Milei y CFK: tan diferentes, tan parecidos

Cristina Kirchner y Javier Milei se necesitan mutuamente. El uno no podría sobrevivir, probablemente, sin la existencia del otro, por más que se ataquen a muerte. El análisis y la opinión de Gabriel Conte.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

En algún momento, Javier Milei planteó, en respuesta a un reproche por las formas en las que se expresa, algo así como que 'si la sociedad pide show a la política hay que dárselo'. No estaba siendo, sin embargo, el primero en entregarse a la actuación. Con su opuesta Cristina Kirchner pasaba lo mismo. Cada uno, con sus dotes, digamos, artísticas. Cada cual, con su personalidad a flor de piel, saludables o no a la vista de sus detractores.

Ahora que asomo desde sus dorados aposentos desde las orillas del poder. Cristina Kirchner dejó en claro que con Milei son tan diferentes y parecidos, a la vez, que dan cuenta de una necesidad mutua de existencia y tensión.


La reaparición de Cristina incomoda al peronismo no K: "Sale a hablar justo ahora que a Milei le empiezan a entrar las balas"

Días atrás Milei, ante un millar de calificados auditores, en la "Cena de la libertad" organizada por la Fundación Libertad. ofreció un stand up de múltiples aristas. No fue distinto a lo que ocurría cuando Cristina Kirchner hablaba en diversos foros que no eran masivos, sino selectos: un gran esfuerzo por mostrarse superiores.

Milei y CFK: tan diferentes, tan parecidos

La Kirchner es acompañada por una verborragia envidiable, capaz de hablar y movilizar solo con el ritmo y la concatenación de los odios, por ejemplo, que profesa, de modo tal que consigue alinear detrás de sí con un potente motor.

Lo de Milei en la cena ante expresidentes, gobernadores, grandes empresarios y artistas afines, fue un show inconsistente de casi una hora en que quiso dar una clase de Historia de la Economía y, a la vez, alardear con un posicionamiento de su escaso tiempo en el Sillón de Rivadavia que sonó exagerado, pero que se le aceptó con aplausos. Sus burlas e imitaciones de periodistas, dirigentes y economistas incomodaron bastante al auditorio. Uno de los aludidos, Carlos Melconian, se paró y se fue. Pero la sensación de "vergüenza ajena" sobrevoló la sala. Al mismo tiempo, se reforzó la confianza del grupo en él, el mismo que se negó a asistir a esas cenas en años anteriores y que generó rispideces dentro del ala liberal y/o conservador del pensamiento empresario.

Quiénes estuvieron y qué se dijo en la "Cena de la Libertad", con un stand up de Milei

Lo que sobrevive en la cultura política argentina es el péndulo. Lo escribió y describió con brillantez el excanciller Dante Caputo. Y hoy más que nunca se nota el ejercicio práctico al observar a los dos líderes que le quedan a la política: Milei y Cristina Fernández.

¿Qué es lo opuesto a Milei sino el pensamiento que verbaliza la expresidenta? ¿Quién es más capaz que ella para aglutinar a la oposición, cuando el peronismo no le encuentra reemplazo en ninguna de sus ocurrencias dirigenciales desesperadas?

Y viceversa: ¿cuál es el o la dirigente distinta al kirchnerismo que concite atención para enfrentar y ganarle al espacio que se apoderó del Partido Justicialista hace 20 años, si no es Milei?

Ambos se muestran tan diferentes y son tan parecidos.

Los dos detestan que se les discuta una sola letra de su catecismo y defienden sus posicionamientos con uñas y dientes, propio de integristas, ya sea que se trate de una acción calculada o que les surja con naturalidad.

El péndulo, como fondo de la tensión entre CFK y Milei

De allí que la reaparición este fin de semana de Cristina Kirchner no lo condiciona a Milei, sino que lo potencia.

En todo caso, hasta le resulta más sencillo a la exmandataria aparecer y aglutinar que al propio Presidente, que es quien tiene que navegar sobre las aguas turbulentas de la realidad, más allá de que se note que lo suyo sea más la teoría que la práctica.

Va a ser difícil la tarea de los seguidores de Milei en cuanto a contener a su líder y sostener la gobernabilidad en un marco de tanto "despelote", la palabra más clara para identificar cómo actúan las áreas de su gobierno, aun a estas alturas, a la hora de aplicar políticas de Estado descreyendo de las capacidades de ese mismo Estado.

Y le va a resultar sencillo al peronismo rindiéndose a los encantos de CFK, aunque detesten tener que volver a arrodillarse ante su imagen y acatar sin discusiones sus órdenes. No hay otra, por ahora, más que ellos dos. ¿Cómo habla esta situación de la evolución política de los argentinos?

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