Ocho cosas que decir sobre la ruptura en la UCR

Ante la ruptura del bloque de diputados nacionales, me veo en la obligación de señalar las siguientes consideraciones, a saber: 

1) Que se trata de una postura mezquina, desprovista de toda lógica sostener el argumento que es necesaria la renovación de los cargos partidarios. Si bien creo en las renovaciones, las mismas deben focalizarse cuando son producto de la decisión mayoritaria. En este caso, ello no ha ocurrido. 

2) Se trata de un futuro enroque de cargos a dos años de las próximas elecciones. Martín Lousteau en la jefatura de Gobierno de CABA y Horacio Rodríguez Larreta de candidato a presidente de la Nación. 

3) Que ante tal hecho, debe prevalecer el principio de la mayoría. En el caso, Negri tenía la mayoría de 43 miembros, contra 12 de Rodríguez, de largo, sin juzgar sobre el mérito de la conducción del boque radical. 

4) Ante tal estado de situación, el Comité Nacional de la UCR, debe, dar vista a los disidentes de la acusación y posteriormente remitir los antecedentes al Tribunal de Conducta para la expulsión del partido de los disidentes, por la gravedad del tema. 

5) Que nadie es dueño de los votos con que los diputados fueron electos. 

6) En el momento en que la UCR comenzaba a gravitar en la escena institucional argentina, después de haber sido furgón de cola del PRO, aparecen estos hechos y actitudes que conspiran a la credibilidad de una cuestionada dirigencia política.

7) Tampoco se ha tenido por parte de los disidentes que hay una sociedad con el 50% de pobreza, una inflación galopante, una corrupción creciente, cuando es preciso recuperar la credibilidad social para derrotar al escepticismo de los políticos y la política.

8) Por último, "la ropa sucia se debe lavar en casa", hecho que no ha ocurrido lamentablemente, perjudicando a la UCR y a la dirigencia política en su conjunto. 

EL AUTOR. Juan Fernando Armagnague, convencional nacional UCR.