Hipócritas, hay un "Afganistán" en el patio de sus casas

Escribe Marcelo Puertas en esta nota: "Dejemos de buscar distractivos que nos alejan de nuestro 'foco' cuando de problemas sociales prioritarios hablamos".

Marcelo Puertas

En los últimos días he observado azorado los distintos comentarios que se realizan en los diversos medios de comunicación y las personas en particular acerca de los fatídicos hechos acaecidos en Afganistán, respecto a la toma del poder institucional en ese país por parte de la organización militar fundamentalista islámica "El Talibán".

Si bien considero un síntoma de evidente retroceso o involución el que el mencionado grupo religioso tome el poder en Afganistán, en relación al desarrollo del Libre Pensamiento, a los Derechos de las Mujeres, Respeto de los Derechos Humanos en general, lo que más me llama la atención es la vehemencia con la que muchos de mis connacionales, se "rasgan las vestiduras" ante la mencionada "tragedia" del pueblo afgano, escribiendo acerca de ello y hablando mucho más respecto de las características, circunstancias históricas y actuales de los citados padecimientos, declarando la gravedad de la situación, como si el sufrimiento humano les fuera absolutamente "ajeno".

Ahora bien yo me pregunto, ¿vivimos en el mismo país donde más de la mitad de los niños son pobres?, ¿pisamos la misma tierra en donde los grandes hechos de corrupción de las últimas dos décadas (salvo Boudou y López) todavía han quedado impunes?, ¿observamos el mismo Sistema de Educación Pública que de un tiempo a esta parte se deteriora en forma progresiva produciendo una mayor regresión de las clases sociales postergadas que son quienes lo utilizan por excelencia?, ¿visualizamos la misma pésima administración de la pandemia por parte de las autoridades nacionales, mostrando una clara actitud autoritaria (demudando sus más profundos orígenes) que solo ha logrado producir el quebranto de las pequeñas y medianas empresas sin que la política sanitaria fuera mejor?

 ¿Estamos contestes en que tenemos un Presidente farsante en razón que al mismo momento de imponer estrictísimas cláusulas de limitación inconstitucional de la libertad ambulatoria, realiza fiestas en su residencia, tal cual se hubiera vacunado contra la ley, ya que es obligatoria para todo el resto menos para los vacunados como él y sus amigos? ¿No convivimos todos en el mismo Sistema Institucional cuyos representantes están cada vez más deslegitimados ante la ciudadanía en razón de la falta de representatividad ética por parte de los mismos?

Podría seguir con la retahíla de hechos que constituyen nuestras miserias públicas, pero para el objeto de la presente basta lo expuesto.

Entonces, consciente de lo dicho me vuelvo a preguntar, ¿hasta qué punto vamos a seguir sosteniendo nuestra hipocresía, hasta cuándo vamos a seguir simulando desconocer nuestra triste realidad socio económica, hasta cuándo vamos a seguir golpeándonos el pecho con harta fruición respecto de las penosas realidades de nuestros vecinos, cuando a su vez concomitantemente, es decir en el mismo tiempo tenemos incendiada nuestra realidad?

Estimados conciudadanos es hora de avocarnos con nuestra mayor energía para buscar la solución de erradicar nuestras miserias e indignidades.

Ello no significa que consideremos que no es importante, grave o penoso lo que está ocurriendo allende nuestras fronteras, sino que debemos determinar que es urgente, necesario y posible encargarnos de lo que nos concierne, empecemos a darle nombre y apellido a nuestros pesares a los fines de inmiscuirnos en su resolución.

Dejemos de buscar distractivos que nos alejan de nuestro "foco" cuando de problemas sociales prioritarios hablamos.

Es hora que empecemos a pedir explicaciones a nuestros representantes, a estudiar, a trabajar a comprometernos, en síntesis a cumplir con nuestros deberes ciudadanos, hoy es el momento... mañana es la mentira con que se engañan los necios.


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