Los mexicanos le pusieron límites a López Obrador y el Grupo de Puebla camina rengo

Los comicios, en los que se renovó la estratégica Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y 20.000 cargos públicos, fueron planteados desde sus albores por el mandatario como un plebiscito a su gestión y a su hoja de ruta ideológica, la llamada Cuarta Transformación. Perdió fuerza y no podrá reformar la Constitución de México.

El triunfalismo del Grupo de Puebla, con eje en los gobiernos de México y Argentina, sufrió este fin de semana un freno, cuando los ciudadanos mexicanos decidieron ponerle límites a uno de los líderes del eje norte-sur, el presidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO. Junto a Alberto Fernández eran señalados como un emergente progresista en la región, pero los resultados electorales mexicanos hirieron su entusiasta avanzada. Con ese ímpetu esperaba reformar la Constitución de México.

Sin embargo, el Grupo de Puebla, que coordina el chileno Marco Enríquez-Ominami, emitió un insólito comunicado felicitando "el triunfo del partido morena" de López Obrador. Por medio de un comunicado, el club político expresó su respaldo por el resultado alcanzado del Partido Morena, el cual "se mantiene como la primera fuerza política de México, en las elecciones federales y parlamentarias del país".

"Hacemos un llamado a las fuerzas progresistas y de centro izquierda a avanzar en unidad transformadora y enfrentar este nuevo periodo político en México, marcado por las graves consecuencias locales e internacionales de la covid-19", refirió el texto.

Las elecciones celebradas este domingo en México, con una participación histórica, han emitido un mensaje que debe ser atendido por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los comicios, en los que se renovó la estratégica Cámara de Diputados, 15 gubernaturas y 20.000 cargos públicos, fueron planteados desde sus albores por el mandatario como un plebiscito a su gestión y a su hoja de ruta ideológica, la llamada Cuarta Transformación. 

Siempre pendiente de su popularidad, el jefe del Estado echó toda la leña al fuego para obtener una mayoría calificada en la Cámara de Diputados que le permitiese reformar la Constitución y debelar los últimos obstáculos a su proyecto. Las urnas, sin embargo, pusieron freno a su mayor ambición.

El partido de López Obrador, aunque en los estados amplía su poder territorial, ha perdido decenas escaños y solo mantiene la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados con ayuda de sus socios del Partido Verde y el Partido del Trabajo.

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El lado más doloroso de estas elecciones en México fue, sin embargo, más de 90 asesinatos y cientos de ataques armados, en una terrible escalada de violencia política durante la campaña. Aunque su etiología es diversa, difícilmente se la puede desligar de la incapacidad del Gobierno de poner coto a las organizaciones criminales más virulentas.

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