¿En dónde está la vanguardia republicana y democrática de Mendoza?
Un llamamiento a expresarse por la democracia en Venezuela, como el mundo lo hizo por la Argentina en sus tiempos oscuros.
La democracia (del griego: dmokratía, dmos, "pueblo" y kratos, "poder") es una forma de organización social y política que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Al votar en elecciones libres de condicionamientos, se elige a los que gobiernan.
Es así de complejo y sencillo a la vez. Es una sola: esa, por más que muchas dictaduras pretendan imponer conceptos diferentes de democracia o de aquellas naciones sin libertad para sus ciudadanos que se autodenominan, irónicamente, "repúblicas democráticas". Carecen de lo que ostentan,
En Venezuela, con el chavismo agónico de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, se vota, pero no se elige. Recientemente ganó la oposición, pero toda la maquinaria de los cinco poderes del Estado creado por Hugo Chávez responde al Ejecutivo y lo consagraron ganador sin haber ganado. El dictador pretende reasumir en el cargo, en medio de la controversia nacional e internacional que le reclama que se vaya y abra paso a la voluntad popular que consagró presidente a Edmundo González Urrutia, ante la imposibilidad de la líder opositora Corina Machado de ser inscripta como candidata.
Maduro, como un Videla fanfarrón
Justamente este jueves el mundo -y también Venezuela- se movilizará para intentar reinstaurar la democracia en ese país.
Es un ajedrez político de alto nivel, pero también una revolución popular.
Los argentinos, que hemos sufrido diversos regímenes autocráticos, lo conocemos y es por eso que resulta un buen momento para dejar de lado banderías y triquiñuelas de cabotaje para sumarse al reclamo por la vuelta democrática de una nación que siempre recibió con los brazos abiertos, en el pasado, a los argentinos perseguidos por las dictaduras.
¿Dónde está la vanguardia republicana y democrática de todos los partidos argentinos en este momento?
El temor especulativo de que si "somos pocos o muchos" o a "quedar pegados" vuelve cada vez más cobarde a la dirigencia que espera a "ver cómo se desarrollan los hechos" para sumarse o esconderse.
Hubo un tiempo en que, por ejemplo, Mendoza empujó con fuerza el retorno democrático a Chile en tiempos de Augusto Pinochet, con figuras que se volvieron relevantes en aquellos tiempos y que conformaron grupos de acción y opinión. Por recordar algunos nombres, mencionemos al exrector de la UNCUYO Luis Triviño, al médico Roberto Chediak, a Olga Ballarini, Elsa Pizzi, el cura Jorge Contreras, Roberto Vélez y muchísimos más. Lideraban acciones que llamaban a los mendocinos a la reflexión, pero también a movilizarse.
En Mendoza está faltando que los partidos políticos gobernantes y representados en la Legislatura se pongan a frente del acompañamiento a los exiliados políticos y económicos de Venezuela, que en lugar de mandar "notas de adhesión" o "fuertes repudios", pongan el cuerpo.
Algunos lo han hecho. Otros "se cuidan", ¿de qué?
Si sienten vergüenza por la democracia que han construido y su desvalorización, la oportunidad de mejorarla está en, primero que nada, defenderla y eso se hace de cuerpo presente.