La Argentina enferma

Alejandro Jofré pone en foco la crisis económica de Mendoza con la mirada puesta en el empleo/desempleo.

Alejandro Jofré

Esta semana, además de las noticias preocupantes de la pandemia, nos enteramos que el desempleo mendocino llegó a 7,3%, mientras que en San Juan es del 3,5% y en San Luis es del 2,9%. En el año 2016 la tasa en Mendoza fue de 3,3%, en San Juan 5,1% y en San Luis 3,6% En el año 2017 la tasa en Mza. fue de 2,7%, SJ del 4,8%, y en SL del 1,2%. En el año 2018 la tasa en Mza. fue de 5,9%, SJ del 3,1% y en SL del 2,8%.

Es decir, que hasta mediados del año 2018 el desempleo en la provincia de Mendoza fue bajo para el conjunto de Cuyo.

Mientras se dan esos datos en la economía del empleo, la tasa de actividad económica de dichas provincias muestra que Mendoza lidera el segmento. En el año 2016 la tasa en Mendoza fue de 45.4%, en San Juan 33.6% y en San Luis 39.6%. En el año 2019 la tasa en Mendoza. fue de 49%, SJ del 43.4% y en SL del 46%.

Estos números demuestran que mientras las provincias limítrofes han aumentado su actividad económica en mayor proporción que Mendoza, como consecuencia de ello han logrado disminuir el desempleo. San Juan lo ha logrado mediante la minería, mientras que San Luis con el aumento del empleo público.

Mendoza es sostenida por una matriz productiva avejentada que viene sufriendo grandes cambios, desde climáticos (que afectan el vino y la agricultura) a tecnológicos (afectando los rubros del comercio, el transporte y las pequeñas industrias), si a ello le agregamos que ha sido imposible incorporar la minería (como San Juan) o endeudarse para generar obra pública (con la sanción del presupuesto), situaciones generadas más por un ambiente político enrarecido que por un debate serio de las expectativas laborales de los Mendocinos, hoy podemos decir que la provincia enfrenta un muy duro panorama.

A esta tormenta perfecta, hay que sumarle la inacción absoluta por parte del gobierno nacional para proveer medidas para prepáranos a los efectos devastadores que va a tener la cuarentena decretada sobre la economía del país y la propia de Mendoza, al no establecer ninguna medida protectoria sobre las empresas que son Pymes en su mayoría.

Se ufanan de abocarse solamente a la Salud, diciendo que la economía puede esperar, siendo esto falso y peligroso. Y en este afán de generar titulares, aplausos, cantar la canción de La Cigarra de María Elena Walsh y otros golpes de efecto para soliviantar al ciudadano promedio, y se olvidan que es obligatorio sostener todos los aspectos relacionados con una grave coyuntura social.

Solo industria y comercio generan 50.000 millones de pesos por día, por lo que también será el Estado el que se vea afectado cuando no recaude por estas actividades.

Algunas de las soluciones propuestas no pasan de medidas populistas, como evitar el corte de la televisión por cable o satelital, o los REPROS. Estos REPROS que en la mejor época de relación entre la nación provincia (2014-2015) no superaban las 10 empresas favorecidas, lo que resulta a todas luces escaso para sostener una economía como la provincial.

Non encontramos con un estado de abandono absoluto de los sectores productivos, que son los que a largo plazo sostienen la economía. Cuando el Estado se olvida de sus funciones, peca por omisión. Burke (en El Descontento Político) decía que el político que no cumple con las funciones encomendadas por el voto con eficacia frustra dicho mandato de la misma forma que si los hubiese traicionado.

Sostener como dice el señor Presidente, que la salud es más importante que la economía, no solo es una falacia, sino también un posicionamiento totalitario, porque se establece en garante de la salud, algo que no puede manejar, cuando nos restringe lo económico, que es la fuente de las libertades individuales. Es una forma concisa y clara de aceptar dominación por libertad, algo que ningún republicano negociaría jamás (Federico II en el Anti-Maquiavelo).

Dice Chesterton en alguna parte, que en los momentos de crisis, es necesario el hombre impráctico, el teorizador, el que tiene en mente una filosofía y un marco teórico nuevo para continuar la marcha de la sociedad, y esto es lo que no tenemos.

En la Argentina enferma, tenemos un show diario de frases grandilocuentes, de un personalismo vacío, de un presidente dispuesto a perseguir y castigar a cada persona que viola una cuarentena, mientras silenciosamente se derrumban las pocas fuentes de trabajo que aún quedan en pie.

Los mismos de siempre nos han boicoteado nuestra matriz productiva, limitando la obra pública, y no dando soluciones para una salida con medidas económicas a nivel nacional, condenándonos a volver a ser un desierto yermo.


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