Los eventuales cambios en el gabinete de Suarez, atados a las elecciones
Se inicia el proceso de selección de candidatos a la Legislatura, con las necesidades que impone el Gobernador para tener una defensa de sus proyectos y las de su fuerza, de sostener los equilibrios políticos. Qué es lo que puede suceder.
El gobierno de Rodolfo Suarez tiende a las "aguas calmas". De tal manera, pocos ven vocación en el Gobernador de cambiar conductores de procesos, por más que sí haya les haya pedido golpes de timón repentinos en función de reclamos sociales, gremiales o de percepción de que los temas propuestos no cuajarían como se esperaba.
Si bien una fermentación interna en diversas áreas del gobierno, en función del todavía reconocible choque de estilos entre quienes quedaron con la inercia de la gestión de Alfredo Cornejo y los que cruzaron Avenida España para montarse por Peltier a Casa de Gobierno desde la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, no representa para el Gobernador un problema central.
La orden general es "no hagan olas" y que traten de conciliar los asuntos conflictivos que surgen, que tienen la categoría de reproches entre áreas diferentes, dentro de ministerios o de la silenciosa disputa entre radicales del Ejecutivo y de la Legislatura, acusándose mutuamente de hablar u operar sobre los otros.
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De tal forma, el más criticado de los ministros, Víctor Ibañez, no se moverá del cargo porque es la mano derecha de Suarez, una de las influencias más importantes en sus decisiones. Y solo lo hará si Suarez lo necesitara en la Legislatura para darle un empujón a la propuesta de Reforma Institucional, proyecto que el Gobernador quiere que sea su legado político, pero que tiene más eco fuera de su partido que adentro.
Otros cambios sí se han venido produciendo en forma "hormiga" hacia adentro de los ministerios, lentamente y sin ruido, como sucedió en Salud, afectado por el estrés propio de administrar la pandemia y en todo caso, de índole menor.
En Seguridad, un funcionario heredado del gobierno anterior es Néstor Majul, el único subsecretario que tiene el ministro Raúl Levrino y que podría pasar a ocupar una banca en la Legislatura, concretamente en el Senado. Majul es uno de los operadores de más confianza de Cornejo en materia de armado electoral y en los próximos meses estará distraído en esa tarea.
El malestar que ocasionó en Educación el freno impuesto a la Ley de Educación fue un "coscacho" fuerte, pero luego de que diversos protagonistas admitieran un exceso de autoconfianza, el acceso al freezer del proyecto calmó también los malestares. Allí, como sucede en Hacienda o en Economía, y probablemente en Planificación, hay más trabajo técnico que apetencias electorales, así que no habrá cambios.
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El área que siente que trabaja mucho y es considerada poco a nivel general es Planificación e Infraestructura Pública, ministerio en donde Mario Isgró se siente muy conectado al estilo de Suarez, pero a la vez se ve complicado por la ausencia de fondos para concretar proyectos. Lo salva ser un incansable buscador de recursos y que ha armado un equipo de elaboración de proyectos que permitiría que no bien aparezca plata, puedan levantarse evitando los escollos que históricamente ha habido en la obra pública.
La Legislatura es un ámbito epicentral en la cuestión política y en su conformación y búsqueda de equilibrios no solo se mueven los hilos en el radicalismo y sus socios, sino también en el peronismo, con la duda en qué será de los que pujan por ser terceras fuerzas.
Allí llegarán muchos intendentes que no tienen reelección y que tampoco tienen chances de integrar las listas al Congreso. Una duda es si adelantarán su salida de la comuna en 2021 para dejar a los presidentes de sus concejos a cargo, con tal de reforzar las listas con nombres muy aprobados socialmente, o si cumplirán sus mandatos.
Roberto Righi, Emir Félix y Martín Aveiro son peronistas potentes que no tienen reelección. Y en el radicalismo lo son Tadeo García Zalazar (que es el que pica en punta por la Gobernación), Daniel Orozco, Marcelino Iglesias y Gustavo Soto. Serán legisladores, aquí o allá. ¿Podrán serlo con una Cámara menos, como la propuesta de Reforma Institucional?
Hay más preguntas: ¿qué hará Guillermo Mosso, legislador demócrata que termina su mandato y que es muy afín a Rodolfo Suarez aunque su partido (el PD) haya pegado un portazo tentado por los cantos de sirena de Javier Milei? ¿Habrá lugar para contener electoralmente a los peronistas republicanos de Miguel Pichetto en Mendoza, los lopezmurphystas, los díscolos gansos del Partido Demócrata Progresista y los diversos brazos del PRO o al siempre relegado lilito mendocino Gustavo Gutiérrez?
En este punto se habla de un movimiento de piezas que llevaría gente de las oficinas de calle Peltier a la Peatonal Sarmiento, para hacer lugares ejecutivos a gente de otras fuerzas, lo que llevaría a Cambia Mendoza de ser un mero acuerdo electoral a una coalición de gobierno.
En todo caso, hay de qué hablar en las reuniones de rosca de fin de año y eso es lo que sucedió exactamente en el ágape en el que Recrear se sumó a Cambia Mendoza, mesa a mesa. Y habrá más, junto a cada brindis.