Diego Sehinkman, pandemia, gestión y medios: "Un gobierno es todo lo que hereda, más lo que puede hacer con lo que hereda"
Poseedor de un estilo propio para administrar la información y sus repercusiones, periodista con base en el ejercicio de la psicología, autor de libros como "Qué tienen los políticos en la cabeza" y "Políticos al diván", Diego Sehinkman analiza aquí un año de pandemia en los medios y las acciones del Gobierno. El conductor de "Solo una vuelta más" por TN deja conceptos para el debate.
Adriana Amado, docente, investigadora y analista de medios, es parte del panel que acompaña a Diego Sehinkman casi todas las noches en el programa "Solo una vuelta más", de TN. Ella sostiene que del total de la información, solo 30% de la gente hace circular la que es tóxica o negativa. Eso deja flotando el buen dato de que 70% de la gente informada goza de algún nivel, todavía, de cordura.
Sehinkman es un "distinto" en el mundo de las conducciones de programas sobre actualidad política en Argentina y poseedor de una capacidad de arbitraje ante situaciones conflictivas que lo ubican en un lugar de preponderancia a la hora de separar la paja y el trigo de la exaltada pantalla chica argentina.
Por eso, nos tomamos del dato que lanzó Amado para indagar sobre el rol del programa y los medios en general a lo largo y ancho de un año de pandemia que no solo vivimos muchas veces desde el encierro, sino que lo hicimos con la televisión prendida en exceso, probablemente
Adriana Amado y el rol de los medios: "Con música de Apocalipsis no la vamos a pasar mejor"
- Como psicólogo y conductor periodístico que observó desde un lugar privilegiado la circulación de información durante la pandemia, ¿cuánto de toxicidad creés que aportaste al debate y cuánto de cordura ayudaste a cultivar? ¿Cómo conseguiste el equilibrio en medio de tanta politización? ¿Conseguiste el equilibrio?
- Mi posición y la del programa es informar sin angustiar cuando no es necesario. Es decir: creo que al igual que la ingesta de alimentos, una sobreingesta de información pesada no suma y paraliza. Por esta razón, lo que hacemos es transmitir la información tratando, sobre todo en los temas de pandemia, que son muy angustiantes, de dar la parte positiva también. Ofrecer un contexto, contar que hubo otras pandemias también a lo largo de la historia, y que fueron mucho peores con mucho menos recursos, menos tecnología, menos viralización por whatsapp. Circula más rápido el whatsapp con la información sobre qué hacer que el virus. Buscamos dar una perspectiva histórica para aliviar, cuando se puede, a la audiencia. Esto, cuando se puede. Cuando las cosas son inapelablemente graves, ahí no hay nada que hacer. La otra cosa que no hacemos es agregar lo que yo llamo "calditos saborizantes". Esto es: poner música triste, agregados de edición, reforzar los tonos emocionales negativos. Y además, lo que sí hacemos, es ir activando válvulas de descompresión a través del humor. Que circule la palabra o el tema, pasamos por los títulos complicados y después, como en una descompresión de una olla a presión, entra Tarico, tratamos de sumar un comentario, una ironía; aliviar, esa es la idea.
- No hablemos de países lejanos y con culturas más asentadas y homogéneas, ¿qué razones pensás que hacen que en países vecinos como Chile o Uruguay la pandemia haya adquirido un nivel de tratamiento público, político y de gestión pública más coherente y con una progresión hacia la mejora, rumbo a aprender de errores?
- Yo diría que un gobierno es lo que hereda, más lo que puede hacer con lo que hereda. Todos heredaron una pandemia. Chile, Argentina, Uruguay. Lo único que yo diría al respecto, es sobre la gestión de la compra de vacunas, y sobre todo hago hincapié en Pfizer. Chile pudo, Uruguay también y Argentina no. Apostó a otros caballos, otros laboratorios, como ganadores y estos caballos mancaron en la pista. Esa es la diferencia más grande, que además condena a la Argentina a severos confinamientos y a la incertidumbre. Esa es la diferencia más grande que yo veo, porque aun (Sebastián) Piñera, en Chile, el segundo país más vacunado detrás de Israel con esquema completo, está con una popularidad bajísima, por otras razones, no por la intervención sanitaria. Uruguay ahora también está teniendo problemas. Quizás, lo más reprochable, en el caso de Argentina, es haberse "comido" ese gol abajo del arco y con esto me refiero a las dosis de Pfizer que eran para nosotros y que finalmente no lo fueron.
Mirá en vivo "Solo una vuelta más" con Diego Sehinkman
- ¿Te parece que la tensión política por la pandemia puede llegar a los extremos de, por ejemplo, llegar a posiciones tan irreconciliables que cunda en sectores con mayor poder de fuego ideas como la del abogado Eduardo Barcesat de intervenir federalmente a estados provinciales que no acaten los DNU presidenciales?
- En 2011 Cristina (Kirchner) gana con el 54% . En 2012, a pesar de que en febrero chocó aquella formación en Once y resulta ser un desastre, menos de dos meses después dice "vamos por todo", en esa lectura de labios que se hace de ella, y a partir de ahí el Gobierno redobla esa idea, la de ir por todo. Ya había intentado ir por el campo y entonces fue por la Ley de Medios y la Justicia. Con toda la pólvora de los votos cargada y con otro contexto económico y social del país mejor, Cristina y el kirchnerismo no pudieron ni con la Justicia, porque la reforma no la pudieron hacer, ni con el campo y la Ley de Medios quedó como quedó. No entiendo por qué o no veo de qué modo, ahora sin pólvora y con un contexto social mucho más deteriorado, con una oposición unida y sobre todo con una sociedad movilizada, con la parte no peronista de la sociedad dispuesta a marchar, (y un ejemplo es la organización de los padres en reclamo de presencialidad en las escuelas), con todo eso, no veo ninguna chance de que el Gobierno pueda hacer reformas estructurales en la Justicia o en la Constitución.
- ¿Los medios hemos hecho todo el esfuerzo posible para llevar el dato preciso, sin exagerar, dopar ni alarmar a la población?
- Me resulta difícil hablar de "los medios" como un genérico, cuando yo creo que no hay una sola cosa llamada "periodismo". Hay periodismo, hay periodismo militante, hay terminales mediáticas de espacios políticos. Yo puedo responder por nosotros: hemos tratado de hacerlo. A veces bien, seguramente a veces menos bien, pero con la responsabilidad de transmitir la mejor información en el metro cuadrado que a uno le toca. Hemos hecho lo mejor posible, corriendo contra el tiempo, con limitación de recursos y yendo y viniendo con la información que, además, fue muy dinámica. Y esto para mí es sumamente importante: lo que pensábamos que podría ocurrir con el virus y con el tratamiento que iba a hacer Alberto Fernández ante la pandemia en marzo o abril de 2020, no tiene nada que ver con lo que sabemos sobre el virus y con que finalmente el presidente hizo con la pandemia un año después. Todo fue sumamente dinámico.