Trump está de vuelta y sus medidas proteccionistas también
Llega a la Casa Blanca con una agenda decididamente proteccionista lo que podría ser una mala noticia para Argentina; esto se expresa mejor en los precios de la materia primas que se verán afectados por una renovada guerra comercial con China, como la que vimos en su primera presidencia.
El candidato republicano Donald Trump será elegido el cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos tras derrotar a la demócrata Kamala Harris; a diferencia de 2016, la victoria de Trump se produjo ahora por una amplia mayoría -lo que unido al control republicano de ambas cámaras del Congreso y de la Corte Suprema- podría suponer un verdadero impulso para su programa de políticas. Es probable que una victoria de Trump ayude a la agenda geopolítica de Argentina. Por un lado, el presidente Javier Milei tiene una afinidad personal con el presidente electo y también ha cultivado una estrecha relación con Elon Musk uno de los partidarios más prominentes de Trump. Si esto se traduce en un mayor apoyo en las organizaciones multilaterales, en particular el FMI sería muy apreciado
Llega a la Casa Blanca con una agenda decididamente proteccionista lo que podría ser una mala noticia para Argentina; esto se expresa mejor en los precios de la materia primas que se verán afectados por una renovada guerra comercial con China, como la que vimos en su primera presidencia. Gran parte de esto ya está descontado en los precios del agro que pisan sus niveles más bajos en casi 20 años. Además, mientras Milei impulsa una economía argentina más abierta, las perspectivas de una mayor integración comercial con Estados Unidos parecen ahora menos probables. Milei podría buscar alianzas comerciales en otros lugares, tal vez China o India, pero estos se opondrían a su agenda geopolítica y atentaría contra los beneficios destacados anteriormente. Una presidencia de Trump probablemente enviará las tasas de interés al alza como respuesta a los agresivos recortes de impuestos planeados por su administración, que se espera que aumenten, y un déficit fiscal ya muy alto que empuje la deuda estadounidense a nuevos máximos.
El temor a que las políticas de Trump puedan reavivar las presiones inflacionarias podría frenar nuevos recortes de tasa por parte de la Reserva Federal; esto a su vez podría perjudicar la capacidad de Argentina para volver a los mercados internacionales de deuda en 2025.
Hemos revisado a la baja nuestra previsión de balance de pagos para el año que viene: ahora esperamos un superávit de la balanza comercial de 24.400 millones de dólares a base caja, unos 2.000 millones menos que en las estimaciones anteriores. Esto incluye la eliminación del régimen blend para las exportaciones, también supone un importante superávit energético de 5.000 millones de dólares y un crecimiento del volumen exportado de productos agrícolas esto se contrarresta con un aumento considerable de las importaciones, en línea con la recuperación de la actividad económica. Además, el sector servicios perdería unos 8.300 millones de dólares netos, más del doble que en 2024, ya que la apreciación del tipo de cambio real multilateral incentiva el turismo en el extranjero. Por último, el pago de intereses ascendería a 10.500 millones de dólares, de este modo, vemos un superávit por cuenta corriente en base caja de 5.750 millones de dólares para 2024; por su parte la cuenta capital arrojaría un déficit de poco más de 1000 millones de dólares. Esto supone que los vencimientos de bonos de enero se cubren mediante un préstamo Repo con bancos y que los vencimientos de julio también se refinancian así pues prevemos un aumento de las reservas internacionales netas de 4.700 millones de dólares, el año próximo.