Chile: se perdió el 25% de los viñedos del Valle del Itata por los incendios
Además del daño del fuego, que ha transformado en cenizas a decenas de hectáreas de viñedos, el humo también hace daño y deja su marca en las vides, que afecta la calidad de los vinos. Mirá las imágenes satelitales.
La propagación de numerosos incendios en el centro y sur de Chile ya es una catástrofe. Algunos se atreven a calificar a la lucha contra el fuego como "una guerra", debido al despliegue inusual de recursos humanos y materiales, como asimismo a la revisión constante de las estrategias y tácticas para enfrentar los diversos focos. Inclusive, y está confirmado el factor humano: han sido detenidas personas halladas provocando incendios y en Biobío el gobernador informó que hubo un tiroteo con personas que, abordo de una camioneta, iban incendiando campos.
A nivel productivo y económico las consecuencias dramáticas están empezando a ser evaluadas.
Por ejemplo, en el Valle del Itata (Ñuble) acusan grandes pérdidas por incendios, que han convertido en cenizas al 25% de los viñedos de la zona.
Pero continúan los reportes y la evaluación se demora porque todo el mundo (salvo los incendiarios) están abocados al combate. Cabe recordar que, entre Maule, Ñuble y Bío Bío cubren unas 66.000 hectáreas de vid, entre grandes superficies en el norte de Maule y viñedos pequeños y familiares hacia el sur.
Testimonios
Leo Erazo, enólogo y viñatero en Itata, describió respecto del incendio de Coelemu: "Perdimos todo. El fuego acabó con las viñas viejas que íbamos a cosechar en marzo", dice. Pero agregó: "Afortunadamente pudimos anticiparnos en Cobquecura, donde está la bodega, y limpiamos el terreno armando cortafuegos".
También en Coelemu queda la localidad de Guarilihue. La lengua de fuego se llevó puesto al sector La Leonera, de donde provienen algunos de los vinos más destacados de la región. "Se nos quemó todo el viñedo, sólo pudimos salvar la bodega", dijo Miguel Molina desde Vinos Tres C. La misma suerte corrió Beto Fernández, de Vinos Leoncio, que elabora con ellos.
Por su parte, Marco De Martino, con viñedos en ese sector, describió su situación frente a los incendios de viñedos en Chile: "El fuego nos consumió las puntas de los viñedos por tres flancos, aquí en Leonera. Como nosotros labramos con caballos, teníamos los pastos secos controlados y por eso el fuego no entró. Pero no podremos cosechar nada debido al humo".
"El peligro está ahí, latente", reportó De Martino, mientras cuenta que las cenizas siguen cayendo desde un cielo tapado de humo.
La incidencia del humo
En las fotos satelitales de la región se ve con claridad la masa de humo que recubre la zona. Es una foto trágica: además de la pérdida de bosques, viñedos e infraestructura, queda el humo.
El humo es un flagelo igual de malo que el fuego, pero que pega a destiempo: marca a los vinos, les deja un trazo indeleble, acre, que lleva al paladar algo de toda esa pena. "No podremos elaborar nada este año", se queja amargamente Erazo.
Con diversa gravedad, desde Yumbel en Bío Bío hasta Melozal en Maule, la nube de humo es una marca tóxica que desalienta a los productores.
Francisca Palacios, enóloga de Odfjell, con viñedos en Cauquenes, apuntó: "Este año haré una serie de microvinificaciones para definir la mejor manera de evitar la marca del humo. Estuve leyendo todos los papers que hay al respecto para ver cómo lo podemos resolver", dijo.