El ránking de "funcionarios que no funcionan": ejecución presupuestaria y conformación de equipos

Una de las formas de medir si funcionan o no los funcionarios es si ejecutan o no el presupuesto asignado a sus áreas. Cristina Kirchner señaló que en el Gobierno del que es parte "hay funcionarios que no funcionan". Aquí, una aproximación a su planteo.

Memo

El presupuesto asignado a las diversas áreas para gestionar el Estado no está para ser ahorrado, sino para ejecutarse de acuerdo al plan previsto. Ya elaborarlo muchas veces resulta una tarea cercana a la ficción, cuando se desconoce en realidad cuáles son los recursos existentes para programar los gastos en el año siguiente. Y una vez que se consigue tenerlo, hay que plasmarlo en hechos, algo que se mide con el ritmo de ejecución.

Por eso resulta una forma sencilla de evaluar si quienes está al frente de esas áreas funcionan o no. A pedir de Cristina Kirchner, ese dato sirve para conocer lo que planteó en su carta: quiénes son "los funcionarios que no funcionan".

A dos meses de terminar el año y de que el gobierno de Alberto Fernández cumpla un cuarto de su mandato, resta ejecutar en promedio el 28,75 por ciento del Presupuesto para 2020. El total promedio ejecutado asciende a 71,43%.

En tal sentido, hasta ahora los que menos han ejecutado su presupuesto son:

- Elizabeth Gómez Alcorta, Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad con el 39,2% del total del presupuesto ejecutado.

- Matías Lammens, Turismo, 46,5%.

- Tristán Bauer, Cultura, 54%.

- María Eugenia Bielsa, Hábitat y Desarrollo Territorial, 54,2%.

- Juan Cabandié, Ambiente y Desarrollo Sustentable, 59,9%.

- Martín Guzmán, Economía, 60%.

- Luis Basterra, Agricultura, 63,7%.

- Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Sabina Frederic (Seguridad), la Unidad Presidencia y Felipe Solá (Cancillería) tienen ejecutado su presupuesto entre el 73 y e 67%.

- Nicolás Trotta, Educación, 76,7%.

- Matías Kulfas, Desarrollo Productivo, 77,2%.

- Claudio Moroni, Trabajo, 81% ejecutado.

Por supuesto que, proveniendo de la Vicepresidenta, podría no tratarse de una evaluación técnica en torno al desarrollo de la gestión, sino que podrían considerarse factores más arbitrarios en torno a su evaluación del gabinete de Alberto Fernández.

Entre ellos, podrían surgir un sinnúmero de condiciones, como por ejemplo su grado de alineamiento con su pensamiento, o de respuesta a sus pedidos como "armadora" del Gobierno que se considera desde el segundo puesto en importancia en el país.

"Hoy maltratan a un Presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan, y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los ‘defectos' que me atribuían", escribió Cristina Kirchner en su carta que ayer Alberto Fernández interpretó como "un apoyo" a su gestión de parte de quien lo designó para encabezar la fórmula presidencial.

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Sin embargo, esa misiva emitida por la expresidenta en ocasión del décimo aniversario de la muerte de su esposo, Néstor Kirchner, se ha vuelto un Código que cada uno a su alrededor intenta decodificar a su favor o en contra de otros.

Otro factor que deja la idea de que al Gobierno le cuesta armar equipos es el ritmo de nombramiento de funcionarios.

En el seguimiento que Memo realiza del "funcionariato", hace dos días que no se oficializan nombramientos, pero a lo largo del año se ha notado un ritmo de alrededor de una docena diaria, aun 10 meses después de asumido.

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Memo difundió un ritmo de nombramientos que podría contrastarse con el de ejecución presupuestaria, ya que para que se ejecuten planes y programas debe haber "firma autorizada" y en algunas áreas del Gobierno se tardó en designarlas o bien, todavía no lo hacen. El estudio realizado por CIPPEC dio cuenta en agosto una lista de grado de ocupación de cargos de funcionarios disponibles, que resultó la siguiente:

- Defensa: 100% de direcciones nacionales y 89% de direcciones generales.

- Ambiente: 100% de direcciones generales y 90% de direcciones nacionales.

- Seguridad: 100% de direcciones generales y 79% de direcciones nacionales.

- Mujeres, Géneros y Diversidad: 90% de direcciones nacionales y 60% direcciones generales.

- Hábitat y Desarrollo Territorial: 86% de direcciones nacionales y 0% de direcciones generales.

- Salud: 79% de direcciones nacionales y 60% de direcciones generales.

- Interior: 54% de direcciones nacionales y 63% de direcciones generales.

- Cancillería: 31% de direcciones nacionales y 64% de direcciones generales.

- Obras Públicas: 23% de direcciones nacionales y 29% de direcciones generales.

El gobierno de Alberto Fernández creó tres nuevos ministerios (Desarrollo Territorial y Hábitat; Mujeres, Género y Diversidad; y Obras Públicas), jerarquizó seis que eran secretarías de gobierno (Ambiente y Desarrollo Sostenible; Salud; Turismo y Deportes; Cultura; Ciencia, Tecnología e Innovación; y Trabajo, Empleo y Seguridad Social) y mantuvo once con algunos cambios de denominación y funciones.

La cantidad de ministerios (21 incluyendo a Jefatura de Gabinete de Ministros) y de secretarías (84) están en línea con el promedio del periodo 2015-2019. CIPPEC dio cuenta de que donde hay mayores cambios es a nivel de las subsecretarías, que se incrementaron un 31% respecto a la estructura del anterior gobierno a diciembre 2019. Pero las subsecretarías planifican y las direcciones ponen en marcha, en general, los proyectos.

¿Dónde hay que buscar a los que no funcionan? ¿En los que designan equivocadamente o en los designados que no ejecutan?

Las que funcionan, ¿son las menos importantes o perceptibles para la gestión general?

La respuesta seguramente será subjetiva. Pero los datos para evaluar están a la vista.

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