Por qué el #MendoExit "es imposible" y cuál sería la alternativa contra la Nación

El exgobernador Alfredo Cornejo reflotó la idea de una provincia independiente del Estado nacional. Sin embargo, hay argumentos jurídicos que lo impiden. En todo caso, si Mendoza avanza en esa línea, la provincia podría ser intervenida. Alejandro Pérez Hualde plantea una alianza con otras provincias.

G. Conte y S. Montiveros

El freno del poder central a Portezuelo del Viento y la discriminación hacia Mendoza en la distribución de créditos para afrontar la crisis económica fueron los detonantes para que reflotara la idea, siempre vigente, de una provincia independiente. Este lunes, fue el diputado nacional Alfredo Cornejo quien tomó la bandera del #MendoExit, surgido en 2016 a la par de la aprobación del #Brexit con la idea de diferenciar a Mendoza de otras provincias que sin el auxilio del Gobierno nacional serían inviables.

"La verdad que no me gusta separarme de la Nación, pero la verdad es que ellos están obligando a Mendoza a autoafirmarse en sus propios valores e identidades", destacó el exgobernador en una entrevista con radio Nihuil, y agregó: "Estamos lejos de una autonomía con nuestra actual estructura productiva, pero hay que comenzar a pensarlo seriamente".

Sin embargo, más allá de la estructura productiva, la posibilidad de independencia de una provincia no está prevista en la estructura jurídica argentina; ni en la Constitución nacional ni en ninguna ley. Así lo destacó Alejandro Pérez Hualde, que además de haber sido ministro de la Suprema Corte, alguna vez tuvo que analizar un posible #MendoExit a comienzos de siglo, cuando trabajaba en el gobierno de Roberto Iglesias.

"Siempre hay un sentimiento y ganas de desvincularse de estas especulaciones porteñas o del centralismo; yo lo viví cuando me toco pelear la crisis del 2001; en ese momento, yo era jefe de asesores del grupo de Enrique Vaquie y nos agarrábamos unas broncas terribles. El centralismo siempre nos maltrató a los mendocinos, porque los mendocinos no somos suficientemente dependiente de ellos. No vamos a mendigar todos los meses", señaló Pérez Hualde.

En aquel momento -lo cual ratifica en la actualidad- concluyó que una eventual independencia de Mendoza es imposible: "Nuestro país es una federación, no una confederación. En las confederaciones se juntan países independientes soberanos y arman una unidad, de la cual uno se puede ir cuando quiera; es lo que han hecho los británicos con la Unión Europea. Pero nosotros pertenecemos a una federación, con miembros pobres y ricos, provincias despobladas y provincias súper pobladas". 

"No existe la posibilidad de que una provincia resuelva salirse de la Argentina, no hay derecho de secesión. Esto, los Estados Unidos lo tuvo que resolver con una guerra civil. La Guerra de Secesión en la segunda mitad del  siglo XIX fue porque el sur quería ser confederal y ganan los federales", agregó el exministro de la Corte mendocina, quien en el gobierno de Iglesias trabajó para el entonces ministro Enrique Vaquié en un equipo que también integraba otro funcionario de Rodolfo Suarez: Lisandro Nieri.

Asimismo, destacó que si Mendoza avanzara en una eventual independencia, desconociendo decisiones del Poder Central, o no eligiendo representantes para el Congreso Nacional, el Gobierno nacional podría intervenir la provincia. "La sanción está en el artículo 6 de la Constitución Nacional, en donde aparecen los casos en los cuales el Gobierno federal puede intervenir en la provincia. Si frustramos el sistema republicano, podría ser una causal de intervención". explicó Pérez Hualde, en diálogo con Aurora 91.3.  

-Sin posibilidad de independencia, ¿qué otro camino queda?

-Yo creo que acá tenemos un grave problema de centralismo, sobre todo con la elección directa de presidente que se aprobó en la reforma del año 1994, en un país en el que el 48,1% del padrón electoral está entre Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires; medio país votante está ahí y se gobierna para ellos. Antes, con el Colegio Electoral, había más interés en compartir las decisiones en la Argentina, lo cual desapareció.

-¿Cómo hacen las provincias para imponer sus derechos?

-Esta respuesta ya no es jurídica. Tenemos provincias que tienen el mismo problema que nosotros, que les duele igual que a nosotros tener que ir a Buenos Aires a mendigar. Creo que la solución es la composición de consensos con esas provincias, como Córdoba o Santa Fe. La república exige consensos y siempre la estrategia de Buenos Aires ha sido tratar de evitar que nosotros logremos armar consensos. Buenos Aires siempre va a tratar de descomponer los consensos, entonces nos manda a La Pampa a reclamar el agua, arma cuestiones que a nosotros nos distraigan de lo fundamental, pero de alguna manera toda la historia ha sido así. El interior con sus desuniones, siempre sale fortalecido Buenos Aires y el centralismo.

-¿Cómo lograríamos esos acuerdos?

-No pensemos en términos de confrontación, sino en términos de composición de acuerdos y respuestas políticas. Para eso hay que dejar de lado muchas mezquindades partidarias y sentarse con el gobernador de Córdoba, que es de un peronismo, con el gobernador de Santa Fe, que es de otro peronismo, con el gobernador de Tucumán, que no me gusta, pero tengo que conversar. Si yo logro convencer a esas tres provincias, ya tengo el 25% del padrón electoral de la Nación. Nadie se salva solo y la Argentina tampoco se salva sola.

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