque realmente están sanos), la gente no confía y teme que avancen sobre sus ahorros.
No es casual que desde el 15 de septiembre (cuando se anunciaron las medidas), la caída de los ahorros privados en dólares sea superior a los US$1.600 millones. Es consecuencia de las medidas que tomó el señor Pesce.
Ahora, después de lo ocurrido el viernes y de las reuniones que se están realizando este fin de semana por el blue a $167, temo que se vuelvan a anunciar otras medidas y vayamos de mal en peor. El panorama actual es sumamente delicado y es necesario que cada anuncio se analice y se haga de una forma que no genere los efectos contrarios a los esperados.
En principio, es difícil que el mercado tenga una buena reacción si sigue siendo Pesce el que de los anuncios y las explicaciones, porque claramente no genera la confianza necesaria en un escenario tan delicado, donde una palabra puede hacer que se vuelva a disparar el blue.
Mientras, y sin poder comprar dólares, muchos argentinos le buscan la vuelta comprando tarjetas de Amazon o entrando al mercado de las criptomonedas, lo que es llamativo por una cuestión particular. Son muchas las personas que no tienen idea qué es un bitcoin o cómo funciona el mercado de las monedas virtuales, pero lo prefieren por encima del peso. Es decir, es tan poca la confianza que le tenemos a nuestra moneda que preferimos apostar a una reserva de valor que no conocemos en profundidad, pero que seguramente no puede ser tan mala como la que tenemos en los bolsillos hoy.
Se viene una semana con mucho movimiento y en el mercado paralelo se preparan para movimientos en ambos sentidos, para recibir a los que quieren o necesitan vender, pero también a los que buscan refugio para esos pesos que les queman en las manos.