Susana Balbo: "Ojalá sea el último Desayuno de la Coviar"
La bodeguera mendocina, exdiputada nacional, ratificó sus críticas contra la Corporación Vitivinícola Argentina. Además, se mostró decepcionada por la política e incluso con Mauricio Macri. "Hay buenos y malos, pero son más los políticos mediocres", lanzó.
"La Coviar es responsable de que la vitivinicultura no esté en mejor posición", remarcó la bodeguera Susana Balbo, ratificando sus críticas contra la Corporación Vitivinícola Argentina, encargada de impulsar el Plan Estratégico 2020. Cumplido ese plazo este año, la exdiputada nacional de Cambiemos auguró que el tradicional desayuno que se realiza durante la Fiesta de la Vendimia debería ser el último.
Sobre su paso por la política, Balbo dejó en claro que no tiene un buen recuerdo y dijo sentirse "decepcionada", incluso por Mauricio Macri. "Me di cuenta que desde una posición legislativa las posibilidades de generar cambios son nulas, excepto que estés entre los siete y ocho que manejan el poder porque si objetás, te excluyen. No pude hacer los cambios que me hubiera gustado".
Repasá la entrevista con Susana Balbo realizada en el programa "La Picada", por radio Aurora Argentina (91.3):
-¿Por qué no sigue en política?
-Porque ha sido mi gran frustración. La política sigue siendo una corporación en la que hay buenos y malos políticos, pero son más los malos que los buenos, son más los mediocres que los buenos. Cuando hay que pensar en leyes que puedan cambiar a nuestro país, no es el sentido común lo que prevalece, sino la ambición y el interés personal; me di cuenta que desde una posición legislativa las posibilidades de generar cambios son nulas, excepto que estés entre los siete u ocho que manejan el poder. Si objetás, te excluyen. No pude hacer los cambios que me hubiera gustado. Muchas cosas de las que nos pasaron se podrían haber evitado si se seguían parámetros que algunos propusimos.
-¿Con Macri también esta decepcionada?
-Por supuesto, no escapa nada. Vi que se generó alrededor de Mauricio una barrera, entre ellos Marcos Peña, que no permitía que pasaran proyectos o propuestas que no nacieran de ellos. Si las propuestas no salían de ese grupo, un grupo muy cerrado, no se permitió que se diera un paso hacia adelante para restablecer una verdadera república. Hoy tendríamos una democracia muchísimo más saludable si a Pichetto se lo incorporaba en 2017 y se hubiese abierto lo que era Cambiemos hacia otras personas razonables y honorables, porque no todo el peronismo representa la corrupción del gobierno de los Kirchner; hay gente muy honorable y valiosa dentro del peronismo que habrían evitado un retroceso en muchos aspectos.
-¿Qué le parece hasta ahora la gestión de Suarez y la ayuda con préstamos a tasa subsidiada para los productores?
-El plan viene desde el año pasado. Ya Alfredo (Cornejo) decidió comprar uva para poder equilibrar el mercado. La vitivinicultura es altamente competitiva y genera muchísimo empleo. Acá, si hay alguien responsable de que la vitivinicultura no esté en mejor posición es la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina). Tuvo la oportunidad de oro durante 15 años para promover la reconversión de viñedos, erradicar aquellos que no eran económicamente viable, y se gastaron los fondos que debían usarse para promover la apertura al mercado exterior. A nosotros, cuando era presidenta de Wine of Argentina, nos retaceaban los fondos y me amenazaron diciéndome que hacía lo que tenía que hacer dentro del Coviar o por fuera nada. Entonces, cuando no tenés otra salida, necesitás golpearle la puerta al gobierno. Cuando asumió Macri, la Coviar y otras entidades le pidieron al presidente que asignara 300 millones de pesos para comprar los excedentes vínicos a los pequeños productores. (Carlos) Tizio, muy inteligentemente, cruzó los datos de quiénes tenían los vinos y cuál era el precio y cantidades. Terminamos gastando apenas 20 millones de pesos porque el vino ya estaba en mano de los especuladores que le habían comprado al productor a un precio vil para después vendérselo al gobierno.
-¿Terminaron levantando la bandera de los pequeños productores para su propio beneficio?
Hay mucho de manejo político, de entidades que salen defendiendo a pequeños productores pero los usan como bandera para defender sus propios intereses. El vino estaba en mano de cuatro o cinco especuladores y pretendían que el presidente se lo comprara. Además, en ese momento, entre 2015 y 2016, había excedente porque el vino no tenía calidad, eran vinos malos; también esto es una deuda de la Coviar, que debería haber trabajado en mejorar la tecnología para que los productores hagan buenos vinos, enseñarles que cuando no tienen calidad tienen que cambiar de cultivos o asociarse.
-Teniendo en cuenta que estamos en 2020, fecha en la que vencía el plan estratégico vitivinícola, ¿el Desayuno de la Coviar de este año debería ser el último?
-Ojalá sea el último desayuno de la Coviar y nos sentemos en una mesa donde expongamos las distintas realidades y la verdad. Ellos ya fracasaron y si debe seguir existiendo la Coviar, debe renovar su dirigencia con gente joven con una visión más amplia. Debo decirle a otros sectores, como la tecnología, que no pueden generar empleo para los miles de obreros rurales, la ayuda del gobierno la acepto como una necesidad, más allá de que no esté de acuerdo.
-¿Qué opinión tiene sobre Martín Hinojosa, el próximo presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura?
-No lo conozco personalmente a Martín, pero es importante que sea una persona que tiene vínculos con el sector, que tiene una bodega, que como productor y profesional de la industria siga el camino que inició Carlos Tizio en el INV, un camino de modernización de la vitivinicultura. Yo puse un proyecto para modificar la Ley de Vinos y, muy livianamente, la gente de Fecovita salió a opinar sin haberlo leído. Yo no fui a preguntarle a (presidente de Fecovita, Eduardo) Sancho qué deberíamos hacer, le pregunté a los especialistas en fiscalización, vitivinicultura, enología... y trabajamos con ellos en una ley que mejorara la competitividad de la vitivinicultura. Hay que modificar la Ley de Vinos. Mientras tanto, Tizio fue cambiando algunas cosas mediante resoluciones. Hizo una buena gestión en un instituto que debe brindar apoyo para que la vitivinicultura tenga mejores herramientas para competir con el mundo, la única forma que existe para no seguir golpeándole la puerta al gobernador.
-¿Potenciar las exportaciones es la salida?
-No hay en otros países gobiernos que compran vino. A lo sumo estimulan la exportación. Cuando su propio mercado no puede absorber la producción de vinos, les pagan para que exporten. Acá es al revés, por eso pedimos que por lo menos no haya retenciones. Encima aportamos a la Coviar, cuando debería ser un aporte voluntario en función a la eficiencia del organismo.
-¿Cómo está la bodega Susana Balbo en esta nueva etapa asociada al grupo L Catterton?
-Tenemos un socio con más músculo, tenemos energía y eso no es malo. De todos modos, todo pasa por el equipo nuestro; es un socio silencioso, tranquilo, que está aprendiendo de la industria de la mano nuestra. No habían tenido bodegas antes de comprar Luigi Bosca y una participación de nuestra empresa. Es una etapa con mucho trabajo.
-¿Cómo se trabaja en relación al cambio climático, que en algunos casos, por ejemplo, ha generado que bodegas busquen nuevos rumbos con más agua a disposición?
-El cambio climático está más relacionado con los efectos de otras actividades, por otros países, pero nosotros igualmente trabajamos para ser sustentables ambientalmente. Trabajamos con reciclados, reuso de aguas grises, de las aguas residuales para Irrigación. No estamos buscando otras regiones fuera de la provincia, entendiendo también que todos son ciclos: así como tenemos tremendas sequías, también han existido en el pasado. Creo que el principal desafío que tenemos en Mendoza es ver de qué manera se puede aprovechar el agua de las lluvias, construyendo reservorios.