Cayetana Álvarez de Toledo, la argentina que integra la nobleza española y marca el pulso de la política como diputada

Cayetana Álvarez de Toledo Peralta Ramos es una influyente diputada española del recientemente triunfador Partido Popular. Analizó el futuro de la política en su país y el rol de los populismos en el mundo. Comentó en diálogo con el programa "Tormenta de Ideas" por Radio Nihuil que el derrotado Pablo Iglesias podría instalarse en Argentina.

G. Conte y S. Montiveros

Cayetana Álvarez de Tolero tiene carácter fuerte y sabe cómo distinguirse a la hora de expresar las ideas que porta, representa y la llevaron a ejercer la política. Exponente de la derecha española, no solo sobrevivió a la embestida de los "indignados" de hace exactamente 10 años en el "15M", que intervino definitivamente contra el clásico bipartidismo español, sino que como integrante del Partido Popular (PP) ella misma encabezó la rebeldía contra el exjefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y ahora se anima a unos nuevos cambios: generar un espacio amplio que reúna a sectores democráticos y no solo de la derecha, sino también de socialdemócratas que valoren las libertades, cuestión que cree firmemente amenazada por el auge de los populismos.

La diputada Álvarez de Toledo tiene otro apellido, también compuesto, Peralta Ramos, que es la señal de su argentinidad, una de sus tres nacionalidades junto a la española y la francesa, aunque todos sus estudios transcurrieron en Oxford, Inglaterra. 

Integra la nobleza española, como marquesa de Casa Fuerte, un marquesado que data de 1708. Y muy amiga de la reina de Holanda, Máxima Zorreguieta. Ambas hicieron la primaria en el instituto Northlands de Buenos Aires. A pesar de que no habían ido juntas a clase por la diferencia de edad, sí se conocían. Álvarez de Toledo le contó al diario ABC sobre esa relación: "Máxima es muy amiga de mi hermana, Tristana. Y toda la familia Zorreguieta mantiene una excelente amistad con mi familia. Mis primos son íntimos de su hermano, Martín Zorreguieta".

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Pero su incidencia más fuerte está en lo político, como defensora de los valores occidentales que, sostiene, vienen a derrumbar los populismos de índole chavista, como el que en su país representa Podemos, del ahora retirado de la política Pablo Iglesias.

Hablamos con ella en el programa "Tormenta de Ideas" (sábados a las 8.30 por Radio Nihuil) a la luz del triunfo de su copartidaria Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, pero también por los otros resultados de esa elección: el PSOE que salió cuarto y la derrota contundente de los "podemitas".

Nos llama mucho la atención que sea la derecha la abanderada de las mujeres en política, cuando por lo general es un reclamo de los sectores progresistas. ¿Será que son ellos los que necesitan cupos o cuotas de participación para que haya más mujeres?

- Yo soy muy poco partidaria de las cuotas de cualquier índole en política. Considero que todo lo que sea dividir a la comunidad política en colectivos identitarios es un error. Incluso cuando se basan en un intento teórico de compensar un agravio histórico, que es lo que está probablemente detrás del impulso feminista de defensa de las cuotas. De hecho en el partido popular ha habido siempre mujeres al frente. Sin cuotas y sin defender el concepto, hemos sido capaces de promover básicamente en función del mérito y la capacidad, que es el único criterio que debería valer, que muchas mujeres hayan avanzado y prosperado en política.

-¿Qué la acompaña, qué recuerdos tiene y qué piensa de la Argentina hoy?

-Tengo mucho, porque mi familia materna sigue viviendo en Buenos Aires y por lo tanto tengo un vínculo muy fuerte, muy sólido y todavía vigente. Luego lo que tengo son extraordinarios recuerdos de infancia y de campo. Y luego tengo la preocupación política de cualquier persona que se interesa por las libertades, por los sistemas democráticos por su fortalecimiento y que mira por preocupación lo que pasa en países hermanos que son también en este caso muy queridos y muy cercanos.

¿Las elecciones últimas elecciones en Madrid dicen más acerca del triunfo de Susana Ayuso o la derrota de Podemos y, fundamentalmente, del socialismo que quedó en un lejano cuarto lugar?

- Están evidentemente muy vinculados, no hubiera posible derrotar al socialismo, y muy particularmente a Podemos, sin una personalidad fuerte, combativa, con coraje con ideas y claridad, que ha sido capaz de dar vuelta el tablero político español en unas elecciones que no estaban previstas. Deja un lección muy importante, cómo hay que combatir al populismo, cómo hay que combatir a la izquierda radical. Que es desde las ideas, desde la claridad del discurso y desde el coraje. 

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Esas dos cosas se han dado en estas elecciones y hemos podido primero derrotar al socialismo de una manera muy contundente y expulsar a Pablo Iglesias, al líder de Podemos, de una formación populista y disolvente de la democracia, no solamente del Gobierno, sino de la propia política. Este hombre ha pasado a ser un fracasado de la política. Lo cual no quiere decir que no se dedique a que la política fracase y de que lo haga con otros medios, probablemente de comunicación y de sus alianza en américa latina.

- ¿Para usted en Argentina existe populismo por parte del Alberto Fernández? ¿Considera que hay que tener en cuenta las elecciones en Madrid como un mensaje para Sudamérica?

- No sólo Fernández, sino Cristina Kirchner y todo ese mundo. Representan las fuerzas populistas y más destructivas que se puedan imaginar vinculadas al chavismo y a los peor que ha acontecido en América Latina en las últimas décadas. La lección de Madrid nos puede servir a los demócratas de ambos hemisferios para saber lo que tenemos que hacer. La batalla cultural, la batalla de las ideas y siempre hacia el frente con un proyecto muy lúcido, claro y contundente, alternativo al populismo y a sus fuerza disolventes.

-¿El retiro de la política de Pablo Iglesias va a repercutir en América Latina?

-Yo creo que él se va a dedicar a cultivar sus relaciones con todos los elementos destructivos y contrarios a la democracia que hay en América Latina, empezando en Venezuela, pero también en Argentina. De hecho había un rumor de que no solamente iba a viajar mucho a Argentina, sino también instalarse. Yo no sé si eso es verdad, trasciende a mis conocimientos. Pero seguro va a aliarse a todo lo peor que encuentre en toda la región. Ellos sí se articulan, ellos sí se financian, ellos sí se organizan. Y lo que es uno de mis objetivos y obsesiones es que los demócratas también lo hagamos. Es decir que haya un espacio político que trascienda a nuestros países.

- ¿Cómo vio usted el rol del expresidente español Rodríguez Zapatero en el caso de Venezuela?

- Es un agente de la narcodictadura de Maduro. Es decir empezó presentándose como un mediador entre los presos políticos y el régimen, pero terminó trabajando para el régimen. Es su principal abogado defensor en instancias internacionales, hasta el punto de que ya no le importa su propia reputación. Ojalá pudiéramos quitarle el título de expresidente, porque no se merece ostentar el título de expresidente del gobierno de España.

- Hay una exaltación de populismo, no solamente de izquierda, también de derecha y resurgimiento de fascismos en muchas parte del mundo y fundamentalmente en Europa. ¿Es Vox parte de eso o usted lo considera un partido que puede llegar a integrar una gran internacional en defensa de la democracia en Occidente?

- No, Vox no es un partido fascista y la palabra fascista hay que utilizarla con mucha precisión, como todas las palabras. Es un partido nacionalista español, pero que defiende el orden constitucional, que no se le ocurre utilizar métodos violentos como si utilizan otras fuerzas separatistas que sí recurren a la violencia e incluso han recurrido al terrorismo en otras épocas. Son fenómenos completamente distintos y otra cosa es que sea un partido de derecha, muy de derecha, un partido tradicionalista y nacionalista. 

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A partir de ahí es verdad que hay fenómenos muy preocupantes en ambos espectros políticos y yo creo que está vinculado a dos fenómenos que hay que analizar diariamente. El culto a las emociones por encima de las razones en la política y el culto a las identidades, movimiento identitario que es el que promueven los feminismos radicales, indigenismo radicales, los separatismos y nacionalismos radicales y que son profundamente contrarios a la vida democrática y pacífica. Rompen el demos en colectivos identitarios, los enfrentan entre sí y llevan a la polarización y, por lo tanto, a la destrucción de la comunidad política del conjunto y esos sí son movimientos muy, muy peligrosos y funcionan en péndulo. Los hay que radicales de izquierda y luego los hay una reacción identitaria de derecha como pudo ser Trump.

- Un momento de frivolidad. Es una de las pocas argentinas con título de nobleza. ¿Cómo se vive y qué es eso?

- Hay una frase muy bonita del Quijote de Cervantes que dice "nadie es más que nadie si no hace más que nadie" y es así, eso es válido, esa la igualdad de nuestro sistema constitucional. Con lo cual un título nobiliario no marca nada, es simplemente casi un legado y en mi caso es un recuerdo de una persona muy importante en mi vida que es mi padre.

Podcast: Volvé a escuchar a Cayetana Álvarez de Toledo y el audio completo del programa 

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