Odisea argentina: Las peripecias de darse de baja en una empresa de medicina prepaga
Experiencia en primera persona de cómo es el engorroso trámite para solicitar la baja de una empresa de medicina prepaga y no morir en el intento
Luego de las idas y vueltas entre aumentos, descuentos y la vuelta de las "tarifas plenas", las prepagas y empresas de salud privadas reforzaron su comportamiento esquivo a aceptar rápidamente las bajas de los afiliados que no quieren o no pueden afrontar los nuevos costos.
En la era post pandemia y con todos los avances tecnológicos vigentes, resulta de un atraso inconmensurable tener que visitar presencialmente la sede de una de las empresas privadas para solicitar la baja y que lisa y llanamente, las señoritas que atienden con su mejor sonrisa y la peor predisposición para dar una respuesta efectiva, soliciten completar un formulario a mano que se debe enviar a una casilla de mail.
La solicitud, según las mismas voceras de la firma, debe ser respondida por la administración de la empresa en un plazo de 48 hs.
Luego de recibir esa respuesta y cumplir con los "protocolos" de baja del afiliado, uno tiende a creer que los protocolos de las empresas, también van a responder a los plazos que ellos mismos se ponen: ERROR!
No sólo no acreditan la baja en 48 hs, sino que una vez aprobada la baja, solicitan al todavía afiliado la asistencia nuevamente a la sucursal a la que se acercó originalmente, para hacer una suerte de confirmación de baja, firmar el papel pertinente y analizar la devolución o pago de un eventual saldo por no haber completado el mes de cobertura vigente.
Es decir, el afiliado está cautivo hasta tanto la empresa privada decida aprobar la baja. Aunque exista una app, la baja no se puede hacer por la vía remota. El trámite se inicia de manera presencial, se continúa vía mail y se ratifica la baja nuevamente en la presencialidad. Un delirio.
Dato accesorio I: Las bajas, según esta compañía o las simpáticas del mostrador, deben ser solicitadas entre los días 10 y 20 de cada mes, porque luego las empresas se dedican a facturar el mes siguiente y dedican su personal a eso.
Retardo total: Las liquidaciones se hacen por sistema, las autorizaciones por alguna prestación de salud, se hacen vía app, pero la baja se transforma en un trámite engorroso, lento y de poca certeza sobre el paso a paso para el afiliado.
En algún caso, hasta aprovechan la solicitud de baja para realizar una nueva oferta en la tarifa del servicio con descuentos irrisorios.
Dato accesorio II: La misma compañía notificó que devolverá lo cobrado de más durante el primer semestre, en 6 cuotas y no en 12, el plazo máximo que estipula en el acuerdo el gobierno con las prepagas.
Dato accesorio III: El dinero que se cobró de más al afiliado, no es del afiliado. Es decir, pese a haber sufrido un perjuicio patrimonial, es la prepaga la que decide cómo se comentó en el punto anterior, cuándo y cómo devolver ese dinero.
Además, en caso de dar de baja, tampoco se puede solicitar (salvo con acciones legales y el correspondiente pago de honorarios al asesor legal) el excedente por los meses que "sobren" o no hayan sido devueltos.
En resumen, los servicios de medicina privada más que tratarse de "Prevención", se trata de poner trabas y generar dolores de cabeza a quien supo alguna vez elegirlos. Además, se percibe claramente la ineficacia de los controels de la Superintendencia de Servicios de la Salud, que no ejerce como organismo de control.