Los que quieran volver a la "normalidad" quedarán fuera de juego

Como consecuencia de la pandemia y sus vivencias, se ve un proceso en el que la educación se acelera y se profundizan cambios que venían sucediendo. Al digitalizarse la educación, también se democratiza, y esto permite que millones de personas en el mundo accedan a educación libre, gratuita y de calidad aún fuera de las políticas públicas de los gobiernos. 

Hoy una persona de casi cualquier localidad de Mendoza puede realizar cursos, seminarios, carreras y maestrías en las mejores universidades del mundo sin moverse de sus casas y de forma gratuita o con costos mucho más bajos a los que propone la educación privada de nuestra provincia, Las instituciones educativas deberán replantear sus metodologías y programas para adaptarse a un estudiante global. Si bien nada de esto es nuevo, se aceleró y la mayoría no llega en condiciones para competir en un mercado global. 

Un análisis similar podría hacer para el comercio. Finalmente el cambio no será solo de estrategias o canales o digitalización, sino un cambio de mente. Dejar de pensar en términos locales para pensar en términos globales, dejar de pensar en esquemas lineales para comenzar a pensar en esquemas ecosistémicos, donde no solo debemos entender nuestras acciones de estudios, compras o ventas desde una mirada global sino también integrados al resto de los seres con otros niveles de conciencia y una evolución de la economía. 

Los que están esperando que todo vuelva a la normalidad, para volver a sonreir, quedarán fuera de juego. 

Lo que esta sucediendo es una oportunidad hermosa para evolucionar. Sistemas económicos que no se basen en el consumismo sino en la integración y bien común. 

Creo que esta situación llevará a plantear un sistema de gobernanza y políticas globales, que actualmente no existe, porque quedó al descubiertos los problemas que trae cuando los intereses de los países están sobre los intereses del resto del mundo.