A último momento, el Gobierno abrió la negociación para controlar los fondos reservados de la SIDE
Como con el proyecto original de la Ley Bases, empezaron a negociar tarde. Nadie sabe de qué se trata la propuesta y en el Congreso hay una fuerte discusión. ¿Un presupuesto para hacer inteligencia o simplemente para alardear?
El DNU para crear la SIDE no fue invento de Santiago Caputo. Fue una idea, previa, de un experto de inteligencia vinculado al Gobierno. El funcionario pretendía darle una nueva estructura a la inteligencia argentina, eficiente y legitimada por las agencias de los países occidentales, con quien pretende mantener vínculos de información, para los que se requiere confianza. "Lo que se hizo era obvio", dijo ante Memo.
Exigía la convocatoria a la Comisión Bicameral de Control de los Organismos de Inteligencia, paso imprescindible para que el oficialismo pudiera contar con un espacio donde exponer sus objetivos y diseñar el sistema de control del gasto. Pero nada de eso fue posible. Un Gobierno débil en materia institucional, alardeó poder en el mundo de las fuerzas oscuras para generar temor, ya que no cree que genera el suficiente respeto. Y todo se complicó.
Primero, porque el joven Caputo pidió romper el acuerdo que Martín Menem había tejido con el bloque Encuentro Federal para incluir a Nicolás Massot como miembro por la oposición en la mencionada Bicameral.
Segundo, porque el kirchnerismo (la oposición más numerosa) entró en una compleja fragmentación que fue impidió el acuerdo entre los sectores más radicalizados en la materia (Rodolfo Tailhade y Leopoldo Moreau) con los moderados (Germán Martínez y Santiago Cafiero).
Se completa el entramado de jefes del espionaje de la SIDE
Así, el asesor presidencial que maneja a través de funcionarios que le responden al 45% o quizás el 50% del Gobierno, decidió encarar la política de hechos consumados, sorprendiendo con la nueva SIDE, una estructura que busca recuperarse del desmantelamiento de los tiempos de Alberto Fernández y coordinar a todas las áreas de inteligencia del Ejecutivo, manejando un presupuesto inédito: 100 mil millones de pesos, algo así como 80 millones de dólares, todos reservados, que se suman así a lo ya incluido en el Presupuesto vencido y se sumarían a lo que se presupuestará en el futuro Presupuesto. De aprobarse, el 90% de los fondos serán secretos.
Cuando se dio cuenta que Diputados fue perdiendo la timidez a votar con el kirchnerismo, y viendo que en la Cámara había mayoría para derogar el DNU, Caputo se apuró en hacerse girar el 80% del presupuesto desde el Tesoro Nacional.
Claro. Dijeron que "no tenemos nada que ver con esa transferencia. Solo la enviaron. Pero nosotros no ejecutamos nada hasta que el Congreso nos avale", se apuraron a decir en Casa Rosada.
La casualidad es que el secretario de Hacienda, Pablo Quirno, reporta a Luis "Toto" Caputo, el ministro que acercó Santiago al Gabinete, uno de los principales "colosos" del déficit cero que enorgullece a Javier Milei.
Enojado, un diputado sintió que "hicieron como con el proyecto de Ley Bases original, que mandaron sin ningún tipo de negociación previa". Otro fue todavía más allá: "desnudaron el perfil de prioridades del Gobierno, no hay plata para los jubilados, para la salud, para la educación, pero sí para la inteligencia".
Estos diputados consultados forman parte del grupo de 135 diputados que darían quórum el próximo miércoles a la sesión especial para tratar el rechazo de ese DNU. Pero el Gobierno cambió su estrategia y pretende reunir a la demorada Bicameral un día antes, el martes, para quitarle sentido a la sesión convocada por la oposición (Unión por la Patria, Encuentro Federal, Coalición Cívica, una parte del bloque de la UCR y otros bloques más chicos).
La mayoría de los radicales no están por ese freno. Hay una chance de que el senador Martín Lousteau presida la Comisión, se supone por un acuerdo con Enrique "Coti" Nosiglia. Nobleza obliga, en el despacho del Lousteau aseguran que "no hay ninguna posibilidad de que suceda algo así".
La propuesta del joven Caputo es que la presidencia recaiga en el senador peronista por Entre Ríos, Edgardo Kuider. Se supuso que era número puesto.
Una mendocina, en la comisión que debe decidir sobre el megafondo para espionaje
Pero la vicepresidenta Victoria Villarruel no está de acuerdo que las autoridades de una comisión que considera en su "territorio" (le toca presidirla al Senado) sea elegido por fuera de la Cámara y tiene candidato propio: el senador Enrique Goerling Lara, de Misiones, amigo del expresidente del PRO, Humberto Schiavoni.
Este vínculo llevó a Goerling Lara a tener el respaldo del actual presidente del PRO, Mauricio Macri. Y lo extraño es que también es el candidato de la ministra de Seguridad, quien también fue presidenta del PRO, Patricia Bullrich. Se podría decir que se trata de un acuerdo operativo. ¿Vienen otros más entre ellos?
Por ahora, solo se sabe que Milei y su hermana Karina no tienen opinión sobre la materia. Le dejaron el asunto al asesor presidencial, pero esperaban que no hubiera ruidos. No parece que la próxima sea pacífica, lo que esperan en Rosada es que no sea la SIDE lo que se lleve la atracción de la opinión pública. En principio, tienen los fondos reservados para evitarlo.