Qué más hay detrás del cambio en la elección del "Gobernador del Agua" que propone Videla Sáenz

José María Videla Sáenz, del Partido Renovador Federal, es un líbero independiente de la política, el primero en firmar la continuidad de Cambia Mendoza como frente político, heredero del ex capo de los empleados de comercio, Guillermo Pereyra, pero constructor de un sistema de articulación entre pequeñas opciones políticas con miradas de índole liberal, que llegan hasta la amistad con Javier Milei.

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A todas luces quiere innovar. Lo hace desde su soledad, pero consigue aliados. Así, fue quien entusiasmó a los radicales de Mendoza, habitualmente conservadores y medidos, lectores de encuestas antes que impulsores de ideas propias, para avanzar con el cannabis medicinal, aunque después del entusiasmo y sanción de la ley, Mendoza se quedó bastante con respecto a otras provincias.

Ahora, además, propone una cosa que tiene detrás a otras, trascendentes, aunque no lo ponga por delante de su nueva propuesta. 

Para ponerlo en claro: Videla Sáenz propone que se elija por voto directo al superintendente general de Irrigación en el futuro, una vez que se venza la reelección que le dio la Legislatura al sanrafaelino Sergio Marinelli (primero en la historia en "repetir"). 

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En el fondo, su plan parece ser iniciar un sistema de enmiendas constitucionales, muy "a lo EEUU", mucho más plausibles que las grandes reformas que nunca cuajan y por ello, nunca cambia nada.

Ese es el mecanismo que propone para cambiar lo que dice la Constitución sobre la elección de quién conduce el gobierno del agua.

Hoy, el superintendente de Irrigación, cuyo mandato dura cinco años, es nombrado por el Poder Ejecutivo y ratificado por el Senado. Con la modificación propuesta, serían los regantes -y ya no el gobernador de turno- los encargados de votar en forma directa para elegir a la máxima autoridad que decide sobre todos los asuntos que competen a la gestión del agua.

Videla Sáenz, descendiente directo de uno de los fundadores de Mendoza, es además productor vitivinícola y por supuesto, regante.

Algunos podrán hacer la conclusión más fácil al alcance de la mano a la hora de titular la idea del legislador: "Busca despolitizar la administración de Irrigación". Pero no es así, para nada. De conseguirlo, la política podrá centrarse en un objetivo práctico sobre un bien cada vez más escaso. Deberá mejorar sus cálculos electorales y gestionar bien. Eso es justamente más política y no menos. Podría convertirse, inclusive, en un semillero de dirigentes, c mo lo fue en el principio de la historia del gobierno del agua.

"Creemos que deben ser los regantes quienes elijan a quien ejerce el gobierno del agua y administra los recursos, ya que son ellos los que aportan y pagan los impuestos. Esta medida sería una excelente forma de participación, contribuyendo a ejercer un gobierno del agua más democrático y republicano", apuntó Videla Sáenz para fundamentar su iniciativa. 

Abundó, en diálogo con Memo: "Vamos a transformar una elección democrática indirecta en una herramienta de democracia directa".

Ese accionar está contemplado dentro de las reformas parciales que se le pueden hacer a la Carta Magna, según los artículos 223 y 224 que permiten cambiar "un solo artículo de esta Constitución". 

En este sentido, ya han existido distintos cambios en los mecanismos electorales, que han pasado así de las formas indirectas a métodos de elección directa. Uno de los ejemplos fue la eliminación del colegio electoral para la elección del presidente de la Nación, que en 1983 se hizo por Colegio Electoral, o la modificación que permite la elección directa de los senadores nacionales por Mendoza, que antes surgían de la votación de los senadores provinciales.