El comandante que le pidió la renuncia a Evo Morales: "No dimos un golpe de Estado"
Williams Kaliman fue quien dio la vuelta al mundo como el jefe de las Fueras Armadas de Bolivia que le pedía la renuncia al Presidente Evo Morales dialogó en exclusiva y ofreció su posición sobre lo sucedido. Dijo cómo cree que lo juzgará la historia.
Curiosamente, el comandante del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Bolivia que le pidió la enuncia a Evo Morales, Williams Kaliman (56 años) fue uno de los militares reconocidos como más leales al ahora expresidente. El general golpista dijo en diálogo con este medio que "no hicimos un golpe de Estado", valoró el proceso económico de Bolivia y pidió "paz". A la vez, justificó el pedido de renuncia, pero usó otro término: "sugerencia".
En diálogo abierto, ahora que fue remplazado por la presidenta en funciones Jeanine Añez, explicó el porqué del cambio y reiteró en varias oportunidades dos cosas que lo colocan -desde su punto de vista- por fuera del carácter de "golpista":
- Que actuó de acuerdo a la normativa que rige a las Fuerzas Armadas.
- Que los militares no estaban desplegados al momento de "sugerir" la renuncia, sino replegados en sus cuarteles.
El video del momento en que pide la renuncia:
En esta nota, Kaliman se animó a señalar cómo lo recordará la historia, en una Latinoamérica azotada por los golpes militares en el pasado y eludió elegantemente dirigirle virtualmente unas palabras a Evo Morales, formulando un reiterativo llamado a la paz.
El diálogo completo:
- ¿Usted se siente responsable de la renuncia de Evo Morales a la Presidencia? ¿Renunció por el pedido que le hizo usted en nombre de las Fuerzas Armadas o es una situación que usted cree que ineludiblemente se iba a producir?
- Yo no puedo decir que haya tomado la decisión debido a nuestro pronunciamiento. De lo que estoy seguro es de que el 10 de noviembre, cuando el mando militar decide realizar esta sugerencia, las Fuerzas Armadas no se encontraban en la calle. No había soldados en las calles. Todos estábamos en nuestros cuarteles alertas de lo que estaba pasando en ese momento en nuestro país. Pero los informes de inteligencia y el análisis estratégico que hicimos desde el Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas junto al Estado Mayor y a los comandantes de fuerzas, indicó que el conflicto estaba en una escalada y consideramos que iba a ir mucho más allá hasta el punto de que en un momento dado no se podría parar.
Es así, que de acuerdo a lo que anda la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas en su artículo 20, y luego de analizar profundamente la situación conflictiva interna, es decir, con muertos en Bolivia, amparados en ese artículo, desde el Mando Militar le hicimos la sugerencia al Jefe de Estado de que renuncie a su mandato presidencial, para permitir la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, todo, por el bien de nuestra Bolivia, velando como una máxima que la vida de los bolivianos se debe respetar.
Es así que el Mando Militar toma esa decisión dentro de los marcos legales que tenemos en Bolivia sin tener ningún soldados ni fuerzas coercitivas en las calles.
- ¿Considera que la situación actual del país se ha normalizado o está lejos de ser normal después de la renuncia del presidente Morales?
- No. Lo que pasó es que posteriormente vino la escalada, que siguió subiendo principalmente en la ciudad de La Paz. El día 11 de noviembre se hizo presente en el Comando el comandante general de la Policía y oficialmente me dio el parte de que las fuerzas del orden, la Policía Boliviana, había sido rebasada, que estaban en peligro y que necesitaban el apoyo de las Fuerzas Armadas del Estado. Esta visita la recibí exactamente a las 19.20 del día 11. Entonces, con esta carta y este parte que me dio el comandante de la Policía, las normas me dicen que si las fuerzas policiales han sido rebasadas, la Fuerzas Armadas pueden ser usada en conflictos internos, en el control de la población.
A las 20.10, las primeras unidades militares en una coordinación de operaciones conjuntas salieron a hacer los patrullajes correspondientes. Esta salida de las Fuerzas Armadas fue fundamental porque logra inmediatamente pacificar en algo lo que estaba sucediendo en la ciudad de La Paz. Actualmente se siguen realizando operaciones junto a la Policía en toda Bolivia. Asimismo, como una misión que tienen las Fueras Armadas, habíamos puesto en ejecución el plan "Sebastián Pagador", cuya finalidad es que las Fueras Armadas pasan a controlar y hacer seguridad de los servicios públicos esenciales. Los soldados están en los lugares que abastecen el agua, en las antenas de electrificación, como un derecho humano que tenemos las personas, para que la población pase estos momentos con un poco más de tranquilidad.
- ¿Qué pasó en la relación con Evo Morales, a quien usted llamó "hermano presidente"? ¿Por qué el cambio de postura?
- No, no ha habido ningún cambio de postura con nuestro Presidente. Y "hermano presidente", eso viene desde hace unos 7 u 8 años atrás, que desde entonces se determinó en los mandos como la forma en que debía saludárselo. Cuando yo llegué a ser comandante eso ya era una norma de la institución, porque él no quería que le digan "señor" ni le gustaba que le llamaran "excelentísimo". Entonces por eso, como comandante no tengo nada que ver. Esa norma ya existía. Los comandos y los militares no somos fieles a partidos políticos ni a las personas. Nos debemos al pueblo, a Bolivia porque las Fueras Armadas es el pueblo armado que tiene Bolivia y nosotros debemos estar siempre detrás de nuestro pueblo para defenderse. Nuestra misión fundamental es defender y sostener la independencia nacional, la seguridad y la estabilidad de la república. Entonces, cuando nuestro país está llegando a una confrontación, a una inestabilidad, las Fuerzas Armadas tienen que decir algo enmarcados en la Constitución Política del Estado. Primero, penando en los más sagrado que tenemos, que es la vida, la vida de los compatriotas bolivianos.
- Nos sorprendimos por la designación por parte de Janine Añez de otro comandante de las Fuerzas Armadas. ¿Se sorprendió, ya estaba hablado? ¿Cuál su sensación después de que se nombrara a Carlos Orellana Centellas como nuevo comandante de las Fuerzas Armadas?
- No. Lo que pasa es que una vez que ella asumió el mando del Estado Plurinacional de Bolivia, yo solicité a la Presidenta, a través de la Casa Militar, tener una reunión de urgencia y le pedimos que el cambio se hiciera lo antes posible, porque nosotros somos militares y personas dignas y éticas. Le dijimos que no ería ético que este mando le pudiera acompañar porque había sido posicionado en otra gestión de gobierno. Eso le solicitamos a la Presidenta de Bolivia en la reunión y ella aceptó. Otra cosa que le pedimos es que mantenga la institucionalidad de las Fuerzas Armadas. Es una institución fundamental que no debe ser mellada ni mancillada por nadie. Y ahora agradezco la actitud de la Presidenta porque quienes están al mando son a quienes les correspondía estar allí.
Sergio Orellana es el general que trabajó hasta minutos antes conmigo. Era mi jefe de Operaciones de las Fuerzas Armadas. Le correspondía a él tomar el mando en este momento crítico que está viviendo el país, conduciendo operaciones con personal militar que está en la calle. Asimismo, le pedimos que los comandantes del Ejército, Fuerza Aérea y la Armada asuman el mando los que vienen exactamente detrás del comandante, y son los jefes de Estado Mayor que asumieron el mando en las tres fuerzas.
- El fin de semana lo vimos a usted por televisión pidiéndole la renuncia al presidente Evo Morales, como también lo había hecho antes la Central Obrera Boliviana, pero en su caso, con responsabilidad institucional. Cinco minutos después salió Evo Morales renunciando. ¿Ustedes tenían el panorama de que eso iba a suceder? ¿O lo hicieron confiados en desencadenar un proceso de sucesión presidencial?
- Aquí la clave es una palabra que nos enmarca en la legalidad para realizar este pedido, porque se podría confundir con un golpe de Estado de las Fueras Armadas, que no ha existido. Porque las Fuerzas Armadas en ese momento en que hicimos público ese comunicado nos encontrábamos en los cuartees realizando nuestras actividades cotidianas, pero atentos a lo que sucedía en el país, porque vivíamos un momento de escalada del conflicto. En base al artículo 20 de la ley orgánica, nosotros sugerimos al Presidente del estado, en vista a la escalada del conflicto que estaba incrementándose, con informes de inteligencia de que ya existían grupos armados que estaban haciendo casi terrorismo en algunos lugares de Bolivia.
Al existir grupos con armas de fuego que ya no eran solo unos manifestantes que podían hacerlo libremente, las Fuerzas Armadas tienen que hacer algo y, amparados en ese artículo 20 es que le sugerimos al Presidente del Estado que renunciara, pero pensando siempre en la vida de los compatriotas.
- En muchos países y muchos sectores, usted está quedando como quien trajo al presente una metodología antigua en América Latina que es que las Fuerzas Armadas tomen decisiones por sobre el mando civil. ¿Cómo cree que va a quedar en la historia su actuación de este fin de semana?
- La historia juzgará al Mando Militar. Nosotros hemos pensado siempre actuar dentro de los marcos legales de la institución. Estábamos viendo un país con una escalada de conflictos en donde existían muertos y grupos armados. Las Fuerzas Armadas no podían quedarse quietas o sin decir nada, por lo menos, en los cuarteles. Somos parte del pueblo. Las Fuerzas Armadas en Bolivia somos una institución fundamental de la Patria. Es una institución muy querida por su población y principalmente, en la que la población confía mucho. La cuidamos no solo los militares, sino todos los bolivianos, porque es una institución disciplinada, con personal altamente calificada y confiable que tiene Bolivia y que actúa en estos momentos críticos de manera loable, confiable y enmarada en nuestras normas legales. En Bolivia, las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental defender la independencia nacional, la estabilidad de la república, el honor y soberanía nacional, asegurar el imperio de la Constitución Política del estado, garantizar la estabilidad del gobierno legalmente constituido, y participar en el desarrollo nacional. En ese marco constitucional es que hemos hecho esa sugerencia.
- Finalmente, supongamos que Evo Morales lo está escuchando: ¿tiene algunas palabras para decirle en este momento?
- (Risa nerviosa) Como siempre, hay que llamar a que estemos en paz en Bolivia. Que vivamos como hermanos. Somos un país que está teniendo algunas mejoras en su economía. Todos los bolivianos queremos vivir en paz. Los bolivianos somos gente de paz, de amistad, trabajadores. Todos queremos vivir en paz. Entre todos queremos aportar a la paz. Si todos hablamos de paz, seguramente vamos a llegar a lo que las Fuerzas Armadas hemos pedido a la población: que reine la paz entre los bolivianos.
El audio de la entrevista Williams Kaliman realizada en el programa "La Picada" por 91.3 Aurora por Gabriel Conte y Santiago Montiveros: