Gänswein, el "viudo" de Benedicto, dio a entender que hubiera sido mejor elegir a Angelo Scola como Papa
Una entrevista realizada para Il Corriere por Giampiero Rossi, con Georg Gänswein, secretario privado de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, durante casi veinte años.
"Creo que bastantes cardenales habrían vivido bien si Angelo Scola hubiera sido Papa". Las palabras parecen fluir cómodamente en la amplia sonrisa que las acompaña. El padre Georg Gänswein, secretario privado de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, durante casi veinte años, no busca ideas polémicas ni eslóganes, pero no rehuye y no esquiva las preguntas, excepto una: Mirando hacia atrás ahora, en una tarde primaveral milanesa de 2023, ¿habría apreciado personalmente la elección como Papa del entonces arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola? "No puedo decir que fui amigo del cardenal Scola, pero me une una gran simpatía personal y una profunda estima. Pero decir ciertas cosas hoy, sabiendo que en Santa Marta hay una gran sensibilidad...".
La nota es publicada este miércoles por el diario italiano Il Corriere.
Nacido en 1950, sacerdote de la archidiócesis de Freiburg, Alemania, desde 1984 y doctor en derecho canónico fue llamado al Vaticano en 1995. Primero para sumarse a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y al año siguiente a la de la Doctrina de la Fe. En 2003 se conviertió en secretario personal del entonces cardenal Joseph Ratzinger. Tras su elección al pontificado, el 19 de abril de 2005, Benedicto XVI lo confirmó en el cargo y en 2012 lo nombró prefecto de la casa pontificia, consagrándolo arzobispo, el 6 de enero de 2013, con el título de Urbisaglia.
El papa Francisco lo mantuvo en la responsabilidad del cargo, sin embargo, encomendándole, desde enero de 2020, la tarea de dedicarse exclusivamente al papa Emérito. Y ahora que Ratzinger se ha ido, espera un nuevo destino. Pero mientras tanto, junto al periodista Saverio Gaeta, escribió un libro: "Nada más que la verdad - Mi vida junto a Benedicto XVI" . Y de paso por Milán para una presentación en la librería Mondadori, se detuvo unos momentos para recordar la relación entre "su" Papa y el cardenal Angelo Scola. El mismo arzobispo emérito de Milán usó palabras de gran afecto y estima, a la muerte de Benedicto XVI: "Fue mi amigo pero más aún un padre, nunca dejando que me faltara su ayuda incluso en ciertos momentos difíciles de mi vida".
- ¿Qué recuerdos tiene de la relación entre estas dos importantes figuras de la Iglesia Católica?
- Me vienen a la mente las dos visitas oficiales que Ratzinger hizo a Scola durante su pontificado. La primera fue en Venecia, donde Scola era patriarca. En mayo de 2011. Más allá del marco de la ciudad, que por sí sola ya me ha dejado hermosos recuerdos imborrables, la acogida fue extraordinaria y entonces ya se notaba muy bien la simpatía humana y la sintonía teológica entre el Papa y el Patriarca. Se conocían desde hacía tiempo, precisamente en un contexto de reflexiones teológicas, y en ese momento se encontraron en una hermosa armonía. Para describirlo, me viene a la mente la imagen de un velero propulsado por una buena brisa.
Georg Gänswein, secretario de Ratzinger, denuncia un 'plan diabólico' para atacar a Benedicto XVI
- Y un año después la situación resurgió, sin embargo en Milán, donde mientras tanto Scola se había convertido en arzobispo precisamente por elección de Ratzinger.
- Sin embargo, esa no fue una visita a la diócesis sino que tuvo lugar con motivo del Encuentro Mundial de las Familias. Eran las mismas dos personas, aunque el cardenal había cambiado de rol y de ciudad y todavía recuerdo muy bien verlos muy felices cuando entraron al estadio de San Siro repletos de gente.
- En ese momento no se hablaba de un posible sucesor porque ni siquiera era concebible que un Papa dimitiera. Pero el 11 de febrero de 2013, las cosas cambiaron repentinamente.
- Y más a partir del 28 de febrero, cuando a las 20 horas el Papa firmó la renuncia y subió al helicóptero que lo llevó a Castel Gandolfo, porque el monasterio Mater Ecclesiae aún no estaba listo para acogerlo. Recuerdo muy bien que muchos, y en particular ustedes los periodistas, se apresuraron a decir que el cardenal Scola habría sido el sucesor natural, incluso dado por sentado.
- ¿Y qué es la realidad, por lo que recuerda?
- El Papa Benedicto XVI no habló con nadie, no respondió a nadie, precisamente porque no quería y en todo caso no podía influir en el Cónclave de ninguna manera. Pero así como están los llamados "hacedores de reyes", también están los "papamekers" que, quizás incluso partiendo de hechos reales, como la armonía teológica y humana entre ambos, también añadieron mucha imaginación. Pero el mundo católico y de la Iglesia es grande y diversificado, siempre hay algún elemento incalculable y centrarse sólo en Roma es un error.