La enseñanza de Perón que puso en práctica Suarez el 25 para calmar la interna
El gobernador pidió que no empiecen a pelearse por sucederlo. Fue un mensaje para adentro, pero con muchas lecturas posibles dentro del universo de Cambia Mendoza y también, en el mundo político mendocino.
"Desensillar hasta que aclare" decía Juan Perón, a modo de advertencia de esperar el mejor momento para cada cosa. En política es un parámetro central a tener en cuenta. Tan vez tan fuerte y claro como aquel que dice que "el que se calienta, pierde". El gobernador Rodolfo Suarez lo manifestó ayer entre chocolate y sopaipillas, en la vereda de la Casa de la Gobernación en La Puntilla, cuando señaló que "la gente está pensando en cómo llevar un plato de comida a su casa y no en la carrera política de nadie".
El desensillamiento pedido por Suarez en torno a la competencia por sucederlo en el Sillón de San Martín tiene múltiples objetivos, nítidamente.
- El que expresó literalmente, producto del resultado de las encuestas que maneja en forma permanente y que vienen al caso para no enredarse él mismo, al menos en público (en privado puede ser otra cosa) en temas partidarios. El enrarecimiento de la situación social producto de la inflación y la crisis, por otro lado, es una predicción que hacen todos los analistas y en todo caso, valgan más frases: "No hay que hablar de sogas en casa del ahorcado".
- Frenar la interna: en Cambia Mendoza rige un concurso para ver quién mide más, pero siempre hay quienes corren con caballos del comisario. Se les ha permitido a todos compartir la largada de la competencia, pero también se ponen obstáculos para que los que no se quiera que lleguen a la meta logren hacerlo gracias a su maña y/o destreza.
- Esperar a ver qué hacen los contrincantes internos fuera y dentro del oficialismo. Por fuera, debe decidirse aun si el peronismo irá unido en Mendoza o se fracturará entre kirchneristas y no kirchneristas, pero además, si conseguirán un candidato o candidata competitiva o parirán algún cisne negro.
- Como un asterisco de esto último, también hay que bajarse del caballo para ver qué hace Omar de Marchi, que coquetea con todos, por dentro y por fuera y está decidido a que su destino sea sí o sí ser gobernador. En este punto se abren dos posibilidades, por lo menos: que lleve hacia Cambia Mendoza a un pedazo no K del peronismo, grande, representativo, con un referente de ellos como vice o que él mismo se vaya y consiga recuperar la bastardeada y perdida figura de tercera fuerza, en la que el lujanino cree más que en Dios.
Paréntesis sobre esto último: Ya otro "demócrata" intentó desbancar el liderazgo radical en 1999 en otro frente, la Alianza. Fue en 1999, cuando Frepaso y UCR se unieron para llevar a José Genoud y la vicegobernadora iba a ser Cristina Zuccardi de Flamarique. La mujer mañoseó mucho y Genoud se percató de que había algo raro. Es que el eternauta Carlos Balter estaba tramando con ella llevarla de vicegobernadora y armas la "transversalidad" sin esos radicales. Inclusive, viajó a San Rafael a tentar a Ernesto Sanz, el último radical que fue intendente de esa comuna. Entonces Genoud dio un golpe político enorme al renunciar a su propia candidatura y le ofreció al entonces intendente de la Ciudad, Roberto Iglesias, que lo suplantara. Lo acompañó el frepasista Juan Horacio González Gaviola. El sector de Genoud se quedó con las principales candidaturas legislativas, que incluían a Raúl Baglini. Ganaron y evitaron la coartada de los "demócratas" (que hoy son "libertarios" y ayer podrían haber sido cualquier otra cosa) de quedarse con la alianza con el Frepaso.
Podría decirse que las palabras de Suarez no representaron una embestida contra Daniel Orozco, aunque se sintiera así, ya que quien le hizo la pregunta preguntó concretamente por el lanzamiento del lasherino. Le salió así, pero era una aviso para todos. Los que lo conocen más escucharon otra cosa: "Muchachos, no jodamos con internismo para afuera que el horno social no está para bollos". Se preserva él y también lo hace sobre la fuerza política que representa, que cumplirá seis años en el poder e intentará ir por la hazaña de los 12 que solo ha conseguido el peronismo con el llamado "Equipo de los Mendocinos" de José Octavio Bordón, Rodolfo Gabrielli y Arturo Lafalla.
Pero Suarez lo dijo sabiendo que no está solo en esa opinión. Alfredo Cornejo lo avala. Tampoco cree que haya que desatar la sucesión en forma abrupta. Además de tener como corredor en esta carrera a Tadeo García Zalazar y animar al resto a volverse competitivos, no cree que el concurso por la candidatura deba generar tanto resquemores internos como para darle aliento, por ejemplo, a De Marchi. Los radicales creen que la cabeza de las listas para 2023 debe ser radical y no del PRO. Por eso desde los alrededores de Cornejo han lanzado la idea de "El Alfredo vuelve", para calmarlos a todos. Solo su hoy difícil, pero latente posible candidatura los aplacaría no solo a los radicales, sino a todos. Aunque Cornejo está en otra tarea, la nacional, y volver resultaría sacrificar ese camino.
Los del PRO se imaginan una situación como la porteña, en la que Horacio Rodríguez Larreta resigna todo lo construido por su partido desde que Mauricio Macri lo fundó, al cederle espacio al radical socialdemócrata Martín Lousteau, con quien ayer compartió un acto de unidad del frente, un fuerte dato luego de haber competido por la Jefatura de Gobierno porteño que hoy el exministro de la Resolución 125 de Cristina Kirchner cree que heredará desde su grupo Evolución Radical.
Pero en Mendoza no sucederá algo así. El radicalismo no tiene uno solo sino muchos posibles candidatos a la gobernación. Además de los aludidos García Zalazar y Orozco, está Luis Petri, que juega en solitario, Mariana Juri que es el nombre del sector de Suarez y lo apuran un poco, si se pelean todos, podría aparecer un mediador locuaz y correctivo como Marcelino Iglesias, desde el fondo de la sala, amén de las pretensiones de otros intendentes que quieren jugar a nivel provincial y buscan cómo calar en el Gran Mendoza.
El mensaje de Suarez sonó bien a la población en general y desafiante hacia adentro, aunque más que nada buscó ser un llamado al orden y el recato. Pero no es posible que alguien salga a responderle desde la interna. Bah, nada es imposible en política, el asunto es que le sirva y no se le vuelva en contra.