El tren de Roca era más rápido que el de los Fernández

La historiadora Luciana Sabina reivindica a Julio Argentino Roca nada menos que con la inauguración del tren que llegó a Mendoza hace 139 años, y más rápidamente que como lo hiciera la semana pasada Alberto Fernández.

Luciana Sabina

El tren llegó a la ciudad de Mendoza el 23 de mayo de 1884. Es sumamente lamentable que 139 años más tarde estemos "festejando" que nuevamente su retorno.


(Caricatura de la época de Roca llegando a la presidencia de la mano del Ferrocarril).

(Caricatura de la época de Roca llegando a la presidencia de la mano del Ferrocarril).

La inauguración oficial de aquel primer tren se produjo en abril del año siguiente y fue presidida por el presidente Julio Argentino Roca.


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"Celebramos un acto de inmensa trascendencia para la República Argentina -dijo en su discurso-, no sólo bajo el aspecto económico y de la riqueza material, social y política de unión nacional que debemos cultivar (...) En la construcción de un ferrocarril no hay un suceso comercial y económico solamente sino también un suceso moral y político. Es cierto que el ferrocarril radica la paz y disminuye la causa de disensiones, acerca a los hombres, hace solidarios sus intereses recíprocamente y lleva el pensamiento, la ley y la acción de los grandes grupos que trabajan por el bien general, allí donde lo han menester".

En aquella oportunidad no sólo se festejó, además se agasajó al presidente. Llegó a incluirse un poema en honor a Roca, pronunciado ante el general por don Tomás Aragón. 

El mismo se conserva en el Archivo Nacional. Parte de este señala:

"... Del carril fierro en Mendoza
Se hizo la inauguración
Y esta acción de tanta gloria
Me derrite el corazón

Por eso con razón fue
De la Estación a la plaza
Un pueblo civilizado
Que en alegría se abraza
(...)
Viva el presidente Roca
Que en su tiempo se hizo esta obra
Y así mucho le elegimos
Porque razón nos sobra.

Con su bella comitiva
Y viva el General Roca
Que hoy tenerlo en Mendoza
Esta gran suerte nos toca..."


Lamentablemente, sólo algunos meses más tarde el ferrocarril pasó de ser motivo de felicidad a sinónimo de amenaza. En 1886 el cólera, que había ingresado por el puerto de Buenos Aires, avanzaba por todo el territorio nacional y el tren se volvió su aliado.

Tomando recaudos, Mendoza prohibió el ingreso de las novedosas máquinas y sus pasajeros. Desde Nación se obligó al gobernador Rufino Ortega a levantar la medida y con ello la enfermedad hizo su entrada.

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Del otro lado de la cordillera estuvieron al tanto. El 5 de diciembre de 1886 el Consulado chileno informó que hasta nuevo aviso quedaba suspendida la comunicación con Chile por la cordillera, debido a que el cólera se ha declarado en diversas ciudades de la República Argentina y que habían "sido suspendidas las cuarentenas por las autoridades argentinas, lo cual permite la comunicación directa por ferrocarril de Buenos Aires y Rosario con la ciudad de Mendoza".
Cerraban el comunicado recordando que "la incomunicación es una de las medidas más eficaces para impedir la propagación del cólera".

Regresando a la actualidad, el tren que fue reinaugurado por el kirchenrismo es un insulto a todos los argentinos, una burla al progreso, al avance encarnado por la Generación del 80'; a hombres como Roca a quienes este gobierno y sus militantes desprecian, pero no logran superar en nada: el tren de Roca llegaba a Mendoza en 18 horas, el de los Fernández tarda 27 horas. La marca del retroceso característica del peronismo. 

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