La invisible rama "armapartidos" del PJ en Mendoza
En la última década surgieron partidos satélite del peronismo que después terminaron siendo afines, además de las candidaturas empujadas por el PJ en busca de réditos electorales. El caso del "Mendoexit" pensando en 2023.
El peronismo es tan complejo y dinámico que la propia estructura partidaria en ocasiones no alcanza para contener a todas sus variantes, sin contar los casos en los que la escisión es un medio en busca de fines electorales o de gestión. Son estos últimos los ejemplos que han caracterizado al movimiento en Mendoza en la última década y que podrían repetirse en los próximos años con el objetivo de recuperar el control político de la provincia.
El caso más reciente de un partido y una figura política que llegó a ocupar cargos electivos por fuera del PJ para después alinearse bajo sus mandamientos es el de Protectora y José Luis Ramón. En su momento, en 2017, nadie se percató del origen de la alianza del dirigente de la frazada con el Partido Intransigente (PI), que le sirvió de catapulta. Pero fácilmente se pudo descubrir esa mano "invisible" del peronismo.
Si bien el legislador nacional lo negó una y otra vez, la persona que armó la lista del PI con Ramón a la cabeza fue Mauricio Guzmán, ex subsecretario de Trabajo de Francisco Pérez y, en 2017, un dirigente cercano al entonces diputado Rubén Miranda (compartían la Fundación ACEP). "Sólo somos amigos", dijo en su momento Ramón, aunque en 2019 blanqueó la importancia de su padrino político al incluirlo en la lista de Protectora como candidato a la Legislatura.
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La efectividad de este tipo de maniobras radica en leer el panorama, el "humor social", y aprovechar la demanda del electorado. En ese sentido, Ramón satisfizo el interés de los votantes que buscaban una cara nueva en la política, un outsider. Algo similar ocurrió en 2019 con un dirigente que se destacaba por su juventud: Emmanuel Fugazzotto, del renaciente Partido Verde. De todos modos, en este último caso, el PJ perseguía otros fines.
Por un lado, el impulso a Ramón le costó al PJ una banca en el Congreso, ya que en 2017 el peronismo puro sólo obtuvo un lugar en la Cámara de Diputados; pero invirtió a futuro y cooptó un importante caudal de votos radicales en ese momento. Incluso, en 2019, el peronismo sondeó una eventual candidatura a gobernador de Ramón en el Frente de Todos, posibilidad que se descartó en medio de las internas partidarias. Igualmente, el líder de Protectora siguió jugando para el justicialismo.
En el caso de Fugazzotto, el empuje a su candidatura fue electoralista y así quedó demostrado. Después de conseguir más del 3% de los votos en las PASO y de ganarse un lugar en las elecciones a gobernador de 2019, decidió abandonar y apoyar al peronismo orgánico: de repente, en un ataque de institucionalismo y austeridad, anunció que no iba a representar a sus votantes, ya que ello implicaría un gasto importante por parte del Estado, en referencia al financiamiento de las boletas.
El empuje a los gansos y el temor radical por el "Mendoexit"
Nunca nadie admitió (ni volverá a admitir...) que la candidatura de Luis Rosales a gobernador en 2011, como representante del Partido Demócrata, fue impulsada -o al menos solventada- por el Partido Justicialista. Nadie, tampoco, aceptó que esos más de 10 puntos que obtuvo en aquellos comicios fueron clave para que Francisco Pérez le gane al radical Roberto Iglesias. Ni mucho menos, nunca nadie confesó que Juan Carlos Mazzón fue el artífice de esa supuesta maniobra.
En silencio, ya se registran movimientos internos en los partidos mendocinos
Nunca nadie contó que cuatro años después Mazzón buscaría repetir el cuadro de situación; nadie da fe de ello. Con un PD alineado bajo el radicalismo de Alfredo Cornejo, no existe ninguna persona que sugiera que el peronismo apoyó financieramente la fallida candidatura de otro ganso, Alberto Aguinaga, que intentó competir con un PD alternativo. ¿Alguien blanqueó que la idea era que Aguinaga pasara el filtro de las primarias para ganar puntos de algunos gansos desprevenidos? No.
Ante este panorama hipotético, que en una ocasión habría generado los resultados buscados, y pensando en 2023, hay quienes ven en el "Mendoexit" una posibilidad para replicar una estrategia peronista para disminuir a su rival y pasar por el medio. "Si el Mendoexit presenta un candidato, ¿a quién te pensás que le va a quitar votos?", se preguntó una fuente radical que sugirió un juego de estrategia entre el movimiento que lidera Hugo Laricchia y un PJ que habrá cumplido ocho años afuera del Gobierno.
Pero si eventualmente se sospecha de un acuerdo tácito, en el radicalismo mencionan un hecho, sin sugerir nada, aunque la elección no parece ser azarosa: la esposa de Laricchia, Mariana Silvestri, es la titular del Ministerio de la Defensa y, a diferencia del procurador, debe revalidar su cargo en el Senado cada cinco años. Y tiene que hacerlo en 2022, un año antes de las elecciones.
Faltan tres años, hay una elección en el medio -y quizás dos más si se reforma la Constitución- y es incierto cuál será el panorama una vez que la pandemia quede atrás. Así y todo, los principales partidos de Mendoza ya empezaron a mover sus fichas, elaborar sus estrategias y proyectar múltiples escenarios en un juego electoral que arrancó el 11 de diciembre de 2019 y que terminará con la elección del sucesor de Rodolfo Suarez.