El paro de la casta sindical
Más de 9 millones de trabajadores en la Argentina se encuentran precarizados y sin representación gremial. El paro del 24 de marzo dejó en claro que en el país hay una suerte de casta sindical.
La jornada de paro convocada por la CGT volvió a abrir el debate sobre el nivel de representatividad de los gremios y si realmente el ajuste afecta a sus afiliados.
Si bien el paro de la CGT fue anunciado allá por el lejano 1 de enero, cuando el Gobierno de Javier Milei no llevaba ni 30 días de comenzado, no deja de sorprender que quienes encabezaron la protesta del miércoles pasado a nivel nacional, son los gremios que representan a los trabajadores mejor remunerados de la Argentina.
Al tratarse de sectores estratégicos o esenciales, cuentan con poder de fuego para frenar el país y así también, negociar incrementos salariales que empardan o superan la inflación acumulada durante 2023.
Por nombrar algunos ejemplos, Camioneros, de Pablo Moyano y sus ganas de arrojar al ministro Luis Caputo al Riachuelo, acordó durante el último semestre de 2023, actualizaciones salariales por un 94,5% y llevó el salario mínimo para un chofer a los $765.000.
Esta cifra no incluye el bono acordado con las tres cámaras del sector: la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), la Confederación Argentina del Transporte Automotor Cargas (CATAC) y la Federación Argentina de Entidades de Transporte y Logística (FAETyL), por $240.000 pesos pagadero en cuatro cuotas de $60.000 pesos, entre los meses de febrero, marzo, abril y mayo.
Bancarios: Con una recomposición salarial del 23,2% para el último mes del 2023 y un 20% a cuenta de futuros aumentos, la Asociación Bancaria conducida por el mendocino Sergio Palazzo, alcanzó para sus representados un salario mínimo de $904.357,68 pesos.
Petroleros: los trabajadores de la industria hidrocarburífera acordaron un aumento salarial del 47,6% en enero, para el sector yacimientos y en el acumulado del último año, pudieron recomponer sus salarios por un 183,2%.
Pero para tener referencias concretas: Un trabajador junior del sector, al mes de enero percibe $372.500 mil pesos de base y los de mayor escala, perciben salarios por encima de $1.162.640.
Otro sector estratégico que decidió paralizar sus actividades fue el de los aceiteros. Vale destacar que los empleados del sector, lograron una suba en sus salarios del 41% para este mes de enero, llevando el salario básico a $992.161 pesos para el escalafón inicial. Como si fuera poco, acordaron además el pago de un bono de $600.000 pesos.
Estos ejemplos, toman aún más relevancia cuando se los compara con el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), que por falta de diálogo entre el Gobierno y la CGT, no se actualizó durante este mes de enero y quedó en los $156.000 pesos.
Este valor, aún sin actualizar, pesa fundamentalmente en los trabajadores que están en la informalidad, ya que el SMVM le pone un piso o valor de referencia al trabajo por hora, tanto para los asalariados informales, como para los cuentapropistas.
Empleo formal vs informal
Según los últimos datos disponibles, del INDEC en base a la Encuesta Permanente de Hogares, (junio de 2023) en Argentina hay 13,2 millones de personas ocupadas, de las cuales 6,2 millones cuentan con un empleo formal y 3,6 millones se encuentran en la informalidad, sin descuentos jubilatorios ni beneficios como vacaciones pagas o cobertura de una obra social. Y como si fuera poco, tampoco tienen un gremio que los represente o presione para mejorar su situación laboral.
Otro dato importante de este análisis es que, según la Universidad Nacional de San Martín, con datos del 2022, existen en Argentina cerca de 4 millones de trabajadores sindicalizados (3,9 millones). 1,5 millones de trabajadores, son parte del sector público, mientras que en el sector privado, la cifra de personas con representación sindical llegaría a los 2,2 millones.
Peor aún es la situación de los jubilados. La jubilación mínima en Argentina es de $105.713 pesos y bono mediante alcanza los $160.000 para este mes de enero. Además hay una promesa del Gobierno de Milei, de otorgar un nuevo bono en febrero y actualizar los valores al ritmo de la inflación mensual, pero recién a partir del mes de abril y siempre y cuando se apruebe la ley ómnibus en el Congreso de la Nación.
En Argentina y según los datos de ANSES en base al Informe de Estadísticas de la Seguridad Social, hay un total de 8.848.866 beneficiarios. Desglosado, el informe arroja que 5.279.990 de personas se encuentran actualmente cobrando una jubilación; 1.709.843 personas percibiendo una pensión y 1.859.033 personas, que por encontrarse en situación de vulnerabilidad (discapacidad, familia numerosa o no tener ingresos suficientes) también reciben los magros beneficios de la seguridad social sin haber realizado aportes.
Todos estos datos, pueden servir para analizar sólo desde el punto de vista matemático, que la cantidad de personas no representadas por la CGT, CTA, ATE, Aceiteros, Camioneros o Petroleros, es superior a la masa de trabajadores o "al pueblo" que ellos dicen representar.
Al final de la cuenta, y haciendo números rápidos, en Argentina hay más de 9 millones de trabajadores sin representación gremial y sin posibilidad de negociar mejoras en sus ingresos.
Quizás también sea por esto, que la "representatividad" tan debatida durante esta última semana, no se trate de movilizar gente a un acto, sino de interpretar las demandas de la sociedad, que observa con pavor discursos combativos de una casta sindical enriquecida, pero con nula empatía sobre las mayorías empobrecidas y sin ningún tipo de privilegio.