Encuesta de clima político: una elección en la que los "hijos" premiarán o castigarán al "papá de los argentinos"

Con un presidente que quiere instalarse como un "papá" sobreprotector de la ciudadanía, los "hijos" se rebelan y pretenden ser quienes premien o castiguen al gobierno nacional por sus acciones. Qué dice la última encuesta de Giacobbe sobre la mitad del electorado argentino y principal vidriera mediática: CABA y Provincia de Buenos Aires.

Ante las próximas elecciones legislativas podría pensarse que la sociedad está formulando cálculos en torno a la composición futura del Congreso, de modo ya sea de no entorpecer los planes del actual gobierno nacional o bien, al contrario, ponerle mayores controles para que no tenga las manos libres.

Sin embargo, el último estudio realizado por Giacobbe y Asociados sobre un territorio que implica prácticamente la mitad del caudal electoral del país, como son la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, da cuenta de que el espíritu del votante parece ser el de siempre: premiar o castigar a unos u a otros, de acuerdo a sus percepciones, evocaciones o convicciones.

Así, aunque el presidente Alberto Fernández haya pretendido configurarse en una especie de "padre de los argentinos", como lo ha dicho, esta vez sus hijos quieren ser quienes lo evalúen en sus actos.

De la encuesta surge que 28.9% apoya al Frente de Todos contra 59.2% que buscará herramientas para producirle una derrota en las elecciones legislativas de 2021. Esa fue la respuesta cuando se le preguntó a la gente lo siguiente: "¿Cuál es su posición frente a las próximas elecciones legislativas de 2021?".

Encuesta de clima político: una elección en la que los "hijos" premiarán o castigarán al "papá de los argentinos"

En la encuesta anterior, realizada en marzo, el resultado fue un poco diferente. En aquella oportunidad, 27% quería que se impusiera el Frente de Todos y quienes querían que pierda el oficialismo nacional representaban un porcentaje menor: 56,7%

Cayó 3% la respuesta indiferente que indicaba "me da lo mismo". De tal modo que este pequeño aumento a favor del Gobierno puede ser considerado alentador por sus militantes o bien, parte del juego social de las pretemporadas electorales o del margen de error de las encuestas.

Este fue el gráfico de la encuesta anterior, en marzo:

Encuesta de clima político: una elección en la que los "hijos" premiarán o castigarán al "papá de los argentinos"

Jorge Daniel Giacobbe analizó, sobre el último trabajo de su consultora, otros datos. Por ejemplo, que "apenas unos días antes del último anuncio la imagen de Alberto Fernández perdía un punto de positiva y ganaba uno de negativa". 

"Podemos decir que desde Febrero se mantiene rondando los 27/28% de positiva y los 60% de negativa. Ningún embarque de vacunas lo hace crecer, pero ningún vacunatorio VIP lo hace caer. La familia de productos electorales del Frente de Todos, incluida Cristina Kirchner y Axel Kicillof, transita la misma suerte", señaló en su informe.

Opinó que "resulta contraintuitivo pensar que en medio de una crisis constante las imágenes se muestren estables. Pero puede suceder que ya todos estén en el piso y en el techo de las evoluciones posibles".

Qué hay de la oposición en materia de expectativas

Para Giacobbe, "por el lado de la oposición sucede lo mismo" que en el oficialismo. Aunque el listado de consultas que realiza esta empresa es limitado a figuras porteñas o bonaerenses, sus resultados indicaron que "Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal se mueven por centésimas en un rango de 35- 40% de positiva y 40% de negativa". 

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"El único proceso lento pero estable que estamos verificando es el crecimiento de la imagen negativa de Rodríguez Larreta. Hasta fin del año pasado conservaba un tercio de la población en imagen 'regular'. Ese tercio se descompone por goteo pasando a negativa", señaló el analista político.

La pandemia

Escribió Giacobbe sobre los resultados de su más reciente monitoreo en torno a las reacciones de la sociedad por la gestión de la pandemia:

- "Agotados y descreídos, los argentinos temen y esperan que en algún momento el presidente vuelva a echarles la culpa de ser niños rebeldes, y dictamine una cuarentena Fase 1. Casi por partes iguales la sociedad se divide entre quienes dicen (reitero: 'dicen') que respetarán o no respetarán las medidas. Los parques, la gastronomía, las escuelas y las universidades gozan de más del 50% de apoyo social a nivel nacional para estar abiertos. Los gimnasios están cerquita. Más abajo los templos e iglesias y en el fondo de la tabla los casinos y bingos".

Se preguntó: "Entonces, ¿Está el gobierno adoptando medidas con consenso social?". Respondió en los siguientes párrafos, con una metralleta de datos duros:

- "Es brutal la diferencia de padres que indican que sus hijos desean tener clases presenciales (47%) contra los que indican que desean tener clases virtuales (16.6%). Estos datos van dedicados a las voces que han sostenido que los niños están contentos con esta situación porque se los asume, per se, unos pequeños pillos atorrantes intentando evadir sus responsabilidades. 

- "El nivel de irritación y de fastidio puede explicarse en que la mayoría se prepara para que este año sea peor (57%) que el anterior, que ya era para olvidar. Solo el 13.2% de los argentinos posee alguna estructura psíquica, situación personal o ataque de optimismo que le permite pensar que el 2021 será mejor".

- "85% de los encuestados indica haber perdido ingresos durante la cuarentena. La mayor parte (25.8%) admite haber perdido la mitad. Los datos resultan muy dolorosos. Casi el 20% indica que se ha quedado sin nada".

En conclusión, anaizó: "Navegando crisis, miedo y angustia, mientras nuestra elite política no encuentra el rumbo y se fagocita a sí misma, crecen en valor las voces del sentido común. Ciertamente polémicas, criticadas por simplificadoras, y con esa sencillez y brutalidad que ofende tanto a la intelectualidad. Sacuden al sistema político en sentido amplio, a sus habitantes, y también a los ciudadanos que, en nuestra inmadurez, no queremos asumir nuestra real cuota de responsabilidad".

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