Desclasados: cómo nos vamos cayendo de la clase media
Muchas personas que, por mérito y con esfuerzo habían llegado a ser parte de la clase media, empiezan a caer, aunque no lo sepan. ¿Lo vamos a discutir? ¿O sucederá sin resistencia?
Este viernes en el segmento "La Picada", al mediodía de Radio Nihuil junto al director de Memo, Santiago Montiveros y al director de Mendoza Post y conductor del programa "Te digo lo que pienso", Ricardo Montacuto, hablamos de varios temas, la mayoría signos de decadencia y atraso.
Particularmente cambié mi agenda al hablar con mucha gente y observar en el caso propio sobre cómo, poco a poco, casi sin que nadie tenga tiempo de reaccionar para aferrarse y no caerse, quienes sostenemos una vida de clase media basada en el trabajo y la educación, nos vamos desclasando.
Decidí recuperar el audio con toda la conversación radial e insistir en el planteo, porque pareciera que la velocidad y dureza del avance de la embestida del poder político han logrado que muchos lo acepten tácitamente.
En un país en donde la pobreza se la ha idealizado, parece que da vergüenza quejarse de caer en esa situación, cuando en realidad hay que luchar por salir y sacar a los más que se pueda de esa condición.
Ser pobre o indigente, no es una condición romántica: es una anomalía. No sirve que haya un premio después de muerto, como dice la fábula bíblica del camello y el ojo de la aguja. En lugar de propender a que todos seamos pobres y dependamos de quien nos deje caer su caridad, lo verdaderamente revolucionario es superar esa instancia y progresar socialmente, con esfuerzo: es decir, educación y trabajo.
En marzo les conté en Memo que se había producido un momento bisagra para la clase media debido al altísimo índice de inflación. Abril, en esta rápida evolución, puede ser el momento del mazazo, por lo que habrá que saber escudarse. Con la plata argentina que no vale nada, pero que es la que tenemos y en la que cobramos los salarios, el ingreso mensual ya no alcanza para sobrellevar las obligaciones de una familia de clase media.
Automática y tristemente, más gente dejará de estar en ese grupo de pertenencia, tal vez sin darse cuenta, primero. El gran tema es cómo defenderse mientras le seguimos tendiendo la mano a los que aplastan abajo, en su pobreza, romantizándolos y dándoles una zapatilla hoy y otra después de ganar la próxima elección.