Cómo se armó la reunión entre Suarez y Sagasti y qué consecuencias puede tener
Rodolfo Suarez y Anabel Fernández Sagasti se alejaron del Teorema de Baglini al reunirse para tratar un tema de agenda prioritario: una legislación que imponga un "semáforo" para administrar la pandemia de covid, con consensos básicos. Qué pasó, cómo se organizó y qué reacciones hubo.
El martes Anabel Fernández Sagasti decidió que le iba a llevar un anteproyecto de una especie de "Ley Semáforo" que permita activar resortes de apertura o cierre según la gravedad que adquiera la pandemia, en función de índices específicos. La senadora preferiría que se aplique el criterio esgrimido en el último DNU presidencial, pero está dispuesta a someterlo a un comité científico.
Podía recibir el mismo trato que los presidentes de los bloques legislativos cuando fueron a ver a su despacho a la ministra de Salud, Ana María Nadal y quedarse en el pasillo haciendo declaraciones a los medios. Había sido muy dura con Suarez tras el discurso en la Legislatura, el sábado, al tratarlo de "desorientado", "sin rumbo", mientras su partido viralizaban el hashtag "FracaSuarez".
O no: podría recibirla y hacerlo en público o en privado, con o sin testigos, con o sin medios o fotógrafos del staff de la Casa de Gobierno. Las variables no las manejaba la senadora nacional opositora a la gestión provincial. Por ello, decidió pedirle una reunión por dos vías: presentó una nota por Mesa de Entradas de la Casa de Gobierno y le mandó un mensaje de whatsapp.
Sagasti busca el aval de Suarez en una "ley semáforo" para la pandemia
Funcionó la vía abreviada, el gobernador le contestó el mensaje y la invitó para el miércoles por la mañana a una reunión discreta y privada.
Los dos bajaron el "copete". Suarez hizo como que no había escuchado las agresiones del peronismo y Fernández Sagasti dio todo un gesto al asistir con una propuesta en la mano, a modo de consulta, que ni siquiera había anticipado a sus legisladores provinciales, a quienes informó después que a Suarez.
El radicalismo reaccionó todavía con bronca reunida el último fin de semana. "Empezó el sábado un show mediático y esto es parte de lo mismo", señalaron voceros informales del gobierno mendocino, sin asomar la cabeza en su nombre, porque desconocían la opinión del propio Suarez ante la propuesta de Sagasti.
El peronismo lanzó el hashtag "#FracaSuarez" tras el discurso
¿Y Suarez? El gobernador le pasó las hojas a Ana María Nadal para que se los devuelva con su opinión. Le contó el tono de la conversación con la senadora y no opinó ni a favor ni en contra, aunque sí con las precauciones que tomaría cualquiera cuatro días después de ser maltratado justamente por quien ahora aparecía en un tono propositivo.
Los legisladores peronistas no fueron menos reacios que los radicales. Algunos dejaron filtrar su sorpresa por lo hecho por la presidenta de su partido: no sólo había consultado antes al gobernador radical, al que hasta hacía minutos venían señalando como "irresponsable" y "sin brújula" en medio de la pandemia, sino por algo que los marcará en adelante: Anabel Fernández Sagasti respaldó la presencialidad en las escuelas.
Esto último fue un giro sin poner el guiñe y algunos legisladores del propio palo -que no paran de pedir "que cierren todo" y repetir como loros las frases encerradoras que salen de las usinas más ásperas del kirchnerismo- la quieren multar, pero no se animan.
Fernández Sagasti: "Queremos llegar a un punto de encuentro con el gobernador"
Sagasti lee las encuestas y se pone en "modo mendocino" aquí más rápido que sus seguidores, que se quedan retuiteando consignas porteñas sin comprender que con eso se enfrentan cada vez al electorado al que le pedirán el voto en menos de que cante un gallo.
En medio de las desconfianzas mutuas, hay muchas lecturas que hacer. Algunas son apuradas y alimentadas por el esquema de disputa que tenemos presente todo el tiempo: por ejemplo, que efectivamente lo que quería la legisladora es hablar de la presencialidad y mostrarse más colaboradora que atacante.
Otras, pueden abrirle las puertas a un nuevo comienzo en la relación de la gestión de Suarez con el PJ: la legisladora, en definitiva, está aceptando que en Mendoza no caben los DNU de Alberto Fernández, y que mientras más machacan con el acatamiento y la subordinación a los designios surgidos en Buenos Aires, más se aleja el peronismo del pensamiento "mendocinista" que marca este tiempo.
En todo caso, el encuentro ya es un dato distintivo. A ambos les sirve. A Suarez y Fernández Sagasti, al radicalismo y al peronismo. Solo podrán saltar en contra los ultras, y es una forma de dejarlos en evidencia que también beneficia a los diálogos sobre temas importantes, a la luz del Teorema de Baglini, hiper vigente.