Estafa a la historia: al revés que French y Beruti, CFK va a la plaza a quitar las escarapelas
En momentos de alta vulnerabilidad social, la gente ha comprado espejitos de colores. Pero ahora, al menos, cuando los compra, ya sabe que no le servirá y lo hace solo bajo algún tipo de presión. De quiénes son el 25 de Mayo, la Plaza y la plata del acto de CFK.
Un acto faraónico para ensalzar a la jefa real del peronismo, Cristina Kirchner, se hace en el día de la Patria, pero no se celebra el primer grito de libertad de 1810, sino el acceso de un sector al poder hace 20 años.
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La apropiación de la fecha tal vez más simbólica de la argentinidad no es lo único que sucede este jueves. También se ha montado un acto en la Plaza de Mayo, la de todos y que muchos más intentaron hacerla propia, aunque la verificación histórica demostró luego que más importante que las movilizaciones de sector al estilo del Siglo XX, es la opinión en las urnas de la sociedad en forma libre y universal. Es allí en donde se habilitó y también se desmitificó, cuando hubo que hacerlo.
Pero hay algo más que se suma a los otros dos hechos que molestan a los no adherentes a la usurpación sectaria ya mencionada: las 300 invitaciones especiales que se hicieron para el acto personalismo de Cristina Kirchner surgieron del Senado de la Nación, que la vicepresidenta preside. Fácilmente puede adivinarse que ente sus destinatarios solo pueden hallarse acólitos del sector. Y que los fondos para este "kirchnerismopalooza" no salen precisamente de una "vaquita" entre militantes.
Se trata de la confirmación de una anomalía que se nutre de numerosas falsas poses del kirchnerismo:
- Verbaliza mucho que "la Patria es el otro", pero su semántica muestra que están convencidos de que la historia empieza y termina con su arribo al poder: se creen propietarios del concepto de Patria y creen que deben ser considerados como sus "dueños".
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- Se autoperciben "revolucionarios", pero estos procesos se dan de abajo hacia arriba, desde los oprimidos que deciden sacarse el pie de encima que ponen los opresores. Y este proceso de 20 años no acredita las credenciales de serlo, precisamente.
- Se hacen llamar "movimiento popular", porque desean que las masas adopten sus ideas y los adoren, pero ya no sucede sino por extorsión a cambio de beneficios, o solo en su imaginación, ante una real impopularidad y disconformidad palpable de parte del grueso de la sociedad.
- Y (aunque podríamos seguir con la radiografía) también se estafa cuando se utiliza la imagen de Néstor Kirchner y su logro de acceder al poder con el 22% de los votos cuando Carlos Menem desistió de competir en segunda vuelta, pero el acto será solamente para intentar sostener en la cima de la consideración de un peronismo atomizado a Cristina Fernández de Kirchner, y su marido fallecido ya ni siquiera es objeto de recordatorio real a su alrededor, si no es con ella adosada o como protagonista.
Aunque todo esto fuera planteado de modo inverso, respaldando un presunto rol fundacional del kirchnerismo y una personificación en la actual vicepresidenta de todo lo bueno que pudo pasarle a la política, no tiene perdón la apropiación para uso sectario de la fecha histórica, y la reinterpretación de los hechos históricos en beneficio propio. Se ha pasado un límite con un estilo propio de un siglo que quedó en el pasado precisamente por este tipo de abusos generados desde arriba hacia abajo, con una fuerte carga contrarrevolucionaria y disciplinadora de la sociedad.
Este jueves, la plaza de todos los argentinos, con los recursos de toda la sociedad, verá cómo Cristina Kirchner emula a French y Beruti, a la inversa: quitando escarapelas a la concurrencia.
Sin embargo, más allá de los fastos y la pretendida tensión en la multiplicación mediática pretendida en beneficio de su propia imagen, el pueblo va a seguir queriendo saber de qué se trata, como hace 213 años.