Vinos, comidas y tradición

En su espacio "Vinos & comidas", Juan Marcelo Calabria destaca, con ilustraciones del célebre Molina Campos, el Dia de la Tradición.

Juan Marcelo Calabria
Vinos, comidas y tradición

El este domingo 10 de noviembre, Argentina celebra el Día de la Tradición, una fecha que nos invita a reflexionar sobre nuestras raíces y legado cultural. En este contexto, no podemos dejar de lado el papel fundamental que el vino ha jugado en la historia y vida de nuestro país y especialmente con el compañero de andanzas, viajes, campañas y aventuras de nuestros gauchos, esos valientes hombres de campo que forjaron la identidad de nuestro país.

Recordemos que la elección del 10 de noviembre no es casual, ya que conmemora el nacimiento de José Hernández, quien nació ese día, pero del año 1834, y establecido por ley 21.154, en honor al autor del Martín Fierro. Esta obra maestra de la literatura gauchesca argentina narra en verso la vida, las penas y las aventuras de un gaucho perseguido por la ley, revelando a través de su relato la identidad fundacional de nuestro país, con sus luces y sombras. El Martín Fierro, considerado el poema nacional por su perfecta simetría, ha sido traducido a numerosos idiomas. En sus páginas, se refleja el espíritu rebelde, libre y orgulloso de los gauchos, así como su amor por la tierra, su sabiduría popular y su inquebrantable código de honor.

El vino, como venimos sosteniendo, más que una simple bebida, ha sido un compañero inseparable de largas jornadas de trabajo, de las campañas militares que dieron la libertad a nuestro país, y de increíbles travesías a lo largo de nuestro extenso territorio. Y es que, desde tiempos inmemoriales, el vino ha estado presente en las reuniones alrededor del fogón, en las celebraciones y en los momentos de reflexión. Los gauchos, con su espíritu libre y su amor por la tierra, encontraron en el vino un símbolo de camaradería, de amistad, de lucha y también de resistencia.

Vinos, comidas y tradición

La tradición vitivinícola en Argentina tiene profundas raíces que se entrelazan con la vida en nuestras pampas, montañas, valles y quebradas. Las primeras vides llegaron al país con los colonizadores españoles, pero fue en las vastas llanuras y montañas donde encontraron el terreno fértil para prosperar. Los hombres y mujeres de nuestro campo, con su conocimiento de la tierra y su dedicación, jugaron un papel crucial en el cultivo y cuidado de las viñas. Así, el vino se convirtió en una parte esencial de la cultura y la economía de las regiones vitivinícolas del país. Desde Santiago del Estero y Mendoza, pasando por todo Cuyo y extendiéndose luego por el resto de nuestra geografía nacional, hoy contamos con 18 provincias productoras de vinos, reflejando la expansión y consolidación de esta tradición en casi todo el territorio argentino.

En las pulperías, esos antiguos almacenes que eran el corazón de la vida social y económica de las comunidades rurales, el vino era una presencia constante. Allí, los gauchos se reunían para compartir historias, distenderse de las interminables faenas de campo o intervalos de las retretas militares, jugar a las cartas, cantar al compás de la vigüela, o dirimir sus diferencias con algunas payadas, siempre con un trago de vino como compañía. Estas reuniones no solo fortalecían los lazos comunitarios, sino que también mantenían vivas las tradiciones y costumbres que hoy celebramos.

Así el Día de la Tradición es una oportunidad para recordar y poner en valor el aporte de la familia gaucha, en la historia, y de las poblaciones rurales hoy, a la cultura argentina, a nuestra libertad e independencia. Al mismo tiempo, nos ofrece el momento oportuno para disfrutar de sus manifestaciones artísticas, gastronómicas y folclóricas. Por estos días, comienzan festivales, desfiles, jineteadas, asados, bailes y recitales, donde se puede apreciar la riqueza y la diversidad de las tradiciones de cada región de nuestro inmenso y hermoso país. En estas celebraciones, el vino ocupa un lugar especial, acompañando las recetas típicas y brindando en los momentos de camaradería, reflejando su papel central en nuestra cultura.

Vinos, comidas y tradición

Es por ello que es un momento especial valorar nuestras raíces y nuestro patrimonio. La historia, la cultura, el patrimonio y el turismo pueden formar una combinación perfecta que complemente las cualidades de nuestra tierra y nuestro pueblo. El vino, como parte integral de nuestra identidad, no solo resalta nuestras tradiciones gastronómicas, sino que también se convierte en un atractivo para el turismo cultural. Esta combinación nos permite ofrecer una experiencia única y enriquecedora para los visitantes, destacando una de las actividades más nobles y con mayor potencial de nuestro país.

Para lograrlo, la educación y la extensión cultural juegan un rol central en la preservación y difusión de los tesoros naturales y patrimoniales de Argentina. Es fundamental que desde todos los sectores: estado, privados y organizaciones sociales trabajemos en conjunto para promover y proteger nuestras tradiciones, nuestro patrimonio material e inmaterial y por tanto nuestra cultura. El vino y la gastronomía, con su rica historia y su profundo vínculo con nuestra tierra, son la amalgama y la excusa perfecta como símbolos de nuestra identidad y un motor para el desarrollo cultural y turístico.

Porque el vino, con su capacidad para unir a las personas y enriquecer los momentos compartidos, sigue siendo un símbolo de nuestra identidad y tradición. Este domingo, Día de la Tradición, recordamos y honramos a los gauchos y su legado, y celebramos el vino como un elemento fundamental de nuestra cultura. Levantemos nuestras copas y brindemos por nuestras raíces, por la tierra que nos da sus frutos y por las tradiciones que nos definen, recordando que "Nada mejor que un buen vino para contar una buena historia". ¡Salud y a disfrutar Mendoza!

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