Cuál es el tamaño del miedo al coronavirus
Para Jorge Giacobbe la sociedad sigue acatando las determinaciones del Gobierno, aunque va cayendo la imagen de quienes están al frente de las medidas coyunturales, que aparecen como paternalistas (para bien o mal) indecisos, contradictorios o bien, autoritarios, según el sector de la sociedad al que se le consulte.
La encuestadora Giacobbe y Asociados dimensionó el miedo de la sociedad a contraer el coronavirus covid-19, mediante un trabajo realizado en el territorio de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Determinó que todavía 23.1% tiene "mucho temor", y 54.4% tiene "algo de temor". También que 45.1% está a favor de la extensión de la cuarentena.
El miedo se transforma en el gran motor de las acciones de un gobierno sitiado por las crisis que, heredadas o propias, deberá encarar en algún momento en un escenario que si bien se despeja un poco con el cuerdo al que se arribó con los bonistas de Wall Street en torno a la deuda, seguirá siendo conflictivo por diversas razones.
En primer lugar, porque el kirchnerismo entiende a la actividad política y a la gestión pública como un punto de necesario conflictos, de modo tal que hagan aflorar contradicciones y buscar así una identidad diferenciadora al status quo.
La economía pospcuarentena, por otro lado, aportará su combustible a las llamas que ya hay, o las expanderá con los chisporroteos de los sectores que van cayendo al ritmo de la parálisis.
De allí que es importante medir el nivel de temor y saber en qué categoría -si es que se pudiera medir- lo siente en su piel cada ciudadano. Si solo es un miedo a la enfermedad o lo es a la muerte: altamente dramático. Si es un temor controlado y "administrado" o es pánico, el que nubla la mente y provoca decisiones desacertadas.
Jorge Giacobbe (h) analizó que "utilizado como ejercicio de control social, el temor es una herramienta que
data de miles de años, con un significativo cénit histórico en los consejos de
Nicolás Maquiavelo. Pero si bien ha funcionado mucho antaño, la sociedad
evoluciona y habría que empezar a considerar que en tiempos de democracias
liberales el mecanismo no funciona de la misma manera".
Para Giacobbe la sociedad sigue acatando las determinaciones del Gobierno, aunque va cayendo la imagen de quienes están al frente de las medidas coyunturales, que aparecen como paternalistas (para bien o mal) indecisos, contradictorios o bien, autoritarios, según el sector de la sociedad al que se le consulte.
Si sumamos el "alto de temor" con el "mucho temor" del sector poblacional con más influencia en la opinión pública de todo el resto del país, suma 77,5%. Quienes no tienen "nada de temor" son poco más de una quinta parte de la ciudadanía: 22,2%.
Así planteadas las cosas, todavía hay espacio para "meter miedo", si es lo fuese lo que se quisiera hacer para subordinar y aplacar a una sociedad afectada en el bolsillo y también en sus cabezas por la pandemia, pero también por lo que ya se arrastraba desde antes de marzo en materia económica.
"Las circunstancias pasan, pero los traumas quedan. El coronavirus un día será
recuerdo, pero las consecuencias en términos de pobreza, desocupación,
inflación, inseguridad y demás, quedarán", analizó Jorge Giacobbe (h) sobre su última encuesta.
La gran pregunta que no podrán responder los encuestadores, pero que podría ser el eje de un nuevo debate, es cuál podría ser el desenlace de una situación que hoy se muestra sostenible y que acredita argumentos comprensibles debido a que se ven más casos de covid-19 en el país, pero que podría juntar fuerza como en una olla a presión si no se vislumbran salidas a todos los temas pendientes, tanto a los sanitarios como a los que tienen que ver con el motor del trabajo y la producción, por fuera de lo que el Estado pueda imprimir o general con más o menos artificialidad.