Tres "por qué" del nuevo PJ de Sagasti y tres "para qué" de su reimpulso

Este sábado asumirán las nuevas autoridades del Partido Justicialista de Mendoza, un triunvirato integrado por Anabel Fernández Sagasti, Matías Stevanato y Martín Aveiro. Hay un gran despliegue que tiene objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Equipo Memo

El kirchnerismo se hará cargo este sábado del Partido Justicialista de Mendoza, con Anabel Fernández Sagasti como presidenta y Matías Stevanato como vicepresidente primero y Martín Aveiro como vicepresidente segundo. 

Se consiguió la unidad provincial y la referencia de todo el peronismo en la senadora nacional, que así ratifica sus pergaminos tras imponerse en las PASO por la gobernación en su momento y además, de consagrarse como nexo único en Mendoza para todo peronista, empresario y aun intendentes que deseen entablar alguna relación con el gobierno nacional.

Para el sábado han apuntado todos los cañones para que el momento sea vivido como un punto de inflexión. Se ha convocado a la militancia a sumarse mediante una transmisión de streaming y habrá otra para empresarios y periodistas, mientras que todo el acto será emitido en forma abierta, para intentar llegar al público en general.

En las últimas horas, las gestiones desde el entorno de Fernández Sagasti han pasado por invitar a la mayor cantidad de masa crítica no afín a ser parte, en un gesto que ya, de por sí, marca una diferencia con los tiempos del dirigente mendocino más vinculado al chavismo, Guillermo Carmona, a quien le tocó presidir el PJ y lo hizo en tono más personal que colectivo, según le demandan desde adentro.

Tadeo, dispuesto a acompañar a Anabel

Habrá invitaciones para las máximas autoridades de las cámaras empresarios, universidades e incluso de partidos políticos; entre otros, el presidente de la UCR, Tadeo García Zalazar.

¿Qué quiere demostrar la nueva gestión partidaria del peronismo como líder del Frente de Todos en Mendoza?

- Renovación. La dirigencia que está vinculada más estrechamente por la sociedad a las gestiones gubernativas anteriores del Partido Justicialista en Mendoza, y que no gozan de buenos recuerdos a nivel general, no estarán sumadas. Se plantea un "nuevo punto de partida" para el partido y lo hace oportunamente mucho tiempo antes de que se inicie la disputa por la gobernación y los municipios, lo que le permite poder administrar el tiempo para diseñar una mejor performance ante la sociedad.

- Apertura y actividad privada. Este sábado han sido invitados a sumarse empresarios de diversos sectores. El peronismo quedó muy asociado a una lucha entre Estado y actividad privada y se pretende buscar un punto intermedio, de articulación conjunta, sin rechazar la iniciativa del sector económico privado.

- Mendocinismo. Mostrar un perfil más local le facilitará al PJ no diferenciarse en forma expresa de la pertenencia nacional que los ancla por dos lados: aunque convivan dentro de la nueva conducción albertistas y cristinistas, Mendoza es una de las provincias más adversas para ambas figuras, tanto hacia Alberto Fernández como a Cristina Kirchner. De allí que un equilibrio localista le permitiría al peronismo despegarse de lo nacional de algún modo y esforzarse por poner en valor sus opiniones propias sobre los temas de índole provincial.

Para qué quiere hacerlo

- Para ponerse en valor en el mercado electoral. Muy probablemente el peronismo insista con la candidatura de Anabel Fernández Sagasti en 2023 y lo hará, de hecho, en las legislativas de 2021.

- Para generar otra versión de las soluciones posibles. Desde adentro del PJ se indica que aunque se declame y se conformen espacios de diálogo desde el gobierno provincial, en los hechos no lo hay. Creen que pueden aportar dos cosas: 

1) Miradas diferentes a la "endémica" del oficialismo.

2) Un puente de plata con el gobierno nacional.

- Para marcar quién manda. Un clásico del peronismo es el verticalismo. Se ordena y disciplina ante el que detenta el poder de repartir "soluciones" hacia adentro de la fuerza y sus aliados. Eso no estaba ocurriendo. Había una anarquía y una carencia de liderazgo, lo que cambia rotundamente -guste o no, se coincida o no- con la presencia de Fernández Sagasti. De tal modo que un peronismo atomizado y culposo va a empezar la búsqueda de una identidad homogénea.

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