Tráfico de recién nacidos: algo que se esconde a la vista de todos
La diputada provincial María José Sanz saca a la luz un tema espinoso, una deuda: combatir el tráfico de recién nacidos en el mundo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata de Personas, con la clara intención de concientizar a las personas y gobiernos sobre la grave problemática que causa este delito a nivel internacional.
En distintas oportunidades (y todas en cuanto puedo) me he referido a un modo de trata de personas que no es el que comúnmente nos imaginamos: las apropiaciones de bebés.
Así, la migración irregular, la explotación sexual, comercial, la esclavitud, el trabajo forzoso, y las condiciones generales de exclusión y desprotección social a los sectores en condición de vulnerabilidad, son algunos ejemplos de problemas estructurales que resultan causales o detonantes de la trata en cualquiera de sus modalidades. Y en cada uno de ellos los peores delincuentes encuentran el caldo de cultivo apropiado para comerciar con los bebés que nacen en estas situaciones.
En nuestro país el delito de trata es cometido por autores individuales o por bandas criminales, existen estructuras de organización criminal. Muchos de los casos de sustracción de bebés se transforman en delitos transnacionales, por lo que llegar a dar con la verdadera identidad de origen de esas personas resulta, a veces, dolorosamente difícil.
Acorde a la premisa establecida en el Protocolo de Palermo: prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños, que contempla la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, las organizaciones no gubernamentales son un eslabón fundamental para establecer vínculos de cooperación y desentrañar la complejidad del delito de trata de personas, sus ramificaciones delictivas y sus múltiples consecuencias. Así, los organismos de DDHH vinculados al delito de robo de bebés no cometidos durante la última dictadura militar son fundamentales para visibilizar víctimas silenciosas de trata: los y las bebes.
La sustracción de bebés puede ser cometida por una, pocas o muchas personas. Se estima que intervienen de manera directa los traficantes, los explotadores laborales o sexuales y, también, otros facilitadores e intermediarios. Influyen las malas coordinaciones interprovinciales e internacionales. Indirectamente, o con plena conciencia, podrían intervenir funcionarios corruptos de policías provinciales o nacionales, de migraciones en las fronteras y otros funcionarios gubernamentales en connivencia con los grupos de delincuencia, quienes otorgarían impunidad. Creo esto porque no puedo comprender sino cómo, a lo largo de los años han aparecido muchos buscadores de su verdadera identidad que se conectan desde otros países. Pero el motivo más terminante es el desconocimiento, estigmatización y la desatención por parte de la sociedad para este tipo de prácticas.
Muchas de las madres víctimas de este delito, a quienes se les han sustraídos sus bebés, son engañadas con promesas económicas, y quienes intermedian entre la familia apropiadora y la mujer, pueden pertenecer al mismo entorno social, lo que le genera la confianza necesaria para aceptar la oferta.
Los y las bebes son trasladados de sus familias biológicas a sus familias apropiadoras, con el fin de emplazarlos en el rol de hijos. Se les vulnera su derecho a la identidad individual y personal, y se viola su derecho a la identidad jurídica, colocando datos falsos en las partidas de nacimiento y otros documentos e inventándoles una historia de vida.
Cuando, por la ruptura de un pacto de silencio, o por el motivo que sea, comienzan a conocer su verdadera historia, luchan contra prejuicios, estigmas, desigualdades, discriminaciones, y contra un sistema que los invisibiliza.
En cualquier caso la trata es un proceso que exige medios comisivos y una finalidad de explotación, la trata es un delito contra una persona y una definitiva violación de los derechos humanos.
La venta de bebes, niños, niñas y las apropiaciones no están expresamente tipificada en la Ley 23.364, pero son, definitivamente, otra modalidad de trata de personas en la que no se ha profundizado demasiado, a pesar de que hay organismos de DDHH que alertan a nuestro país de esta situación y nosotros no podemos desatender este mensaje. En este sentido, bajo la órbita de la Secretaría de DDHH de la Nación fue creado bajo Resolución 1392/2019 el "Programa nacional sobre el derecho a la identidad biológica" y cuyo objeto es ocuparse de la vulneración del derecho a la Identidad y de la sustracción de bebés (terrible modalidad del delito de trata) en hechos no vinculados al terrorismo de Estado. En este programa participaban durante los últimos 4 años las asociaciones y grupos de buscadores de todo el país junto a la Secretaría de DDHH, el Observatorio de DDHH del Senado de la Nación y la Defensoría del Pueblo de la Nación. Lamentablemente hoy está inactivo. Y esto es una nueva forma de invisibilizar este aberrante delito. Por lo que, si vamos a hablar de Trata, digamos todo. Y digámoslo fuerte, nada de seguir escondiendo realidades.