Mendoza y la idea de un nuevo Estadio Malvinas Argentinas
Argentina podría ser una de las sedes de la Copa del Mundo 2030 y la provincia volvería a ser protagonista como hace 44 años.
En un contexto sociopolítico infernal y cargado de sangre, el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza abría las puertas por primera vez un 14 de mayo de 1978, con un encuentro entre las selecciones de Mendoza y San Rafael, que terminaría con triunfo de los del Sur por 3 a 1.
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La construcción de la perla arquitectónica de los mendocinos demandaría de unos dos años de trabajo, con el objetivo de albergar a la decimoprimera Copa del Mundo de la FIFA, a disputarse en nuestro país del 1 al 25 de junio de 1978.
En sus 44 años de historia, "el estadio" se convirtió en el escenario de los mayores eventos que ha recibido nuestra provincia, desde aquellos encuentros del Mundial '78 que tuvo, por ejemplo, la presencia de Holanda, que venía de ser subcampeón del mundo en Alemania 1974. Además de cobijar en innumerables oportunidades a la Selección argentina, clásicos mendocinos con tremendas expectativas o, sin ir tan lejos, recibiendo durante más de una década al fútbol grande de la Argentina de la mano de Godoy Cruz Antonio Tomba.
Pero a 44 años de verlo nacer y además de las numerosas remodelaciones que recibió el "gigante" del Parque General San Martín en casi medio siglo de vida, siendo la de la Copa América 2011 la mayor, el estadio está muchísimos escalones por debajo de escenarios que se mantienen en la elite del fútbol mundial.
Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay buscarán ser sede la Copa del Mundo del año 2030, luego del certamen que estamos a punto de vivir en tierras qataríes y de lo que será el Mundial 2026, compartiendo la organización los Estados Unidos, México y Canadá.
A 100 años de la primera Copa del Mundo, Sudamérica, y en especial Uruguay, buscará traer la final al mítico estadio Centenario de Montevideo. Pero el trámite no es tan sencillo. España y Portugal también se han postulado para ser anfitriones del evento deportivo más importante del planeta. Y dentro de dos años se sabrá quiénes serán finalmente los ganadores de la puja, cuando la FIFA determine en 2024 la sede de su evento mayor número 24.
España y Portugal ya han abierto su abanico de escenarios disponibles, con monstruos históricos y tecnológicos como son, por ejemplo, el nuevo Santiago Bernabéu o el Estadio Cívitas Metropolitano, ambos de Madrid.
Sudamérica aun no llega a elegir sus sedes, que deberán recibir a 80 encuentros y 48 selecciones, el segundo campeonato con esta cantidad de equipos.
Se conjetura que el partido inaugural podría ser en el estadio Monumental, casa de River, y que Mendoza, como es de esperar, será una de las sedes.
En este contexto se abren varias posibilidades sobre qué sucederá con el actual estadio Malvinas Argentinas, bellísimo para el fútbol argentino pero casi disfuncional para las exigencias de un evento deportivo de significancia y de actuales características.
Una de las posibilidades que se tiene en cuenta por parte de la FIFA es la de la destrucción total del estadio Malvinas Argentinas y la edificación de un escenario totalmente nuevo, como ocurrió con el Estadio Krestovski, de San Petersburgo, para la Copa del Mundo de Rusia 2018 y en la que la Albiceleste se terminó imponiendo ante Nigeria por 2 a 1 con el gol histórico de Marcos Rojo para conseguir el pasaje a los octavos de final.
Claro que, seguramente, la inversión no sería tal como aquellos 1.100 millones de dólares gastados en ese monstruo, ahora casa del FC Zenit. Pero sería una posibilidad y concreta, con una capacidad inferior de unos 40 mil espectadores totalmente sentados, una norma FIFA en la construcción de los nuevos estadios.
Otra posibilidad real sería la de una remodelación a cero, manteniendo prácticamente solo la estructura dura del Malvinas Argentinas y aggiornándolo para dicho evento, en una obra que se podría parecer a la realizada en el Estadio de Loujniki, inaugurado en 1956 y protagonista en la final entre franceses y croatas en 2018.
Y por último, un estadio nuevo, en un predio virgen y dejando al Malvinas en su actual estado. Si bien por historia esta sería la chance menos probable, hay casos en los que la FIFA ha determinado que esto suceda, como en muchos de los escenarios en los que se jugará el Mundial de Qatar 2022.
Luego se podrán analizar las posibilidades económicas para poder organizar el Mundial y llevar a cabo el proceso que requerirá de seis años de innumerables avances, no solo desde el escenario principal de una ciudad para recibir partidos de fútbol, sino también de la manera en la cual deberá prepararse, en este caso, la provincia de Mendoza. Pero eso será para analizarlo en otro momento, Por lo pronto, las cartas ya están sobre la mesa y muchos ya se ilusionan con un "nuevo Malvinas Argentinas".