Cómo sigue el "concurso" de los radicales por la gobernación
Quienes quieren ser y están más lejos de la decisión de Alfredo Cornejo, apelan al exhibicionismo masivo, aun generando resquemores internos. Otros, esperan que decante solo.
Mientras Alfredo Cornejo mastica en su intimidad personal si "baja" o no para repetir como gobernador de Mendoza, su refugio político más seguro, mientras ensaya la posibilidad de participar en alguna fórmula presidencial en el caótico e imprevisible esquema nacional, los radicales son parte de un concurso de exposición para que la sociedad los vea y sean sintonizados por las encuestas.
Con qué excusa se sacaron esta foto Daniel Orozco y Gerardo Morales
Aunque digan que no es así, todos esperan que Cornejo los elija, como lo hizo antes con Rodolfo Suarez frente a su "delfín" Martín Kerchner. Ahora también tiene un preferido: Tadeo García Zalazar. El intendente de Godoy Cruz se mueve con cautela y mantiene bajo control su exposición.
El que surge de los sondeos espontáneamente es el ultraexpuesto Ulpiano Suarez, seguramente producto de sus méritos, pero sobre todo porque le cabe la misma condición de Horacio Rodríguez Larreta: estar en la vidriera más iluminada, la intendencia de la Capital.
En este caso, desde la Ciudad de Mendoza, el jefe comunal "anfitrión" de cuanta figura llegue, además puede cruzarse caminando desde su despacho a Casa de Gobierno cuantas veces sea necesario para ser parte de una foto, o una decisión.
Quienes arrancaron desde atrás fueron Daniel Orozco, que anda con convenios bajo el brazo por si se cruza con algún gobernador para firmarlo juntos y mostrarse como un par posible (ya lo hizo con Sergio Uñac y Gerardo Morales), y Luis Petri, quien se siente traicionado por haber sido erradicado del Congreso, acusa a Cornejo de ello y sin embargo, reconoce -al igual que el lasherino, finalmente, su rol de elector, les guste o no su liderazgo.
Las encuestas dan vueltas como tortitas raspadas por las redacciones, pero salen bastante más caras. Los hacedores de sondeos pasan presupuesto -para trabajos en terreno y en forma presencial, con garantías técnicas- de no menos de 1.500.000 pesos: gasto o inversión, según quién las pague y qué se espere conseguir con ellas.
Mientras tanto, Cornejo espera. Suarez podrá o no tener pretensiones de ubicar a sus seguidores más cercanos en algunas candidaturas, pero no ha cuajado o se ha renunciado a generar el "suarismo" que muchos querían impulsar, atentos a que detentan nada menos que la gobernación y que hay apetito de futuro político en su equipo. De allí que su carta más fiel, Mariana Juri, sea un recurso disponible a la hora de que le toque jugar, pero permanece en la baraja, expectante.
Ahora Petri visitó a Elisa Carrió, algo que no le garantiza tanto a nivel matemático, pero le da volumen geométrico: no suma muchos votos, pero le da publicidad. Y ofrece mensajes: en Mendoza la Coalición Cívica se fue del frente Cambia Mendoza a la fracasada experiencia del Partido Demócrata con "Vamos Mendocinos".
Orozco no para. Y su última ocurrencia fue mostrarse como "candidato" y no como "precandidato". Sin guardar las formas, el lasherino se exhibe en un flyer para la charla de esta tarde en el Colegio de Técnicos como jugador para la elección general, y eso remueve el ADN internista de los radicales, muchos de los cuales murmuran cuánto les molesta este tipo de acciones que son pequeñas, pero "rompebolas", una forma de señalarlo como un provocador.
¿Hay más posibles candidatos? Está Omar De Marchi, a quien se lo entiende poco. Su jugada es por dentro del PRO, por ahora, y exagera sus pretensiones generales. Esta semana los intentos desesperados por exhibirse, ante la llegada de la irreverente Patricia Bullrich, que ya se muestra como "sí o sí" competitiva por la presidencia para enfrentar a Rodríguez Larreta, y además fue recibida y acompañada por Cornejo, una vez más.
Pero De Marchi juega tanto al "me voy, no me voy" que no molesta en el "concurso" radical por aparecer en encuestas. Siempre, siempre, el lujanino arranca con performance favorable en las encuestas y nadie le niega no solo su derecho a competir por la gobernación, sino su capacidad para hacerlo y en lo que ha trabajado durante muchos años. Pero hoy la tarea es hacia adentro de los partidos que componen Cambia Mendoza y Juntos por el Cambio. Y menuda tarea tienen, en medio del descalabro que les ha generado el convencimiento de que serán gobierno nacional en 2023.
Con el paso del tiempo, decantará. Con Cornejo como elector o con la sociedad como aplaudidora de uno u otro, habrá definiciones de nombres y luego sobrevendrán los acuerdos para los segundos en las fórmulas y las candidaturas legislativas, el gran mercado de intercambio que consolidará o no para el oficialismo de Mendoza seguir asegurándose los dos tercios del electorado que consiguió al unir a tantos diversos sectores en la misma lista.