Sitevinitech 2024: un horizonte de progreso en la tierra del Sol y del buen vino
Juan Marcelo Calabria trae otra columna en la que marida comida, vino mendocino by, en este caso, tecnología a su servicio.
Mendoza, tierra de sol y el buen vino, fue anfitriona de uno de los encuentros económico-productivos más importantes de la región: Sitevinitech 2024, la feria de la industria vitivinícola más importante de Latinoamérica. Durante los días 15, 16 y 17 de mayo, el complejo Las Naves se convirtió en el epicentro de la vanguardia vitivinícola, un lugar donde la pasión por el vino se fusionó con la tecnología de punta la innovación y la creatividad de la industria insignia de Mendoza y sus aliados.
Así, la Ciudad de Mendoza acogió a visionarios cientos de empresas, de los más variados bienes y servicios que coadyuvan a la industria del vino, cada uno con su propia sinfonía de innovaciones y creatividad que han sido el deleite de visitantes y participantes. Maquinarias, herramientas, implementos e insumos que desafían los límites de la imaginación y métodos de cultivo que revolucionan la industria, se presentaron como las nuevas musas de la vitivinicultura y los desafíos para el permanente desarrollo del sector.
En nuestra recorrida por uno de los días de la feria, pudimos descubrir las artistas de la tecnología y la innovación al servicio de la calidad y sabor de nuestros vinos. Los avances presentados en la feria son la promesa de un futuro donde el vino de Mendoza y Argentina tiene posibilidades de escalar aún más alto en los paladares del mundo. Drones que danzan entre viñedos y algoritmos que susurran secretos a los enólogos se convierten en secretos a todas voces que muestra un futuro promisorio en tanto cada invención es un paso hacia adelante en la danza de la eficacia y la ecología para una actividad económica que nos apasiona como meros espectadores y consumidores, pero sobre todo como agudos observadores del patrimonio turístico, natural, histórico y cultural, tanto en el desarrollo de los bienes tangibles como intangibles de nuestra querida tierra mendocina.
Así dicha feria fue más que una muestra de todo el potencial de la industria, que en Mendoza tiene un núcleo de desarrollo indiscutido; fue un puente tendido hacia horizontes internacionales, especialmente con países de la región y por supuesto países que destacan en la producción vitícola, nuestras capitales hermanas en el arte del vino. Las presentaciones y alianzas que surgen de encuentros de este tipo sin duda son las semillas de un futuro donde las fronteras se desvanecen en el brindis de un buen Malbec que nos entrelaza y construye vínculos que florecen en los viñedos del mundo.
Además de visitar gran parte de los stands e informarnos sobre tecnología de punta, productos innovadores y degustar algún que otro vino acompañado de una rica muestra de nuestra cocina, fuimos testigos de algunos diálogos enriquecedores, de la sabiduría compartida y el conocimiento que se comparte y multiplica, así el programa de conferencias y talleres brilló con luz propia, iluminando temas desde la ecología hasta el marketing digital, si bien pudimos presenciar sólo algunas de las presentaciones, cada exposición fue una ventana abierta al conocimiento, invitando a los asistentes a ser parte de la evolución constante de nuestra querida industria.
Por supuesto no pudieron faltar los espacios de cata que fueron un tributo a la poesía líquida que es el vino, con expertos y novatos, como nuestro caso, explorando el laberinto de aromas y sabores que definen a nuestros caldos, acompañados de algunas pequeñas muestras de cafetería y bocados típicos que como siempre destacamos son un festín para el alma. Y una vez más la calidez mendocina se sirvió en cada plato y en cada copa, reafirmando que el vino es, y siempre será, sinónimo de hospitalidad y de eso los mendocinos sabemos bastante.
También nos sorprendió gratamente el compromiso con prácticas de producción sostenibles que fue palpable en cada rincón. La feria fue un canto a la tierra que nos da todo, mostrando que la sustentabilidad no es solo una elección, sino un estilo de vida y que hacia ese horizonte debe ir inexorablemente toda actividad productiva. No sólo como una visión de futuro sino como un compromiso colectivo del presente. Al caer el telón, Sitevinitech 2024 ha dejado en claro que no es solo un encuentro más de un sector productivo de la economía de la región, sino un pacto colectivo hacia un mañana floreciente y perdurable para el vino y quienes lo hacen posible. Una promesa que, como el vino, se enriquecerá con el paso del tiempo sin duda.
Desde nuestro afán de aprender y conocer cada día más sobre el vino, su industria y sobre todo su cultura, desde nuestro aporte de poner en valor nuestro terruño, podemos asegurar, sin miedo a equivocarnos, que la Feria Sitevinitech 2024 fue una escalera a la creatividad, un canto al potencial sin límites de nuestra tierra y sus frutos, y al transitar sus pasillos pudimos percibir que es el reflejo de la pasión y el espíritu inquebrantable de un sector que se reinventa día a día, y por ello quisimos compartir, a través de esta breve crónica, una partecita de esta experiencia con lectores y seguidores de "Vinos & comidas". ¡Salud y a seguir disfrutando Mendoza!