Dato por dato: Massa metió candidatos en casi todas las listas de Mendoza
Los datos que demuestran la atomización del massismo para conseguir entrar por cualquier vía, no importa cuál, a bancas en la Legislatura de Mendoza.Quiénes prestaron sus fuerzas para postular a la "cría" política de Sergio Massa.
El referente del peronismo "renovador", Sergio Massa, busca por sí, por intermedio de delegados políticos o bien por operadores informales del empresariado, colocar legisladores que le respondan directamente en la Legislatura de Mendoza. Para ello, varios partidos y dirigentes se han dejado infectar con su virus y son vectores de un massismo latente. Se activarán sólo si son elegidos y responderán a quien los puso, como ocurre habitualmente, aunque mucha gente no se entere del origen de los desórdenes que viven los bloques legislativos.
No se sabe qué reciben a cambio de abrir las listas para que introduzca a "su gente", pero de una revisión de las listas de precandidatos en Mendoza resulta evidente un trabajo de pinzas para lograr un control sobre qué leyes deben ser aprobadas y cuáles no en el futuro gobierno de Mendoza.
Si el gobernador electo resultara "amigo", mejor. Pero si fuese Alfredo Cornejo -por citar a un adversario claro de Massa, con posibilidades de ganar, con quien negoció listas en el pasado, pero no le permitió dominarlas- podría intentar condicionarlo.
Massa y Fernández en Palmira, con el fallido tren de Jorge Omar Gimenez, junto a él, Carmona, Félix, Destéfanis, Righi, Ubieta, Aveiro y José Luis Ramón.
En ese repaso hay algunas evidencias:
- La lista de Omar De Marchi, La Unión Mendocina, tiene una clara impronta del massismo (aunque hay dirigentes que gobernaron con Paco Pérez y hasta ultrakirchneristas). Allí han conseguido lugares Jorge Difonso, Rolando Scanio, Diego Martínez Palau y Jorge Omar Gimenez, por citar los más conocidos massistas de Mendoza.
- En las listas de Omar Parisi y Lucas Ilardo, del kirchnerismo mendocino, sorprendió la irrupción de Gabriela Lizana, uno de los vínculos entre el funcionariato que responde a Sergio Massa y empresarios locales, además de su relación directa con Malena Galmarini. Es candidata a legisladora en primer término.
- En la boleta de Guillermo Carmona y Liliana Paponet está, entre otros, Rubén Miranda, que adscribía al grupo de Lizana, pero que se fue desgajando para estar en todas las otras listas.
- El referente del Partido Verde Marcelo Romano, que compite en la interna de hoy por la intendencia de San Carlos, es un massista que llegó a esa instancia vía radical.
- Sabemos de la sociedad de Gerardo Morales con el actual ministro de Economía, pero algunos han olvidado que fue Julio Cobos uno de los que le tendieron puentes. En la convención radical de Gualeguaychú, Cobos -que hoy apoya a Luis Petri- opinó que Cambiemos debía sumar a Massa y no a Mauricio Macri. Perdió. Pero la relación no se deterioró.
- A todos ellos hay que sumarles a los intendentes peronistas que ya no son kirchneristas y que han quedado colgados a la conducción política de Massa, ante la evaporación de todo liderazgo de parte de Alberto Fernández y la relación con Cristina Kirchner que en Mendoza no les conviene cultivar, más allá de que el titular de Economía aliente un encuentro beneficioso para ambos con Máximo Kirchner.
- Y siempre recordar que ya tiene dentro del peronismo mendocino a una "cría" suya de su paso como presidente de la Cámara de Diputados: el inefable José Luis Ramón.
Es cierto que en Cambia Mendoza aparece el Partido Renovador Federal. Es que el diputado José María Videla Sáenz se quedó con la marca política que cultivó el extitular del CEC Guillermo Pereyra, dividiéndose de Difonso. Pero hoy esa fuerza es rara por otra cosa en el frente de Alfredo Cornejo: acaba de volverse otro de los soportes de Javier Milei a nivel nacional.
¿Es bueno o es malo?
Nada, intrínsecamente, es bueno o malo en política, a simple vista. Hace falta ver un poco más en perspectiva y conocer más detalles para poder ser tan elocuente en una definición. Pero la presente composición de precandidaturas resulta una evidencia clara de la dispersión para ocupar más lugares y tentar a la suerte que se haya conocido.
Es malo no poder identificar, en todo caso, proyectos en común (eso era un partido político antes) y no una competencia de "caballos de Troya", llenos de gente que, al bajarse y conquistar el espacio que logren, tengan objetivos, intenciones y hasta métodos diferentes.